NUTRICION, DIETA Y SALUD-ELEMENTOS QUE INTERVIENEN-parte 93-
ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA NUTRICION –parte 92-
SUPLEMENTOS ALIMENTARIOS NATURALES-parte 15-
KELP
El kelp es una variedad de alga marina que se puede comer cruda, aunque se suele utilizar seca, granulada o pulverizada. También se encuentra en forma líquida, y se le puede agregar al agua de tomar.
El kelp granulado o pulverizado se utiliza para realzar el sabor de los alimentos y como sustitutivo de la sal. Si el sabor no le agrada, cómprelo en tableta.
El kelp es una rica fuente de vitaminas (especialmente vitaminas B), minerales y microelementos importantes. Se sabe que es muy beneficioso para el tejido cerebral, las membranas que cubren el cerebro, los nervios sensoriales, la médula espinal, las uñas y los vasos sanguíneos.
Por su contenido de yodo se utiliza para tratar problemas tiroideos, y es provechoso para trastornos tan variados como la caída del cabello, la obesidad y las úlceras. El kelp protege contra los efectos de la radiación y ablanda las heces.
Se recomienda como suplemento dietético diario, especialmente para las personas que presentan deficiencia de minerales.
LECITINA
La lecitina es una clase de lípido que necesitan todas las células del cuerpo humano. Las membranas celulares, que regulan el paso de los nutrientes desde las células y hacia ellas, se componen en gran parte de lecitina.
El recubrimiento protector del cerebro se compone de lecitina, y tanto los músculos como las células nerviosas contienen esta sustancia grasa esencial. La lecitina se compone básicamente de colina, una de las vitaminas B, y también de ácido linoleico e inositol.
A pesar de que la lecitina es un lípido, es parcialmente soluble en agua; por tanto, actúa como agente emulsificante. Por este motivo muchos alimentos procesados contienen lecitina.
Este nutriente ayuda a prevenir la arteriosclerosis, protege contra las enfermedades cardiovasculares, mejora el funcionamientos del cerebro, y facilita la absorción de tiamina por parte del hígado y de vitamina A por parte del intestino. La lecitina también es apreciada porque aumenta la energía.
Además, es necesaria para reparar el daño hepático causado por el alcoholismo. La lecitina ayuda a que las grasas, como el colesterol y otros lípidos, se dispersen en agua y se eliminen del organismo. Así, los órganos y las arterias vitales quedan protegidos contra la acumulación de grasa.
Adicionarle lecitina a la dieta es una medida sensata especialmente para las personas de edad avanzada. Cualquier persona que esté tomando niacina para controlar los niveles sanguíneos de colesterol y triglicéridos también debe incluir lecitina en su programa de tratamiento.
A los cereales, sopas, jugos y pan se les puede agregar dos cucharadas de gránulos de lecitina. La lecitina también se encuentra en cápsulas. Tomar una cápsula de 1.200 miligramos antes de cada comida ayuda a digerir las grasas y a absorber las vitaminas solubles en grasa.
Aún cuando la mayor parte de la lecitina se deriva de la soya, recientemente se ha popularizado la lecitina del huevo. Este tipo de lecitina se extrae de yema de huevo fresco y es una sustancia que brinda esperanza para quienes sufren de AIDS, herpes, síndrome de fatiga crónica y alteraciones autoinmunes relacionadas con el envejecimiento.
Estudios han revelado que esta clase de lecitina es más provechosa que la de soya para la gente que presenta estos problemas. Otras fuentes de lecitina son brewer’s yeast, granos, legumbres, pescado y wheat germ.
Continúa en parte 94