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Posts Tagged ‘mansedumbre’

LAS PROMESAS DE LA BIBLIA-parte 30-

MANSEDUMBRE

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.  (Mateo 5:5)

Sino que juzgará con justicia a los  pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra;… (Isaías 11:4)

Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.  (Salmo 22:26)

Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la salvación. (Salmo 149:4)

Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aún los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.  (Isaías 29:19)

Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra.  (Salmo 147:6)

Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. (Salmo 25:9)

Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová.  (Sofonías 2:3)

Sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.  (1 Pedro 3:4)

Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.  (Salmo 37:11)

La blanda respuesta quita la ira; Más la palabra áspera hace subir el furor. (Proverbios 15:1)

MATRIMONIO

Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque ésta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanes debajo del sol.   (Eclesiastés 9:9)

Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo.  (Proverbios 5:15)

Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela.  Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.  ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?  (Proverbios 5:18-20)

El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.  (1 Corintios 7:3)

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.  (Efesios 5:22, 23)

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.  (Efesios 5:25)

Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.  El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.  (Efesios 5:28)

Por ésto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.  (Efesios 5:31)

Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.  (Efesios 5:33)

Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los suyos de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. (1 Timoteo 5:8)

Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. (Colosenses 3:18, 19)

Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.  (1 Pedro 3:7)

Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.  (Tito 2:4, 5)

 

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FRUTOS DEL ESPÍRITU

MANSEDUMBRE

 

“Con toda humildad y mansedumbre, soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor” (Efesios 4:2)

Contemplemos al Hombre del Calvario, al que pusieron en su cabeza una corona de espinas,  que cargó sobre sí la vergonzosa cruz y que paso a paso descendió por la senda de la humillación.  Miremos al varón de dolores, experimentado en quebranto, despreciado y desechado entre los hombres.  “Ciertamente llevó El nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores”. “Más El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre El, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:4, 5).  Contemplemos el calvario hasta que nuestro corazón se ablande con el maravilloso amor del Hijo de Dios.  El no dejó nada sin hacer para que el hombre caído pudiera ser elevado y purificado.

¿Por qué no confesar su nombre? ¿La religión de Cristo degradará al que la abraza? NO. De modo alguno ¿será una deshonra seguir los pasos del Hombre del Calvario? Cada día sentémonos a los pies de Cristo para aprender de El, para que en nuestra conducta, conversación, y vestimenta y en todos los asuntos que conciernen a la vida podamos manifestar que Jesús reina y gobierna nuestro ser.  Dios nos llama para que los redimidos del Señor sigamos sus pisadas y no las del mundo. Hemos de consagrar todo a Dios y confesar su nombre ante los demás.

“Y cualquiera que me niegue delante de los hombres, YO también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:33). ¿Qué derecho tenemos de profesar que somos cristianos, mientras que con la vida y los hechos negamos al Señor? “El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:38. 39). Cada día debemos hacer morir al yo para levantar la cruz y seguir las pisadas del Maestro.

 De este modo, cada día nos asemejaremos más a la imagen de Cristo. Por la continua paciencia en el bienhacer es como buscamos la gloria, el honor y, al final, recibiremos el don de la inmortalidad.  (Review and Herald)

 

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RECIBIREIS PODER- Persona, Presencia y  Obra del Espíritu  Santo- La Venida del Espíritu-parte 48-

FRUCTIFEROS EN  EL ESPÍRITU

MANSEDUMBRE

“Con toda humildad y mansedumbre, soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor” (Efesios 4:2)

 

Contemplemos al Hombre del Calvario, al que pusieron en su cabeza una corona de espinas,  que cargó sobre sí la vergonzosa cruz y que paso a paso descendió por la senda de la humillación.  Miremos al varón de dolores, experimentado en quebranto, despreciado y desechado entre los hombres. 

“Ciertamente llevó El nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores”. “Más El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre El, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:4, 5). 

Contemplemos el calvario hasta que nuestro corazón se ablande con el maravilloso amor del Hijo de Dios.  El no dejó nada sin hacer para que el hombre caído pudiera ser elevado y purificado.

¿Por qué no confesar su nombre? ¿La religión de Cristo degradará al que la abraza? NO. De modo alguno ¿será una deshonra seguir los pasos del Hombre del Calvario? Cada día sentémonos a los pies de Cristo para aprender de El, para que en nuestra conducta, conversación, y vestimenta y en todos los asuntos que conciernen a la vida podamos manifestar que Jesús reina y gobierna nuestro ser. 

Dios nos llama para que los redimidos del Señor sigamos sus pisadas y no las del mundo. Hemos de consagrar todo a Dios y confesar su nombre ante los demás.

“Y cualquiera que me niegue delante de los hombres, YO también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:33). ¿Qué derecho tenemos de profesar que somos cristianos, mientras que con la vida y los hechos negamos al Señor? “El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:38. 39). Cada día debemos hacer morir al yo para levantar la cruz y seguir las pisadas del Maestro.

 De este modo, cada día nos asemejaremos más a la imagen de Cristo. Por la continua paciencia en el bienhacer es como buscamos la gloria, el honor y, al final, recibiremos el don de la inmortalidad.  (Review and Herald)

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RECIBIREIS PODER-Persona, Presencia y  Obra del Espíritu  Santo-parte 45-

FRUCTIFEROS EN  EL ESPÍRITU

BENIGNIDAD

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. (Gálatas 5:22, 23)

 

Si Cristo habita en nosotros, debemos ser cristianos tanto el hogar cuanto fuera de él. El que dice ser cristiano expresará palabras bondadosas a sus parientes y a otros con los que también se relaciona. Será bondadoso, cortés, amable y compasivo, y deseará educarse a fin de poder habitar con la familia celestial.  Si es miembro de la realeza, procurará representar bien al reino en todo lugar.  Hablará a los niños con amabilidad, ya que ellos también son herederos de Dios y miembros de las cortes celestiales. 

Entre los hijos del reino no hay lugar para las asperezas, porque “el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22, 23). En la iglesia se manifestará el espíritu que se cultiva en el hogar.

Debemos educar el carácter para practicar la piedad, la docilidad, la ternura, la compasión y el espíritu perdonador. El abandonar la vanidad, la conversación insensata y las burlas, no nos hará fríos, antipáticos y antisociales.  Debemos mantenernos hablando acerca de la luz, y de Cristo, el Sol de Justicia, hasta que en nosotros se produzca el cambio de gloria en gloria, de un carácter a otro mejor, y de una fortaleza a otra mayor, para reflejar más y más  la preciosa imagen de Jesús. 

El cristiano no debe tener un corazón petrificado, que impida la aproximación de sus semejantes.  Si tenemos un carácter hermoseado por las gracias celestiales, Jesús podrá reflejarse en el comportamiento. La presencia de Dios debe permanecer en nosotros para que podamos llevar la luz a cualquier lugar adonde vayamos.  Entonces los que entren en contacto con nosotros sabrán que la atmósfera del cielo nos rodea. (Review and Herald)

 

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RECIBIREIS PODER-Persona, Presencia y  Obra del Espíritu  Santo-parte 44-

FRUCTIFEROS EN  EL ESPÍRITU

PACIENCIA

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos, amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. (Colosenses 3:12)

 

El Capitán de nuestra salvación no reclamó para sí ninguna posición honrosa.  En cambio, tomó la forma de siervo para que la humanidad pudiera relacionarse con la divinidad. El hombre debe representar a Cristo. Para ello, necesita ser paciente con sus congéneres, perdonador y lleno de amor semejante al de Cristo.  El que está verdaderamente convertido manifestará respeto por sus hermanos y estará dispuesto a proceder como el Señor lo ordenó. Jesús dijo:

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros.  En ésto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34, 35). 

El creyente en quien abunda el amor de Dios manifestará tal expresión de ese amor que será comprendido por el mundo.

No todo el que habla de Cristo es uno con El. Los que no tienen el Espíritu y la gracia de Jesús no son suyos, no importa lo que profesen. Por sus frutos los conoceréis.  Las prácticas y costumbres que siguen los dictados del mundo no promueven los principios de la Ley de Dios.  Y por no tener el aliento de su Espíritu, tampoco expresan su carácter. La semejanza a Cristo será revelada únicamente por los que se asemejan a la imagen divina.  Sólo los que son modelados mediante el Espíritu Santo, pueden llegar a ser hacedores de la Palabra.  Esto los pone en condiciones de dar a conocer la mente y la voluntad de Dios.

En el mundo existe una falsificación del cristianismo genuino.  El verdadero espíritu del hombre se da a conocer por el modo como este se relaciona con su prójimo.  Podemos preguntar: ¿Representa el carácter de Cristo en espíritu y en acción, o simplemente es una manifestación natural del carácter egoísta, propio de los que pertenecen al mundo? La simple profesión de fe no significa nada para Dios.  Antes que sea demasiado tarde para rectificar la conducta equivocada, que cada uno se pregunte: ¿Quién soy yo? Depende de nosotros mismos desarrollar el carácter que nos permita integrar la familia celestial, la realeza de Dios.  (Review and Herald)

 

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RECIBIREIS PODER-Persona, Presencia y  Obra del Espíritu  Santo-parte 43

FRUCTIFEROS EN  EL ESPÍRITU

PAZ

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4: 6, 7)

 

El Redentor del mundo decidió ofrecerles a sus atribulados discípulos el más poderoso de los consuelos.  De una extensa gama de posibilidades, escogió el tema del Espíritu Santo para que inspirara y vivificara sus corazones.  Sin embargo, aunque Cristo hizo mucho para darlo a conocer, ¡cuán poco habita en medio de las iglesias!  Aunque la divina influencia es esencial para la obra del perfeccionamiento del carácter cristiano, muchas veces son ignorados el nombre y la presencia del Espíritu Santo.

Algunos no están en paz. No tienen descanso, Están en un estado de irritación permanente, permiten que los dominen los impulsos y las pasiones.  Nada saben acerca de experimentar la paz y el descanso en Cristo. Al no tener ancla, son como un barco azotado y arrastrado por el viento.  En cambio, los que permiten que el Espíritu Santo gobierne sus mentes, proceden con mansedumbre y humildad. Por obrar en cooperación con Cristo serán guardados en completa paz.  Los que no se dejan guiar por el Espíritu Santo son como las agitadas aguas del océano.

El Señor nos ha dado la debida orientación para que podamos conocer su voluntad.  Los que tienen su mente centrada en el yo, son autosuficientes.  Piensan que no necesitan estudiar la Biblia, y se sienten muy perturbados cuando otros no tienen sus mismas ideas equivocadas e idéntica visión distorsionada.  En cambio, los que son guiados por el Espíritu Santo afirman el ancla detrás del velo, donde Jesús entró por nosotros. Investigan en las Escrituras con toda seriedad, y buscan la luz y el conocimiento que puedan guiarlos en medio de las perplejidades y peligros que encuentran a cada paso. 

Al contrario, los que son impacientes se quejan y murmuran, leen la Biblia sólo con el propósito de vindicar su propio curso de acción, mientras ignoran y pervierten el consejo de Dios.  El que tiene paz es porque puso su voluntad del lado de Dios y quiere seguir la divina orientación.  (Signs of the Times)

 

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 137-

 

 

LAS DUDAS. La aprobación de Dios fortalece al alma contra la duda, la perplejidad y el pesar excesivo que, minan las fuerzas vitales y causan enfermedades nerviosas tremendamente debilitantes y aflictivas.  –parte 2-

NINGÚN PENSAMIENTO DE DUDA DEBERÍA VER LA LUZ DEL DÍA: Hay que cuidar cada pensamiento de duda, de tal modo que no salga a la luz del día por haberlo expresado. La luz siempre se aleja de las palabras que honran a los poderes de las tinieblas.  La vida de nuestro Señor resucitado debería manifestarse diariamente en nosotros.

QUIEN DUDA EN FORMA CRONICA ES EGOCENTRICO: Es una gran desgracia dudar constantemente, con el ojo y los pensamientos concentrados en uno mismo. Mientras se contemple a sí mismo, mientras el yo y sus pensamientos sean el tema de su conversación, no podrá esperar que se lo transforme a la imagen de Cristo. El yo no es su salvador.  No tiene en sí mismo cualidades redentoras. 

El “yo” es un bote agujereado, y no le conviene embarcar su fe en él.  Si Ud. pone su confianza en él, ciertamente se hundirá. Uds. que dudan y están desanimados, ¿Cómo pueden esperar que su gozo permanezca y sea cumplido en Uds. si siguen meditando en sus propios caracteres imperfectos y alimentándose de ellos?

FE VERSUS INCREDULIDAD: No nos damos cuenta de cuanto perdemos por causa de la incredulidad.  Si no tenemos fe estaremos librando una batalla perdida.  Tenemos un Salvador que comprende cada aspecto de nuestra vida. 

Conoce nuestros desalientos y sabe exactamente que ayuda necesitamos.  Debemos tener fe en El, una fe que obre por el amor y que purifique el alma.  La fe crece gracias a los conflictos que tiene con las dudas; la virtud aumenta en fortaleza al resistir las tentaciones.

ALBERGUEMOS FE: No hay nada que fomente la incredulidad. El Señor manifiesta su gracia y su poder vez tras vez, y ésto debe enseñarnos que siempre es provechoso, en todas las circunstancias, fomentar la fe, hablar de la fe, proceder con fe. 

No debemos permitir que nuestros corazones y nuestras manos se debiliten al permitir que las sugestiones de mentes incrédulas planten en nuestros corazones las semillas de duda y desconfianza.

LA DUDA PRODUCE ENFERMEDADES NERVIOSAS: La seguridad de la aprobación de Dios promueve la salud física.  Fortalece al alma contra la duda, la perplejidad y el pesar excesivo que, con tanta frecuencia, minan las fuerzas vitales y causan enfermedades nerviosas tremendamente debilitantes y aflictivas.  El Señor ha empeñado su palabra infalible de que sus ojos estarán sobre los justos, y sus oídos abiertos a sus oraciones, pero que está contra todos los que proceden mal. Nos imponemos un trabajo muy arduo cuando tomamos un camino que pone al Señor contra nosotros.

NINGUNA SOSPECHA DEBERÍA DOMINAR LA MENTE: Ni la sospecha ni la desconfianza deberían posesionarse de nuestra mente.  Ningún temor acerca de la grandeza de Dios debería confundir nuestra fe.  Que Dios nos ayude a humillarnos con mansedumbre y sencillez. 

Cristo depuso su ropaje real y su corona, a fin de asociarse con la humanidad, y demostrar que los seres humanos pueden llegar a ser perfectos.  Ataviado con el ropaje de la misericordia, El vivió una vida perfecta en nuestro mundo, para mostrarnos su amor. El ha llevado a cabo aquéllo que debería tornar imposible el no creer en El.

Descendió de su elevada posición en la corte celestial para tomar sobre si la naturaleza humana.  Su vida es un ejemplo de lo que deberían ser las nuestras. Para que el temor a la grandeza de Dios no borrara nuestra creencia en el amor de Dios, Cristo se convirtió en varón de dolores, experimentado en quebrantos.  (Elena White)

Continúa en parte 138

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 10-

 

LA MENTE FANATICA.  Hay muchos movimientos en este tiempo cuando la obra del Señor debería estar en una condición elevada y pura y NO adulterada con supersticiones y fábulas. “Esta escrito”  ha de ser nuestra arma.

El Diccionario de la Real academia dice que el fanático es el que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento, creencias u opiniones religiosas, alguien preocupado o entusiasmado ciegamente por una cosa.

LOS FANATICOS Y EL FANATISMO SE INTRODUCEN: Vivimos en una época en que toda forma de fanatismo se abrirá paso entre creyentes e incrédulos.  Satanás se presentará, hablando mentiras con hipocresía.  Presentará todo lo que pueda inventar para engañar a hombres y mujeres.

COMO LO HACE SATANÁS: Satanás no puede mantener a las almas atadas a la indiferencia, tratará de hacerlos caer en el fanatismo. Cuando el Espíritu del Señor viene sobre su pueblo, el enemigo aprovecha la oportunidad para trabajar también sobre las diversas mentes y conducirlas a mezclar sus propias características peculiares de carácter con la obra de Dios.

Así siempre existe el peligro de que permitan que su propio espíritu se mezcle con la obra.  Muchos realizan una obra de su propio diseño que no es sugerida por Dios.

RESULTADO DE ACARICIAR TENDENCIAS DEFECTUOSAS: Hay algunos que no escucharán.  Por tanto tiempo escogieron seguir sus propios caminos y su propia sabiduría, por tanto tiempo acariciaron tendencias defectuosas de carácter heredadas y cultivadas, que están ciegos y no pueden ver muy lejos. 

Pervierten los principios, establecen normas falsas, preparan pruebas que no llevan la firma del Cielo…Algunos de ellos mismos se jactan en el Señor de que son un pueblo que hace justicia y no descuida los mandatos de Dios.

PRIVADOS DE UNA ACTITUD MENTAL SALUDABLE: Los que caen en las trampas de Satanás no han llegado a tener una actitud mental saludable. Están deslumbrados, se creen importantes y autosuficientes. El enemigo se asombra de que hayan caído cautivos con tanta facilidad.

COMO ENFRENTAR A UN FANATICO: Dios pide a sus siervos que estudien la mente y la voluntad de El.  Entonces, cuando vengan hombres con sus teorías curiosamente inventadas, no debemos entrar en controversia con ellos, sino afirmar lo que sabemos.  “Esta escrito”  ha de ser nuestra arma.

Gracias a Dios que también hay quienes han sido enseñados por El y que saben que es la verdad.

EL FANATISMO ES DIFICIL DE APAGAR: El fanatismo, una vez que ha comenzado y se ha dejado sin control, es difícil de apagar. Los que han sustentado este fanatismo, deshonran al Señor y ponen en peligro a su pueblo.  Hay muchos movimientos en este tiempo cuando la obra del Señor debería estar en una condición elevada y pura y NO adulterada con supersticiones y fábulas. 

Debemos estar en guardia a fin de mantener una estrecha comunión con Cristo y para no ser engañados por las artimañas de Satanás.  Tendremos éxito si avanzamos con fe, decididos a hacer la obra de Dios con inteligencia.

LA PAZ SOLO SE ENCUENTRA EN ABRIGAR LA MANSEDUMBRE: El alma encuentra descanso sólo en abrigar la mansedumbre y humildad de corazón. La paz de Cristo nunca se encuentra donde reina el egoísmo. 

El alma no puede crecer en la gracia cuando es egocéntrica y orgullosa.  Los que se han ofrecido a Cristo para llegar a ser sus discípulos deben negarse a sí mismos diariamente, tomar su cruz y seguir las pisadas de Jesús. Deben ir adonde su ejemplo los conduzca. (Elena White)

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LA FUENTE DE CURACION-parte 5-

DESARROLLO Y SERVICIO

La vida cristiana es más de lo que  a muchos  se  le representa.  No consiste toda ella en dulzura, paciencia, mansedumbre y benevolencia.  Estas virtudes son esenciales; pero también se necesita valor, fuerza, energía y perseverancia.  La senda que Cristo señala es estrecha y requiere abnegación. Para internarse en ella e ir al encuentro de dificultades y desalientos, se requieren valientes y no seres débiles.

LA FUERZA DEL CARÁCTER

Se necesitan hombres y mujeres  firmes que no esperen a que el camino se les allane y quede despejado de todo obstáculo, hombres y mujeres que inspiren nuevo celo a los débiles esfuerzos de los desalentados, hombres y mujeres cuyos corazones irradien el calor del amor cristiano, y cuyas manos tengan fuerza para hacer la obra del Maestro.

Dios desea que aprovechemos toda oportunidad de prepararnos para su obra. Espera que dediquemos todas nuestras energías a realizar dicha obra, y que mantengamos nuestros corazones susceptibles a su carácter tan sagrado y a sus temibles responsabilidades.

Nadie debe consentir en ser mera máquina, accionada por la inteligencia de otro hombre.  Dios nos ha dado capacidad para pensar y obrar, y actuando con cuidado, buscando en Dios nuestra sabiduría, llegaremos a estar en condición en llevar nuestras cargas.

El mismo espíritu y los mismos principios en que uno se inspira en el trabajo diario compenetrarán toda la vida.  Se necesitan hombres y mujeres de energía, integridad y diligencia; que estén dispuestos a hacer cuanto deba hacerse.

Cristo no prestó un servicio limitado.  No midió su obra por horas.  Dedicó su tiempo, su corazón, su alma y su fuerza a trabajar en beneficio de la humanidad.  Paso días de rudo trabajo y noches enteras pidiendo a Dios,  gracia y fuerza para realizar una obra mayor. Con clamores y lágrimas rogó al Cielo que fortaleciese su naturaleza humana para hacer frente al astuto adversario en todas sus obras de decepción, y que le sostuviese para el cumplimiento de su misión de enaltecer a la humanidad.  A sus obreros les dice:

“EJEMPLO OS HE DADO, PARA QUE COMO YO OS HE HECHO, VOSOTROS TAMBIÉN HAGAIS”.  (Juan 13:15)

SINCERIDAD DE PROPOSITO

Todo aquél que acepte a Cristo como su Salvador personal anhelará tener el privilegio de servir a Dios.  Al considerar lo que el Cielo ha hecho por él, su corazón se sentirá conmovido de amor y agradecimiento.  Ansiará manifestar su gratitud dedicando sus capacidades al servicio de Dios.

Anhelará demostrar su amor por Cristo y por los demás.  El verdadero obrero de Dios trabajará lo mejor que pueda, porque así podrá glorificar a su Maestro.  Obrará bien para satisfacer las exigencias de Dios.  Se esforzará para perfeccionar sus facultades. Todo hijo de Dios estará dispuesto a negarse a sí mismo y sacrificarse por la causa del Redentor.

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