Lo que la Biblia enseña acerca de la oración y la fe-lección 3-
Posted in 1.00-ADMIRABLE, CONSEJERO, LA FE DE JESUS-CURSO BIBLICO, 1.03--Lo que la Biblia enseña acerca de la oración y la fe-lección 3-, tagged fe, la biblia, oracion on agosto 12, 2014| Leave a Comment »
Posted in 1.00-MEDITACIONES-REFLEJEMOS A JESÚS-. Dios desea que sus hijos se amen unos a otros como Jesús nos amó. Han de reflejar este amor en su propio carácter, y proyectarlo sobre el mundo., 1.34-LA FE ES UN ESCUDO PARA TODA ALMA- Para ser puros y sinceros, ninguna influencia puede igualar a la de la sensación de la presencia de Dios., tagged alma, escudo, fe on julio 3, 2014| Leave a Comment »
LA FE ES UN ESCUDO PARA TODA ALMA
“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” (Efesios 6:16).
La fe significa confiar en Dios, creer que nos ama y sabe mejor que es lo que nos conviene. Por eso nos induce a escoger su camino en lugar del nuestro. En vez de nuestra pecaminosidad, sus justicia. Nuestra vida, nosotros mismos, ya somos suyos; la fe reconoce su derecho de propiedad, y acepta su bendición. La verdad, la justicia y la pureza han sido señaladas como los secretos del éxito en la vida. Es la fe la que nos pone en posesión de estos principios.
Todo buen impulso o aspiración es un don de Dios; la fe recibe de Dios la única vida que puede producir desarrollo y eficiencia verdaderos.
Se debería explicar claramente cómo se puede ejercer la fe. Toda promesa de Dios tiene ciertas condiciones. Si estamos dispuestos a hacer su voluntad, toda su fuerza nos pertenece. Cualquier don que nos prometa se encuentra en la promesa misma. “…La semilla es la palabra de Dios” (Lucas 8:11). Tan ciertamente como se encuentra la semilla del roble en la bellota, se encuentra el don de Dios en su promesa. Si recibimos la promesa, recibimos el don.
La fe que nos capacita para recibir los dones de Dios es en sí misma un don del cual se imparte una porción a cada ser humano. Aumenta a medida que se la usa para asimilar la Palabra de Dios. A fin de fortalecer la fe debemos ponerla a menudo en contacto con la Palabra.
Al estudiar la Biblia, el estudiante debería ser inducido a ver el poder de la Palabra de Dios. En ocasión de la creación, “Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió” (Salmo 33:9).
Considerada en su aspecto humano, la vida es para todos un sendero desconocido. Es un camino por el cual, en lo que a nuestras más íntimas experiencias se refiere, andamos solos. Ningún otro ser humano pude penetrar plenamente en nuestra vida íntima. Al emprender el niño ese viaje en el cual tarde o temprano deberá escoger su curso y decidir las consecuencias de la vida para la eternidad, ¡cuán ferviente debería ser el esfuerzo hecho para dirigir su fe al Guía y Ayudador infalible!
Como escudo contra la tentación e inspiración para ser puros y sinceros, ninguna influencia puede igualar a la de la sensación de la presencia de Dios.”…todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” ”…todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos . “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio…” (Hebreos 4:13; Habacuc 1:13). Este pensamiento fue el escudo de José en medio de la corrupción de Egipto. Su respuesta a los atractivos de la tentación fue firme:
“¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9).
La fe, si se cultiva, será un escudo para toda alma. (La Educación)
Posted in 1.00-AMPARO Y FORTALEZA-"Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones"., 1.35-La obediencia es fruto de la fe. La justicia que se define por la norma de la santa Ley de Dios, está expresada en los DIEZ MANDAMIENTOS (Éxodo 20:3-17)., tagged aceptacion, Exodo 20:3-17, fe, felicidad, los diez mandamientos, victoria on septiembre 27, 2013| Leave a Comment »
EL SECRETO DE LA FELICIDAD Y LA VICTORIA-parte 4-
FE Y ACEPTACION –parte 2-
Hay dos errores contra los cuales los hijos de Dios deben guardarse en forma especial. El primero es el de fijarnos en nuestras propias obras, confiando en algo que podamos hacer para ponernos en armonía con Dios. Todo lo que el hombre puede hacer sin Cristo está contaminado de egoísmo y pecado. Sólo la gracia de Cristo, por medio de la fe, puede hacernos santos.
El error opuesto y no menos peligroso consiste en sostener que la fe en Cristo exime a los hombres de guardar la Ley de Dios, y que en vista de que sólo por la fe llegamos a ser participantes de la gracia de Cristo, nuestras obras no tienen nada que ver con nuestra redención. (Leer Santiago 2:14-26)
La obediencia es fruto de la fe. La justicia que se define por la norma de la santa Ley de Dios, está expresada en los DIEZ MANDAMIENTOS (Éxodo 20:3-17). La así llamada fe en Cristo que, según se piensa exime a los hombres de la obligación de obedecer a Dios, no es fe, sino presunción.
La condición para alcanzar la vida eterna es ahora exactamente la misma de siempre, tal cual era en el paraíso antes de la caída de nuestros primeros padres: la perfecta obediencia a la Ley de Dios, la perfecta justicia. Si la vida eterna se concediera con alguna condición inferior a ésta, peligraría la felicidad de todo el universo. Se le abriría la puerta al pecado con toda su secuela de dolor y miseria para siempre.
Cristo cambia el corazón. El habita en nosotros por la fe. Debemos mantener esta comunión con Cristo por la fe y la sumisión continua de nuestra voluntad a El. Mientras lo hagamos, El obrará en nosotros para que querramos y hagamos conforme a su voluntad.
Cuanto más cerca estemos de Jesús, más imperfectos nos reconoceremos, porque veremos tanto más claramente nuestros defectos a la luz del contraste de su perfecta naturaleza. Esta es una señal cierta de que los engaños de Satanás han perdido su poder, y de que el Espíritu de Dios nos está despertando. No puede existir amor profundo hacia el Señor Jesús en el corazón que no comprende su propia perversidad.
El alma transformada por la gracia de Cristo admirará su divino carácter. Una percepción de nuestra pecaminosidad nos impulsa hacia Aquel que puede perdonarnos, y cuando, comprendiendo nuestro desamparo, nos esforcemos por seguir a Cristo, El se nos revelará con poder. Cuanto más nos impulse hacia El y hacia la Palabra de Dios, tanto más elevada visión tendremos del carácter de nuestro Redentor y con tanta mayor plenitud reflejaremos su imagen.
¿COMO PERMANECER CON CRISTO?-parte 1-
ENTREGA DIARIA: Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de ésto tu primer trabajo. Sea tu oración “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”. Este es un asunto diario. Somete todos tus planes a El, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indica la providencia. Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo.
La vida en Cristo es una vida de reposo. Tal vez no haya éxtasis de los sentimientos, pero debe haber una confianza continua y apacible. Cuando pensamos mucho en nosotros mismos, no alejamos de Cristo, la fuente de la fortaleza y la vida. Por ésto Satanás se esfuerza constantemente por mantener la atención apartada del Salvador, a fin de impedir la unión y comunión del alma con Cristo.
Son muchas las maneras en que Dios procura dársenos a conocer y ponernos en comunión con El. No se derraman lágrimas sin que El lo note. No hay sonrisa que para El pase inadvertida. Si creyéramos implícitamente ésto, desecharíamos toda ansiedad indebida. Nuestras vidas no estarían tan llenas de desengaños como ahora; porque cada cosa, grande o pequeña, se dejaría en manos de Dios.
ESTUDIO DE LA PALABRA
Continúa en parte 5
Posted in 1.00-FRUTOS DEL ESPIRITU., 1.07-FE., tagged Cristo, fe, los diez mandamientos on enero 11, 2012| Leave a Comment »
Posted in 1.00-RECIBIREIS PODER -Persona, Presencia y Obra del Espíritu Santo- La Venida del Espíritu., 1.47-Diariamente necesitamos ser transformados por el Espíritu Santo,cuya misión es elevar el gusto,santificar el corazón y ennoblecer el ser entero para que podamos representar la incomparable...., tagged AMOR, conviccion, fe, mandamientos, purifica, santidad on enero 4, 2012| Leave a Comment »
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. (Hebreos 11:1)
Ir a Cristo debe ser un ejercicio de la fe. Si lo incorporamos a los quehaceres diarios, tendremos paz, gozo y por experiencia, conoceremos el significado de sus palabras:
“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado lo mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Juan 15:10)
Nuestra fe debe aferrarse a la promesas para que podamos permanecer en el amor de Jesús. Cristo dijo:
“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15:11)
La fe obra por amor y purifica al creyente. Mediante la fe el Espíritu Santo tiene acceso al corazón y desarrolla la santidad interior. A menos que esté en comunión con Dios mediante el Espíritu, el hombre no puede llegar a ser un agente que haga las obras de Cristo. Seremos preparados para el cielo únicamente mediante la transformación del carácter. Si deseamos tener acceso al Padre, debemos exhibir las credenciales de la justicia de Cristo.
Participaremos de la naturaleza divina cuando huyamos de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia. Diariamente necesitamos ser transformados por el Espíritu Santo, cuya misión es elevar el gusto, santificar el corazón y ennoblecer el ser entero para que podamos representar la incomparable hermosura de Jesús.
Debemos mirar a Cristo y por la contemplación seremos transformados. Tenemos que ir al El como una fuente abierta e inagotable de la que podemos beber una y otra vez, y de la cual disfrutaremos siempre del fresco suministro. Necesitamos responder a la atracción de su amor para poder alimentarnos del Pan de vida que descendió del cielo, y beber del Agua de la vida que mana del trono de Dios.
Si deseamos que la fe nos una a su solio, mantengámonos mirando hacia arriba. Si miramos hacia abajo, quedaremos atados a la tierra. No examine su fe como si fuera una flor para saber si tiene raíces. La fe crece imperceptiblemente.
Posted in 1.00-RECIBIREIS PODER -Persona, Presencia y Obra del Espíritu Santo- La Venida del Espíritu., 1.45-El que dice ser cristiano expresará palabras bondadosas a sus parientes y a otros con los que también se relaciona. Será bondadoso, cortés, amable y compasivo, y deseará educarse a fin de..., tagged AMOR, benignidad, bondad, fe, FRUTOS DEL ESPIRITU, gozo, mansedumbre, paz, templanza on diciembre 31, 2011| Leave a Comment »
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. (Gálatas 5:22, 23)
Si Cristo habita en nosotros, debemos ser cristianos tanto el hogar cuanto fuera de él. El que dice ser cristiano expresará palabras bondadosas a sus parientes y a otros con los que también se relaciona. Será bondadoso, cortés, amable y compasivo, y deseará educarse a fin de poder habitar con la familia celestial. Si es miembro de la realeza, procurará representar bien al reino en todo lugar. Hablará a los niños con amabilidad, ya que ellos también son herederos de Dios y miembros de las cortes celestiales.
Entre los hijos del reino no hay lugar para las asperezas, porque “el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22, 23). En la iglesia se manifestará el espíritu que se cultiva en el hogar.
Debemos educar el carácter para practicar la piedad, la docilidad, la ternura, la compasión y el espíritu perdonador. El abandonar la vanidad, la conversación insensata y las burlas, no nos hará fríos, antipáticos y antisociales. Debemos mantenernos hablando acerca de la luz, y de Cristo, el Sol de Justicia, hasta que en nosotros se produzca el cambio de gloria en gloria, de un carácter a otro mejor, y de una fortaleza a otra mayor, para reflejar más y más la preciosa imagen de Jesús.
El cristiano no debe tener un corazón petrificado, que impida la aproximación de sus semejantes. Si tenemos un carácter hermoseado por las gracias celestiales, Jesús podrá reflejarse en el comportamiento. La presencia de Dios debe permanecer en nosotros para que podamos llevar la luz a cualquier lugar adonde vayamos. Entonces los que entren en contacto con nosotros sabrán que la atmósfera del cielo nos rodea. (Review and Herald)
Posted in 1.00-RECIBIREIS PODER -Persona, Presencia y Obra del Espíritu Santo- La Venida del Espíritu., 1.30-La dificultad no reside en el mayor de todos los Maestros,sino en el aprendiz que,aferrándose a sus propias impresiones e ideas,no renuncia a las teorías humanas y tampoco está dispuesto a..., tagged Apoc.3:20, carne, conciencia, corazones, Espíritu, fe, purifica, sangre, teorias humanas, vida, vida eterna on diciembre 3, 2011| Leave a Comment »
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. (Apocalipsis 3:20)
Todos, desde el mayor hasta el menor, deben ser enseñados por Dios. Podemos ser instruidos por el hombre para ver claramente la verdad, pero solo Dios puede enseñar para recibir la verdad salvadora, y para que las palabras de vida eterna sean atesoradas en corazones honestos y buenos. Pacientemente el Señor está esperando instruir a cada creyente sincero que desea ser enseñado.
La dificultad no reside en el instructor, el mayor de todos los Maestros, sino en el aprendiz que, aferrándose a sus propias impresiones e ideas, no renuncia a las teorías humanas y tampoco está dispuesto a aprender con humildad. No permiten que sus conciencias y sus corazones sean educados, disciplinados y adiestrados: como el granjero para labrar la tierra y el arquitecto para construir un edificio.
“Somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”. (1Cor.3:9)
Cada uno debe ser labrado, moldeado y adaptado a la semejanza divina. Amigo, joven o anciano, Cristo dice: “Si no coméis la carne del Hijo de hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”; si no aceptamos las palabras de Cristo como las de un consejero nuestro, no podremos dar a conocer su sabiduría ni su vida espiritual.
“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna…Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mi permanece, y yo en él” (Juan 6:53-56). Cristo dijo: “El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. (v.63)
Gracias al Espíritu, y al obrar por amor, los que investigan las Escrituras y con fervor buscan entenderla y aceptarla, además de experimentar la santificación que conduce al corazón de la verdad, también serán ayudados a tener la fe que purifica al creyente. Al alimentarse del Pan de la vida nutrirán todos los nervios y músculos espirituales.
Posted in 1.00- EL CAMINO A CRISTO- CONOZCAMOS AL PRINCIPE DEL CIELO-, 1.37-¿QUE DEBE HACERSE CON LA DUDA?Es imposible para el espíritu finito del hombre comprender plenamente el carácter o las obras del Infinito., tagged fe, revelación de Dios, vida cristiana on enero 17, 2011| Leave a Comment »
¿QUE DEBE HACERSE CON LA DUDA?
¿QUE DEBE HACERSE CON LA DUDA?–parte 1-
Muchos, especialmente los que son nuevos en la vida cristiana, se sienten a veces turbados con las sugestiones del escepticismo. Hay muchas cosas en la Biblia que no pueden explicar y ni siquiera entender, y Satanás las emplea para hacer vacilar su fe en la Santas Escrituras como revelación de Dios. Preguntan: ¿Cómo sabré cuál es el buen camino? Si la Biblia es en verdad la Palabra de Dios, ¿cómo puedo librarme de estas dudas y perplejidades?
Dios nunca nos exige que creamos sin darnos suficiente evidencia sobra la cual fundar nuestra fe. Su existencia, su carácter, la veracidad de su Palabra, todas estas cosas están establecidas por abundantes testimonios que excitan nuestra razón. Sin embargo, Dios no ha quitado nunca toda posibilidad de duda. Nuestra fe debe reposar sobre evidencias, no sobre demostraciones. Los que quieran dudar tendrán oportunidad; al paso que los que realmente deseen conocer la verdad encontrarán abundante evidencia sobre la cual basar su fe.
Es imposible para el espíritu finito del hombre comprender plenamente el carácter o las obras del Infinito. Para la inteligencia más perspicaz, para el espíritu más ilustrado, aquel santo Ser debe siempre permanecer envuelto en el misterio. “¿Puedes tu descubrir las cosas recónditas de Dios? ¿Puedes hasta lo sumo llegar a conocer al Todopoderoso? Ello es alto como el cielo, ¿Qué podrás saber?” (Job 11:7, 8).
El apóstol Pablo exclama: ¡Oh profundidad de las riquezas, así de la sabiduría como de la ciencia de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios, e ininvestigables sus caminos!” (Rom.11:33). Más aunque “nubes y tinieblas están alrededor de El; justicia y juicio son el asiento de su trono”. (Sal.97:2). Pero donde comprendemos su modo de obrar con nosotros y los motivos que lo mueven, descubrimos su amor y misericordia sin límites unidos a su infinito poder. Podemos entender de sus designios cuanto es bueno para nosotros saber, y más allá de esto debemos confiar todavía en la mano omnipotente y en el corazón lleno de amor.
La Palabra de Dios, como el carácter de su divino Autor, presenta misterios que nunca podrán plenamente ser comprendidos por seres finitos. La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración y otros muchos asuntos que se presentan en la Biblia, son misterios demasiado profundos para que la mente humana los explique, o para que los comprenda siquiera plenamente. Pero no tenemos razón para dudar de la Palabra de Dios porque no podamos entender los misterios de su providencia. En el mundo natural estamos siempre rodeados de misterios que no podemos sondear.
Aún las formas más humildes de la vida presentan un problema que el más sabio de los filósofos es incapaz de explicar. Por todas partes se presentan maravillas que superan nuestro conocimiento. ¿Debemos sorprendernos de que en el mundo espiritual haya también misterios que no podamos sondear? La dificultad está únicamente en la debilidad y estrechez del espíritu humano. Dios nos ha dado en las Santas Escrituras pruebas suficientes de su carácter divino y no debemos dudar de su Palabra porque no podamos entender los misterios de la providencia. (Elena White)