NUTRICION, DIETA Y SALUD-ELEMENTOS QUE INTERVIENEN–parte 98-
ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA NUTRICION –parte 97-
SUPLEMENTOS ALIMENTARIOS NATURALES-parte 20-
POLEN DE ABEJA (BEE POLLEN)
El polen de abeja es un material de consistencia parecida a la del polvo, que producen las anteras de las plantas en florescencia y que las abejas recogen. Se compone entre un 10 y un 15 % de proteína, y también contiene vitaminas del complejo B, vitamina C, aminoácidos, ácidos grasos esenciales, enzimas, caroteno, calcio, cobre, hierro, magnesio, sodio, esteroles vegetales y azúcares simples.
Al igual que otros productos de las abejas, el polen tiene un efecto antibacteriano. Además, ayuda a combatir la fatiga, la depresión, el cáncer y los trastornos del colon. También es útil para las personas que tienen alergias, pues fortalece el sistema inmunológico.
Conviene que el origen del polen sea local, a fin de aumentar sus propiedades antialergénicas. El polen de abeja fresco no debe ser pegajoso ni debe formar grumos, y tiene que envasarse en recipientes muy bien sellados.
Algunas personas (se calcula que el 0.05 % de la población) son alérgicas al polen de abeja. Se recomienda empezar con una cantidad pequeña y observar si se presenta sarpullido, dificultad respiratoria, molestia o algún tipo de reacción. Si se presenta algún síntoma, se debe suspender el consumo.
PROPOLEOS (BEE PROPOLIS)
Los propóleos son una sustancia resinosa que las abejas recogen en diversas plantas. Las abejas los utilizan junto con cera de abeja para construir sus colmenas. Como suplemento son una ayuda excelente para combatir las infecciones bacterianas.
Se cree que estimulan la fagocitosis, mecanismo por medio del cual los glóbulos blancos de la sangre destruyen las bacterias.
Por sus efectos antibacterianos, los propóleos sirven como ungüento para las escoriaciones y las contusiones. Además, se sabe que ayudan a combatir la inflamación de las membranas mucosas de la boca y la garganta.
También estimulan el sistema inmunológico y sirven para la tos y la sequedad de la garganta, la halitosis, la amigdalitis, las ulceras y el acné.
Asegúrese de que todos los productos de abeja que usted consuma tengan un sabor y un olor frescos. Todos los productos de abeja se deben mantener en recipientes muy bien sellados, y es aconsejable comprarlos a fabricantes especializados.
Para tratar alergias, compre productos preparados a no más de 10 millas de su hogar. De esta manera usted obtendrá una dosis mínima de polen que lo insensibilizará al polen de su localidad.
REISHI Y SHIITAKE
Los hongos reishi y shiitake son originarios de Japón; tienen una textura delicada, tallos fuertes y apariencia atractiva. Sin embargo, lo más destacado de estos hongos es su impresionante capacidad para promover la salud.
El hongo reishi (Ganoderma lucidum) ha sido popular durante por lo menos dos mil años en el Lejano Oriente. En China, este hongo ocupaba el primer lugar entre los medicamentos más importantes de la antigüedad, y se creía que proporcionaba longevidad y eterna juventud.
El hongo shiitake (Lentinus edodes) contiene un polisacárido llamado lentinan que fortalece el sistema inmunológico intensificando la función de las células T. Este hongo contiene 18 aminoácidos, 7 de los cuales son aminoácidos esenciales.
Es rico en vitaminas B, especialmente vitamina B1 (tiamina), vitamina B2 (rioboflavina) y vitamina B3 (niacina). Al secarse al sol, este hongo adquiere grandes cantidades de vitamina D. El Medical Department de Koibe University y el Nippon Kinoko Institute del Japón han informado que el shiitake es eficaz para tratar el cáncer. Además, es completamente comestible y es considerado una exquisitez.
En la actualidad, los hongos reishi y shiitake se utilizan para tratar diversos problemas de salud y aumentar la vitalidad. También se utilizan para prevenir la hipertensión arterial y las enfermedades del corazón, para controlar y bajar el colesterol, para desarrollar resistencia a las enfermedades y para combatir la fatiga y las infecciones virales.
Así mismo, estos hongos son conocidos por sus propiedades antitumorales, sumamente valiosas para el tratamiento del cáncer.
Para utilizarlos como alimento, los hongos se consiguen frescos o secos (antes de utilizarlos, sumérjalos durante 30 minutos en agua caliente o caldo). También se consiguen como suplemento en cápsulas, píldoras y extractos.
Continúa en parte 99