Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘la LEY DE DIOS’

CONFLICTO ENTRE EL BIEN Y EL MALparte 10-

EL ORIGEN DEL MAL Y DEL DOLOR-parte 9-

EL ORIGEN DEL MAL Y DEL DOLOR –parte 9-

La muerte de Cristo prueba que la Ley es inmutable. Y el sacrificio al cuál el amor infinito impelió al Padre y al Hijo a fin de que los pecadores pudiesen ser redimidos, demuestra a todo el universo-y nadie que fuese inferior a este plan habría bastado para demostrarlo- que la justicia y la misericordia son el fundamento de la ley y del gobierno de Dios. En la ejecución final del juicio se verá que no existe causa para el pecado. Cuando el Juez de toda la tierra pregunte a Satanás: “¿Porqué te rebelaste contra MI y arrebataste súbditos de mi reino?” el autor del mal no podrá ofrecer excusa alguna.  Toda boca permanecerá cerrada, todas las huestes rebeldes quedarán mudas.

Mientras la cruz del Calvario proclama el carácter inmutable de la ley, declara al universo que la paga del pecado es muerte.  El grito agonizante del Salvador “Consumado es”, fue el toque de agonía para Satanás.  Fue entonces cuando quedó zanjado el gran conflicto que había durado tanto tiempo y aseguraba la extirpación final del mal. El Hijo de Dios atravesó los umbrales de la tumba,  “para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, ésto es, al diablo” (Heb.2:14). 

El deseo que Lucifer tenía de exaltarse a sí mismo le había hecho decir: … ¡Junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono…y seré semejante al Altísimo!”  Dios declara: “¡Te pongo en ceniza sobre la tierra,…y para siempre dejaras de ser!” (Isaías 14:13,14; Ezeq.28:18,19).  Esto será cuando venga “el día ardiente como un horno; y todos los soberbios y todos los que hacen maldad  serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama” (Malaquías 4:1).

Todo el universo habrá visto la naturaleza y los resultados del pecado.  Y su destrucción completa que en un principio hubiese atemorizado a los ángeles y deshonrado a Dios, justificará entonces el amor de Dios y establecerá su gloria ante un universo de seres que se deleitarán en hacer su voluntad y en cuyos corazones se encontrará su Ley.  Nunca más se manifestará el mal.  La Ley de Dios que Satanás vituperó como yugo de servidumbre, será honrada como ley de libertad.  Después de haber pasado por tal prueba y experiencia, la creación no se desviará jamás de la sumisión a Aquél que se dio a conocer en sus obras como Dios de amor insondable y sabiduría infinita (Elena White).

  • “Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”  (Rom.5:1).

  •  “Pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1Juan 1:7).

  •  “Y por medio de El reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Colos.1:20).

 

 

Read Full Post »

CONFLICTO ENTRE EL BIEN Y EL MAL-parte 9-

EL ORIGEN DEL MAL Y DEL DOLOR-parte 8

EL ORIGEN DEL MAL Y DEL DOLOR –parte 8-

Entonces fue cuando la culpabilidad de Satanás se destacó en toda su desnudez. Había dado a conocer su verdadero carácter de mentiroso y asesino.  Se echó de ver que el mismo espíritu con el cual él gobernaba a los hijos de los hombres que estaban bajo su poder, lo habría manifestado en el cielo si hubiese podido gobernar a los habitantes de éste.  Había aseverado que la transgresión de la Ley de Dios traería consigo libertad y ensalzamiento; pero lo que trajo en realidad fue servidumbre y degradación.

Los falsos cargos de Satanás contra el carácter del gobierno divino aparecieron en su verdadera luz.  El había acusado a Dios de buscar tan sólo su propia exaltación con las exigencias de sumisión y obediencia por parte de sus criaturas, y había declarado que mientras el Creador exigía que todos se negasen a sí mismos, El mismo no practicaba la abnegación ni hacia sacrificio alguno.

Entonces se vio que para salvar una raza caída y pecadora, el Legislador del universo había hecho el mayor sacrificio que el amor pudiera inspirar, pues “Que Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo,…” (2 Cor.5:19).  Vióse además que mientras Lucifer había abierto la puerta al pecado debido a su sed de honores y supremacía, Cristo, para destruir el pecado, se había humillado y echo obediente hasta la muerte.

Dios había manifestado cuánto aborrece los principios de rebelión.  Todo el cielo vio su justicia revelada, tanto en la condenación de Satanás como en la redención del hombre.  Lucifer había declarado que si la ley de Dios era inmutable y su penalidad irremisible, todo transgresor debía ser excluido para siempre de la gracia del Creador.  El había sostenido que la raza pecaminosa se encontraba fuera del alcance de la redención, y era por consiguiente presa legítima suya. Pero la muerte de Cristo fue un argumento irrefutable en favor del hombre.  La penalidad de la ley caía sobre El que era igual a Dios y el hombre  quedaba libre de aceptar la justicia de Dios y de triunfar del poder de Satanás mediante una vida de arrepentimiento y humillación, como el Hijo de Dios había triunfado. Así Dios es justo, al mismo tiempo que justifica a todos los que creen en Jesús.

Pero no fue tan solo para realizar la redención del hombre para lo que Cristo vino a la tierra a sufrir y morir.  Vino para engrandecer la Ley y hacerla honorable. Ni fue tan sólo para que los habitantes de este mundo respetasen la Ley cual debía ser respetada, sino también para demostrar a todos los mundos del universo que la ley de Dios es inmutable. Si las exigencias de ella hubiesen podido descartarse, el Hijo de Dios no habría necesitado dar su vida para expiar la transgresión de ella. (Elena White)

Read Full Post »

EL CAMINO A CRISTO -EL PRINCIPE DEL CIELO- parte 22-

COMO LOGRAR UNA MAGNIFICA RENOVACION

COMO PERMANECER CERCA DE EL Y SOSTENER UNA VIDA VICTORIOSA EN CRISTO-parte 3-

En vez de que la fe exima al hombre de la obediencia, es la fe, y sólo ella, la que lo hace participante de la gracia de Cristo y lo capacita para obedecerlo.

No ganamos la salvación con nuestra obediencia; porque la salvación es el don gratuito de Dios, que se recibe por la fe. Pero la obediencia es el fruto de la fe. “Sabéis que El fue manifestado para quitar los pecados, y en El no hay pecado. Todo aquél que mora en El no peca; todo aquél que peca no le ha visto, ni le ha conocido.” (Juan 3:5,6). He aquí la verdadera prueba. Si moramos en Cristo, si el amor de Dios mora en nosotros, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras acciones, tienen que estar en armonía con la voluntad de Dios como se expresa en los preceptos de su Santa Ley. “¡Hijitos míos, no dejéis que nadie os engañe! el que obra justicia es justo, así como El es justo” (Juan 3:7).  Sabemos lo que es la justicia por el modelo de la Santa Ley de Dios, como se expresa en los Diez Mandamientos dados en el Sinaí. (Exodo 20:3-17)

Esa así llamada fe en Cristo, que según se declara exime a los hombres de la obligación de la obediencia a Dios, no es fe sino presunción. “Por gracia sois salvos, por medio de la fe”. Más “la fe, si no tuviere obras, es muerta” (Efes.2:8; Sant.2:7).  Jesús dijo de sí mismo antes de venir al mundo: “Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón.” (Sal.40:8).  Y cuando estaba por ascender a los cielos, dijo otra vez: Yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” (Juan 15:10).  La Escritura dice: “Y en ésto sabemos que le conocemos a El, a saber, si guardamos sus mandamientos…El que dice que mora en El debe también el mismo andar así como El anduvo.” (Juan 2:3-6).

La condición para alcanzar la vida eterna es ahora exactamente la misma de siempre, tal cual era en el paraíso antes de la caída de nuestros primeros padres: la perfecta obediencia a la Ley de Dios, la perfecta justicia.  Si la vida eterna se concediera con alguna condición inferior a ésta, peligraría la felicidad de todo el universo.  Se le abriría la puerta al pecado con todo su sequito de dolor y miseria para siempre.

Era posible para Adán, antes de la caída, conservar un carácter justo por la obediencia a la ley de Dios. Más no lo hizo, y por causa de su caída tenemos una naturaleza pecaminosa y no podemos hacernos justos a nosotros mismos.  Puesto que somos pecadores y malos, no podemos obedecer perfectamente una ley santa.  No tenemos por nosotros mismos justicia con que cumplir lo que la ley de Dios demanda.  Más Cristo nos ha preparado una vía de escape.  Vivió sobre la tierra en medio de pruebas y tentaciones tales como las que nosotros tenemos que arrostrar.  Sin embargo, su vida fue impecable.  Murió por nosotros y ahora ofrece quitarnos nuestros pecados y vestirnos de su justicia.  (Elena White)

Read Full Post »

EL CAMINO A CRISTO -EL PRINCIPE DEL CIELO- parte 21-

COMO LOGRAR UNA MAGNIFICA RENOVACION

COMO PERMANECER CERCA DE EL Y SOSTENER UNA VIDA VICTORIOSA EN CRISTO-parte 2-

No hay evidencia de arrepentimiento verdadero cuando no se produce una reforma en la vida.  Si restituye la prenda, devuelve lo que hubiera robado, confiesa sus pecados y ama a Dios y a su prójimo, el pecador puede estar seguro de que pasó de muerte a vida.

Cuando venimos a Cristo, como seres errados y pecaminosos, y nos hacemos participantes de su gracia perdonadora, nace en nuestro corazón el amor de El. Toda carga resulta ligera; porque el yugo de Cristo es suave.  El sendero que en el pasado nos parecía cubierto de tinieblas ahora brilla con los rayos del Sol de Justicia.  La belleza del carácter de Cristo se verá en los que le siguen.  Era su delicia hacer la voluntad de Dios.  El poder predominante en la vida de nuestro Salvador era el amor a Dios y el celo por su gloria.

El amor embellecía y ennoblecía todas sus acciones.  El amor es de Dios, no puede producirlo u originarlo el corazón inconverso. Se encuentra solamente en el corazón donde Cristo reina. “Nosotros amamos, por cuanto El nos amó primero” (1 Juan 4:19). En el corazón regenerado por la gracia divina, el amor es el móvil de las acciones.  Modifica el carácter, gobierna los impulsos, restringe las pasiones, domina la enemistad y ennoblece los afectos.  Este amor alimentado en el alma, endulza la vida y derrama una influencia purificadora en todo su derredor.

Hay dos errores contra los cuales los hijos de Dios, particularmente los que apenas han comenzado a confiar en su gracia, deben especialmente guardarse.  El primero, sobre el que ya se ha insistido, es el fijarse en sus propias obras, confiando en alguna cosa que puedan hacer, para ponerse en armonía con Dios. El que está procurando llegar a ser santo mediante sus propios esfuerzos por guardar la Ley, está procurando una imposibilidad.  Todo lo que el hombre puede hacer sin Cristo está contaminado de amor propio y pecado.  Solamente la gracia de Cristo, por medio de la fe, puede hacernos santos.

El error opuesto y no menos peligroso es que la fe en Cristo exime a los hombres de guardar la Ley de Dios; que puesto que solamente por la fe somos hechos participantes de la gracia de Cristo, nuestras obras no tienen nada que ver con nuestra redención.

Pero nótese aquí que la obediencia no es un mero cumplimiento externo, sino un servicio de amor.  La Ley de Dios es una expresión de su misma naturaleza; es la personificación del gran principio del amor y, en consecuencia, el fundamento de su gobierno en los cielos y en la tierra. Si nuestros corazones son regenerados a la semejanza de Dios, si el amor divino es implantado en el corazón, ¿no se manifestará la Ley de Dios en la vida?

Cuando es implantado el principio del amor en el corazón, cuando el hombre es renovado conforme a la imagen del que lo creó, se cumple en él la promesa del nuevo pacto: “Pondré mis leyes en su corazón, y también en su mente las escribiré” (Heb.10:16). La obediencia, es decir, el servicio y la lealtad de amor, es la verdadera prueba del discipulado. La escritura dice:

“Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos”. “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y no hay verdad en él”.  (Juan 5:3, 2:4)     

(Elena White)

Read Full Post »

EL CAMINO A CRISTO -EL PRINCIPE DEL CIELO- parte 12-

UN PODER MISTERIOSO QUE CONVENCE

COMO VENIR A DIOS ARREPENTIDO -parte 6

Muchos aceptan una religión intelectual, una forma de santidad, sin que el corazón esté limpio. Sea nuestra oración: “¡Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi!” (Salmo 51:10).  Seamos leales con nuestra propia alma. Seamos tan diligentes, tan persistentes, como lo seríamos si nuestra vida mortal estuviera en peligro.  Este es un asunto que debe arreglarse entre Dios y nuestra alma; arreglarse para la eternidad.  Una esperanza supuesta y nada más, llegará a ser nuestra ruina.

Estudiemos la Palabra de Dios con oración. Esa Palabra nos presenta, en la Ley de Dios y en la vida de Cristo, los grandes principios de “la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Heb.12:14). Convence de pecado; revela plenamente el camino de la salvación. Prestémosle atención como a la voz de Dios que nos habla.

Cuando veamos la enormidad del pecado, cuando nos veamos como somos en realidad, no nos entreguemos a la desesperación. Pues a los pecadores es a quienes Cristo vino a salvar. El está solicitando por su tierno amor los corazones de sus hijos errados.  Ningún padre según la carne podría ser tan paciente con las faltas y yerros de sus hijos, como lo es Dios con aquellos a quienes trata de salvar. Nadie podría argüir más tiernamente con el pecador.  Jamás labios humanos han dirigido invitaciones más tiernas que El al extraviado.  Todas sus promesas, sus amonestaciones, no son sino la expresión de su indecible amor.

Cuando Satanás viene a decirte que eres un gran pecador, mira a tu Redentor y habla de sus méritos.  Lo que te ayudará será el mirar su luz.  Reconoce tu pecado, pero di al enemigo que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores “(1Tim.1:15), y que puedes ser salvo por su incomparable amor. Los méritos de su sacrificio son suficientes para presentarlos al Padre en nuestro favor.  Aquéllos a quienes ha perdonado más, lo amarán más, y estarán más cerca de su trono alabándolo por su grande amor e infinito sacrificio.  Cuanto más plenamente comprendemos el amor de Dios, más nos percatamos de la pecaminosidad del pecado.  Cuando vemos cuán larga es la cadena que se nos ha arrojado para rescatarnos, cuando entendemos algo del sacrificio infinito que Cristo ha hecho en nuestro favor, el corazón se derrite de ternura y contrición.  (Elena White)

  • “Pero anhelaban una mejor, ésto
  • es, celestial; por lo cuál Dios no se
  • avergüenza de llamarse Dios de ellos;
  • porque les ha preparado una ciudad.”  (Heb.11:16)
  • “Bienaventurados los que guardan
  • sus mandamientos, para tener
  • derecho al árbol de la vida, y para
  • entrar por la puertas de la ciudad”.  (Apoc.22:14)
  • “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que
  • os falta conforme a sus riquezas en
  • gloria en Cristo Jesús”.  (Filip.4:19)
  • Reconócelo en todos tus
  • caminos, y El enderezará  tus veredas”.  (Prov.3:6)

 

Read Full Post »

EL CAMINO A CRISTO -EL PRINCIPE DEL CIELO- parte 11-

UN PODER MISTERIOSO QUE CONVENCE

COMO VENIR A DIOS ARREPENTIDO -parte 5-

Adán y Eva se persuadieron de que por una cosa de tan poca importancia, como comer la fruta prohibida, no podrían resultar tan terrible consecuencias como Dios les había declarado.  Pero esta cosa tan pequeña era la transgresión de la Santa e inmutable Ley de Dios; separaba de Dios al hombre y abría las compuertas de la muerte y de miserias sin número sobre nuestro mundo.  Siglo tras siglo ha subido de nuestra tierra un continuo lamento de aflicción, y la creación a una gime bajo la fatiga terrible del dolor, como consecuencia de la desobediencia del hombre.  El cielo mismo ha sentido los efectos de la rebelión del hombre contra Dios.  El Calvario está delante de nosotros como un recuerdo del sacrificio asombroso que se requirió para expiar la transgresión de la Ley Divina.  No consideremos el pecado como cosa trivial.

Toda transgresión, todo descuido o rechazo de la gracia de Cristo, obra indirectamente sobre nosotros; endurece el corazón, deprava la voluntad, entorpece el entendimiento y, no solamente nos hace menos inclinados a ceder, sino también menos capaces de ceder a la tierna invitación del Espíritu de Dios.

Muchos están apaciguando su conciencia inquieta con el pensamiento de que pueden cambiar su mala conducta cuando quieran; de que pueden tratar con ligereza las invitaciones de la misericordia y, sin embargo, seguir siendo llamados.  Piensan que después de menospreciar al Espíritu de gracia, después de echar su influencia del lado de Satanás, en un momento de terrible necesidad pueden cambiar de conducta.  Pero ésto no se hace tan fácilmente.  La experiencia y la educación de una vida entera han amoldado de tal manera el carácter, que pocos desean después recibir la imagen de Jesús.

Un solo rasgo malo de carácter, un solo deseo pecaminoso, acariciado persistentemente, neutralizan a  veces todo el poder del Evangelio. Toda indulgencia pecaminosa fortalece la aversión del alma hacia Dios. El hombre que manifiesta un descreído atrevimiento o una impasible indiferencia hacia la verdad, no está sino segando la cosecha de su propia siembra.  En toda la Biblia no hay amonestación más terrible contra el hábito de jugar con el mal que las palabras del hombre sabio, cuando dice: “Prenderán al impío sus propia iniquidades” (Prov.5:22).

Cristo está pronto para libertarnos del pecado, pero no fuerza la voluntad; y si por la persistencia en el pecado la voluntad misma se inclina enteramente al mal y no deseamos ser libres, si no queremos aceptar su gracia, ¿qué más puede hacer? Hemos obrado nuestra propia destrucción por nuestro deliberado rechazo de su amor. “¡He aquí ahora es el tiempo acepto! ¡He aquí ahora es el día de salvación!” (2Cor.6:2) “¡Hoy, si oyeres su voz, no endurezcáis vuestros corazones!”  (Heb.3:7,8). “El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” (1Samuel 16:7), el corazón humano con sus encontradas emociones de gozo y tristeza, el extraviado y caprichoso corazón, morada de tanta impureza y engaño. El sabe tus motivos, tus mismos intentos y miras. Vayamos a El con nuestra alma manchada como está.  Como el salmista, abramos nuestras cámaras al ojo que todo lo ve:

¡Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame, y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mi, camino de perversidad, y guíame en el camino eterno!” (Salmo 139:23, 24). 

(Elena White)

Read Full Post »

MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 163-

 

 

NECESIDADES EMOCIONALES. Tenemos que poner nuestras mentes en armonía con su mente.  Su verdad nos santificará en cuerpo, alma y espíritu, y recibiremos poder para elevarnos por encima de la tentación. –parte 4-

LA LEY DE DIOS PERMITE QUE HAYA CONFIANZA Y COOPERACION: Por todo lo que hace posible la confianza y la cooperación, el mundo es deudor a la Ley de Dios, según la da su Palabra, y según se puede encontrar aún, en rasgos a menudo oscuros y casi borrados, en el corazón de los hombres.

ÉXITO VERSUS DINERO: Cuando nos pongamos en la debida relación con Dios, tendremos el éxito dondequiera que vayamos; y si lo que deseamos es tener una vida de éxito y no dinero, Dios nos la dará porque El sabe todo lo relacionado con nuestra abnegación. 

Conoce cada sacrificio que hemos realizado.  Podemos pensar que nuestra abnegación carece de importancia, que deberíamos recibir más consideración, pero es importante delante del Señor. Cuando las personas comienzan a buscar salarios cada vez más elevados, en su experiencia ocurre algo que los coloca en terreno desventajoso. 

Pero cuando aceptan un sueldo que pone de manifiesto su abnegación, el Señor ve su renunciamiento personal y les proporciona éxito y victoria. El Señor que ve en secreto recompensará públicamente cada sacrificio que sus hijos leales hayan estado dispuestos a realizar.

LA SEGURIDAD NO DEPENDE DE LAS RIQUEZAS: Muchos creen que encontraran seguridad en las riquezas terrenales. Pero Cristo trata de eliminar del ojo de ellos la mota que oscurece su visión para capacitarlos de modo que puedan ver el más excelente y eterno peso de gloria. 

Están confundiendo fantasmas con la realidad, y han perdido de vista las glorias del mundo eterno.  Cristo los invita a proyectar su mirada más allá del presente para añadir eternidad a su visión.

LA CONFIANZA EN DIOS DA VERDADERA SEGURIDAD: Dios desea que escojamos lo celestial en vez de lo terrenal.  Nos presenta las posibilidades de una inversión celestial. Declara:

“Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que oro de Ofir al hombre” (Isaías 13:12)

Cuando hayan sido arrasadas las riquezas que la polilla devora y el orín corrompe, los seguidores de Cristo podrán regocijarse en su tesoro celestial, las riquezas imperecederas.

INFLUENCIA SANTIFICADORA DE LA VERDAD: La única seguridad para toda alma consiste en pensar con rectitud.  Debemos emplear todos los medios que Dios ha puesto a nuestro alcance para el gobierno y cultivo de nuestros pensamientos. 

Tenemos que poner nuestras mentes en armonía con su mente.  Su verdad nos santificará en cuerpo, alma y espíritu, y recibiremos poder para elevarnos por encima de la tentación.  Las palabras que pronunciemos entonces serán sabias.

CUANDO SE APLICA LA VERDAD MEJORA LA SALUD: Cuando los hombres que se han complacido en hábitos incorrectos y prácticas pecaminosas se rinden al poder de la verdad divina, la aplicación de esa verdad al corazón revitaliza las facultades morales que parecían estar paralizadas. 

El receptor llega a tener una comprensión más fuerte y más clara que antes de que su alma se asegurase a la Roca eterna.  Aún su salud física mejora al darse cuenta de que está seguro en Cristo.  La bendición de Dios, que descansa sobre el receptor, es de por sí salud y fuerza.

FORTALEZA PARA EL DÍA: Los ángeles, que harán de nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos, esperan nuestra cooperación. Esperan que respondamos a la atracción de Cristo.  Acerquémonos a Dios y uno al otro. 

Mediante nuestros deseos, nuestras oraciones silenciosas, nuestra resistencia a los instrumentos satánicos, ponemos nuestra voluntad de parte de la de Dios. Mientras tengamos el deseo de resistir al diablo, y oremos sinceramente diciendo: “Líbrame de la tentación”, tendremos fortaleza para el día.

La obra de los ángeles consiste en acercarse a los probados, tentados y sufrientes. Trabajan mucho tiempo e incansablemente para salvar a las almas por las cuales Cristo murió.

Elena White

Read Full Post »

MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 160-

 

 

NECESIDADES EMOCIONALES. La Ley de Dios es una ley de amor. El amor debe ser el principio que impulse a obrar. Es el amor a uno mismo lo que destruye nuestra paz.   –parte 1-

LAS RAZONES DE LA EXISTENCIA: La Ley de Dios es una ley de amor. EL nos rodeó de hermosura para enseñarnos que no estamos en la tierra únicamente para mirar por nosotros mismos, y para trabajar, sino para hacer la vida esplendorosa, alegre y bella por el amor de Cristo.  Así como las flores, hemos de alegrar otras vidas con el misterio del amor.

EL AMOR SATISFACE LAS NECESIDADES ÍNTIMAS: El amor debe ser el principio que impulse a obrar.  El amor es el principio fundamental del gobierno de Dios en los cielos y en la tierra, y debe ser el fundamento del carácter del cristiano. Solo ésto puede habilitarlo para resistir la prueba y la tentación.

CULTIVE EL AMOR: Hay que cultivar el amor a Dios y al prójimo, porque es tan precioso como el oro.  Necesitamos representar de la mejor manera posible el carácter de la religión pura e incontaminada que, tanto por su naturaleza como por sus requerimientos, es lo contrario al egoísmo.

Un amor como el que Cristo ejemplificó es incomparable; su valor supera al del oro, la plata o las piedras preciosas.  Debemos orar por el amor que Cristo poseía, y procurarlo por encima de las debilidades humanas.

TODOS NECESITAN AMOR: La razón por la cual hay tantos hombres y mujeres de corazón duro en nuestro mundo, es que el verdadero afecto ha sido considerado debilidad, y se lo ha desalentado y reprimido. Lo mejor de la naturaleza de las personas de esta clase ha sido pervertido y empequeñecido en la infancia, y a menos que los rayos de la luz divina logren derretir su frialdad y la dureza de su corazón egoísta, la felicidad de los tales está sepultada para siempre.

Si quisiéramos tener corazones tiernos, como el que tuvo Jesús cuando estuvo sobre la tierra, y una simpatía santificada, como la que tienen los ángeles por los mortales pecadores, cultivaríamos la simpatía de los niños, que es la sencillez misma.

EL CORAZÓN: UNA FUENTE DE AMOR: (consejo a un padre)  Ni Ud. ni su esposa han tenido experiencia en hacer sacrificios a favor de la verdad, en ser ricos en buenas obras, mediante el depósito de sus tesoros en el cielo.  No han ejercido cuidado, ni simpatía, ni paciencia con sus hijos dependientes y amantes. 

Han consultado su propia conveniencia egoísta. Sus corazones no han sido una fuente capaz de alimentar surtidores vivientes de ternura y afecto.  Al bendecir a los demás con amables palabras de amor y actos de misericordia y benevolencia, recibirán una bendición ellos mismos.

EL AMOR AL YO DESTRUYE LA PAZ: Es el amor a uno mismo lo que destruye nuestra paz. Mientras viva el yo, estaremos siempre dispuestos a protegerlo contra los insultos y la mortificación; pero cuando hayamos muerto al yo y nuestra vida este escondida con Cristo en Dios, no tomaremos a pecho los desdenes y desaires.  Seremos sordos a los vituperios y ciegos al escarnio y al ultraje.

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza en la verdad.  Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.  El amor nunca deja de ser” (1 Cor.13:4-8).

Elena White

Continúa en parte 161

Read Full Post »

MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 153-

 

LOS PENSAMIENTOS Y SU INFLUENCIA. Los jóvenes deberían cultivar hábitos que les permitan pensar correctamente.-parte 2-

“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Sal.19:14)

LA MENTE DEBE SER CONTROLADA CON FIRMEZA: Los jóvenes deberían comenzar pronto a cultivar hábitos que les permitan pensar correctamente.  Deberíamos disciplinar la mente para que los pensamientos recorran canales sanos, y no permitamos que se dediquen a cosas malas.  

Mientras Dios obre en el corazón por medio del Espíritu Santo, el hombre debe cooperar con El.  Se deben sujetar los pensamientos; hay que restringirlos, impedir que divaguen y se dediquen a contemplar cosas que sólo debilitan y contaminan el alma. 

Los pensamientos deben ser puros, las meditaciones del corazón limpias, a fin de que las palabras de la boca sean aceptables al Cielo y beneficiosas para los que se relacionan con nosotros. Cristo dijo a los fariseos:

¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.  El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro del corazón saca malas cosas” (Mat.12:34,35)

EL PECADO ABIERTO REVELA PENSAMIENTOS SUBYACENTES: El momento de tentación, en que posiblemente se caiga en pecado gravoso, no crea el mal que se manifiesta; sólo desarrolla o revela lo que está latente y oculto en el corazón.

“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”, ya que del corazón “mana la vida” (Prov.23:7; 4:23)

LA OBLIGACION DE CONTROLAR LOS PENSAMIENTOS: En el sermón de la montaña Jesús les presentó a sus discípulos los abarcantes principios de la Ley de Dios.  Les enseñó a sus oyentes que la Ley se transgredía en pensamiento antes que el mal deseo se convirtiera en acto.  Tenemos la obligación de controlar nuestros pensamientos y ponerlos en sujeción a la Ley de Dios. 

Las nobles facultades de la mente nos han sido dadas por Dios para que las empleemos en la contemplación de las cosas celestiales.  El Señor ha provisto en abundancia para que el alma progrese continuamente en la vida divina.  Nos ha puesto instrumento en cada mano para ayudarnos en nuestro desarrollo en el conocimiento de la virtud.

LAS MENTES NATURALES, NO ADIESTRADAS, NO ESTÁN MOTIVADAS POR ELEVADOS IDEALES: Si se le permite a la mente natural y egoísta seguir sus propios deseos pecaminosos, obrará sin motivos elevados, sin propender a la gloria de Dios, o al beneficio de la humanidad.  Los pensamientos serán pecaminosos, única y continuamente pecaminosos…

El Espíritu de Dios produce una nueva vida en el alma, conduciendo los pensamientos y los deseos a la obediencia de la voluntad de Cristo.

EL ADVERSARIO NO PUEDE LEER LOS PENSAMIENTOS: El adversario de las almas no puede leer los pensamientos de los hombres, pero es un agudo observador y toma nota de las palabras. Registra las acciones y hábilmente adapta sus tentaciones a los casos de quienes se colocan al alcance de su poder. 

Si trabajáramos para reprimir los pensamientos y sentimientos pecaminosos, sin darles expresión en palabras o acciones, Satanás sería derrotado, pues no podría preparar sus engañosas tentaciones adecuadas para el caso.  ¡Pero con cuanta frecuencia abren la puerta al adversario de las almas los profesos cristianos por su falta de dominio propio! 

Elena White

  Continúa en parte 154

 

Read Full Post »

MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 147-

 

LAS RELACIONES SOCIALES. La diversidad de clases sociales que caracteriza nuestra raza es uno de los medios designados por Dios para probar y desarrollar el carácter. -parte 3-

LAS CLASES SOCIALES SON UNA PRUEBA PARA EL DESARROLLO DEL CARÁCTER: Nunca fue el propósito de Dios que no hubiera pobres en el mundo.  Las clases sociales nunca llegarían a igualarse, porque la diversidad de condición que caracteriza nuestra raza es uno de los medios designados por Dios para probar y desarrollar el carácter. Muchos han insistido con gran entusiasmo en que todos los hombres deberían participar en forma igualitaria de las bendiciones temporales de Dios, pero ese no era el propósito del Creador.

Cristo dijo que a los pobres siempre los tendríamos con nosotros.  Los pobres, igual que los ricos, han sido adquiridos por medio de su sangre; y entre sus profesos seguidores, en la mayoría de los casos, los primeros  lo sirven con dedicación, mientras los últimos están constantemente poniendo sus afectos en los tesoros terrenales, y se olvidan de Cristo. 

Los cuidados de esta vida y la codicia de las riquezas eclipsan la gloria del mundo moderno.  La mayor desgracia que le podría sobrevenir a la humanidad sería que todos fueran puestos en pie de igualdad en cuanto a las posiciones terrenales.

LAS CLASES SOCIALES ESTÁN FUERA DE LA LEY A LA VISTA DE DIOS: La religión de Cristo eleva al que la recibe a un nivel superior de pensamiento y acción, al mismo tiempo que presenta a toda la especie humana como igual objeto del amor de Dios habiendo sido comprada por el sacrificio de su Hijo. A los pies de Jesús, los ricos y los pobres, los sabios y los ignorantes, se encuentran sin diferencia de casta o de preeminencia mundanal. 

Todas las distinciones terrenas son olvidadas cuando consideramos a Aquél que traspasaron nuestros pecados.  La abnegación, la condescendencia, la compasión infinita de Aquél que está muy ensalzado en el cielo, avergüenzan el orgullo de los hombres, su estima propia y sus castas sociales.  La religión pura y sin mácula manifiesta sus principios celestiales al unir a todos los que son santificados por la verdad. 

Todos se reúnen como almas compradas por sangre, igualmente dependientes de Aquél que las redimió para Dios.

REMEDIO PARA LOS MALES SOCIALES: Josafat debió gran parte de su prosperidad como gobernante a estas sabias medidas tomadas para suplir las necesidades espirituales de sus súbditos (la designación de sus sacerdotes para enseñar).  Hay mucho beneficio en la obediencia a la Ley de Dios. 

En la conformidad con los requerimientos divinos hay un poder transformador que imparte paz y buena voluntad entre los hombres. Si las enseñanzas de la Palabra de Dios ejercieran una influencia dominadora en la vida de cada hombre y mujer y los corazones y las mentes fuesen sometidos a su poder refrenador, los males que ahora existen en la vida no hallarían cabida. 

De todo hogar emanaría una influencia que haría a los hombres y mujeres fuertes en percepción espiritual y en poder moral, y así naciones e individuos serían colocados en un terreno ventajoso. (Elena White)

Continúa en parte 148

 

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »