EL PODER DE LA ORACION INTERCESORA
Las personas son ganadas para Cristo, a raíz del impacto total que logra el Espíritu Santo al obrar en sus vidas a través del conocimiento de la verdad y la obediencia.
El Evangelio de San Marcos describe el increíble poder de Jesús como ganador de almas. Las multitudes quedaron atónitas y declararon que “les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mar. 1:22). El secreto del poder de Jesús para ganar almas se encuentra en el versículo 35 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”.
El secreto del poder de Jesús era el secreto de la oración intercesora. Si usted desea ser un ganador de almas, el poder del cielo será suyo cuando ora de rodillas por cada individuo. Cuando oramos por otros, Dios nos da la sabiduría para alcanzarlos (Sant. 1:5). Nos da las llaves que abrirán su corazón. Al orar, por medio de la influencia del Espíritu Santo, Dios obra en sus corazones en formas en que no lo haría si no hubiésemos orado.
En el gran conflicto universal entre el bien y el mal, Dios respeta la libertad humana. Brinda a cada uno de sus hijos la oportunidad de escoger. Por medio de los ángeles, la influencia del Espíritu Santo y las circunstancias providenciales de la vida, Dios está haciendo todo lo que puede para ganar la lealtad de los seres humanos, sin violar su libre albedrío.
Cuando presentamos a individuos específicos delante de Dios en una oración intercesora, El derrama su Espíritu Santo a través de nosotros para alcanzarlos. Nos convertimos en canales de su influencia: llegamos a ser conductos de su poder. El agua de vida del trono de Dios correrá a través de nosotros hacia las almas sedientas. En el conflicto entre el bien y el mal, “forma parte del plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pidiésemos así” (Conflicto de los siglos p. 580)
Lea estas promesas para fortalecer su fe: Mateo 7:7; Marcos 11:24; 1Juan 5:16.