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Posts Tagged ‘Moisés’

LOS DOS PACTOS-parte 1-

LA CABAL comprensión de los pactos expuestos en este  capítulo arroja un brillante caudal de luz sobre la naturaleza y función de los DIEZ MANDAMIENTOS en la vida del creyente, y en sus responsabilidades frente a la Ley Moral y a Dios.

 Ilumina y enaltece también la sabiduría y el amor de Dios puestos de manifiesto en el plan de la salvación.

¿Qué dos pactos se ponen en contraste con la Biblia?

“Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo [o antiguo, Levítico 26:45] al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer” (Hebreos 8:13).

¿Con qué otros términos se designan estos pactos?

“Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo” (vers.7).

EL PACTO ANTIGUO O PRIMERO

¿Cuándo se hizo el pacto antiguo?

“No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor” (vers. 9. Véase Exodo 19:3-8).

Cuando Dios estaba por proclamar su ley a Israel, ¿qué le dijo Dios a Moisés que les recordara?

“Anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí” (Exodo 19:3-4).

¿Qué propuesta les hizo Dios?

“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos: porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa” (vers. 5, 6).

¿Cuál fue la respuesta del pueblo a esta propuesta?

”Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos” (vers. 8).

¿En que se basaba este convenio con Dios?

“Y el os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los DIEZ MANDAMIENTOS, y los escribió en dos tablas de piedra” (Deuteronomio 4:13).

NOTA: Ambos pactos, el antiguo y el nuevo, se basan en los DIEZ MANDAMIENTOS (Exodo 20:3-17). Al proponer un pacto con Israel, Dios dijo:

“Si diereis oído a mi voz y guardareis mi pacto” (Exodo 19:5 Véase Exodo 24:8). La obediencia de los DIEZ MANDAMIENTOS era la condición bajo la cual Dios hizo ciertas promesas al pueblo en el pacto antiguo.  La obediencia de los mismos diez preceptos es igualmente la base del nuevo pacto, porque el Señor declara:

“Este es el pacto que haré…después de aquellos días, dice el Señor; pondré mis leyes en la mente de ellos y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo” (Hebreos 8:10).

Así, “la ley es un párrafo en un pacto de gracia” (Stewart Robinson). Bajo el Evangelio se puede entrar en el nuevo pacto sólo cuando se conoce la Ley de Dios y, además se la obedece de corazón

Después que la Ley de Dios hubo sido promulgada en el Sinaí, ¿qué dijo de nuevo el pueblo?

LOS DOS PACTOS

Continúa en parte 2

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DESCUBRA: GUÍA QUE LE AYUDARÁ A COMPRENDER MEJOR A DIOS Y A CREER EN EL-parte 15-

 

UN PLAN PARA SU VIDA-parte 2-

 

  • CRISTO, CORAZÓN DE LA HISTORIA Y DE LA PROFECÍA

Una de las cosas que hace que Cristo sea completamente único, es ésta: su biografía fue escrita siglos antes de que naciera. Las profecías del Antiguo Testamento presentan un claro bosquejo anticipado de su vida, de su muerte y de su resurrección.

El Nuevo Testamento nos habla de su cumplimiento.  Los profetas que vivieron de 500 a 1500 años antes del nacimiento de Cristo registraron numerosas y claras profecías en cuanto a la venida del Mesías.

Esas profecías identifican la ciudad en donde nacería Cristo, su nombre y su obra. Presentan detalles de su juicio y los sucesos relacionados con su muerte.  Hasta se registra el año, el día y la hora de su muerte, y que resucitaría al tercer día.

Cuando la gente comparaba la vida de Jesús con las profecías, ¿a qué conclusión llegaban?

“Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José de Nazaret”  (Juan 1:45)

En su primera aparición pública, nuestro Salvador cito las profecías para establecer su identidad.  Después de citar un pasaje del Antiguo Testamento declaró:

“Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”  (Lucas 4:21)

Y horas después de su resurrección, recordó a dos de sus discípulos las profecías que lo señalaban, con estas palabras:

“¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas…Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”  (Lucas 24:25-27).

  • LA VIDA DE CRISTO, UN CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA

Veamos algunos de estos mensajes proféticos del Antiguo Testamento y su cumplimiento en la vida de Cristo.

SU LUGAR DE NACIMIENTO

Profecía del Antiguo Testamento:

“Pero tú, Belén Efrata…, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”  (Miqueas 5:2).

Su cumplimiento en el Nuevo Testamento”

“Jesús nació en Belén de Judea…porque así está escrito por el profeta” (Mateo 2:1, 5).

SU NACIMIENTO DE UNA VIRGEN

Profecía del Antiguo Testamento:

“He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel (Dios con nosotros)” (Isaías 7:14).

Su cumplimiento en el Nuevo Testamento:

“José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.  Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:20-21).

SU LINAJE DE LA TRIBU DE JUDÁ:

Continúa en parte 16

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 117-

 

LA FE. Por el mismo acto de la mente se recibe la verdad o el error, pero hay una gran diferencia en que creamos la Palabra de Dios o los dichos de los hombres. La fe es confiar en la Palabra de Dios. parte 5-

LA FE ES REAL: Moisés no sólo pensaba en Dios, sino que lo veía.  Dios era la visión constante que tenía delante de sí.  Nunca perdía de vista su rostro. Para Moisés la fe no era una conjetura, sino una realidad.  Creía que Dios regía su vida en particular, y lo reconocía en todos sus detalles. Confiaba en El a fin de obtener fuerza para resistir todas las tentaciones.

FE EN CRISTO, NO EN EL MANTO: Al pasar, ella (la mujer enferma) se adelantó, y alcanzó a tocar apenas el borde de su manto.  En ese momento se dio cuenta de que se había sanado. Su fe tenía como centro, no el manto, sino la Persona que usaba el manto. 

En este toque estaba concentrada la fe de su vida, y al instante su dolor y su debilidad desaparecieron.  Inmediatamente sintió la vibración de una corriente eléctrica que pasaba por cada fibra de su ser, La invadió una sensación de perfecta salud.

“Y enseguida…sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote” (Mar.5:29)

LA FE NO ESTA EN LAS COSAS: No había poder sanador en el manto.  Fue la fe en la Persona que vestía el manto lo que restauró la salud.

LA FE DISCRIMINA: La fe es el medio por el cual la verdad o el error encuentran abrigo en la mente.  Por el mismo acto de la mente se recibe la verdad o el error, pero hay una gran diferencia en que creamos la Palabra de Dios o los dichos de los hombres.

Cuando Cristo se reveló a Pablo y éste estuvo convencido de que estaba persiguiendo a Jesús en la persona de sus santos, aceptó la verdad tal como es en Jesús.  Un poder transformador se manifestó en su mente y su carácter, y llegó a ser un hombre nuevo en Cristo Jesús.  Recibió la verdad tan plenamente que ni la tierra ni el infierno pudieron sacudir su fe.

LA FE ES UN PODEROSO SANADOR: La fe es más poderosa que la muerte para vencer.  Si logramos que los enfermos fijen sus miradas en el poderoso Médico, veremos resultados maravillosos. Esto vivificará tanto al cuerpo como al alma.

EJERCICIO DIARIO DE LA FE: Cada día debemos pelear la buena batalla de la fe.  Debemos ejercer toda nuestra fe, y no confiar en los sentimientos; debemos obrar como si supiéramos que el Señor nos oye y contestará nuestros pedidos y nos bendecirá.

La fe no es un vuelo feliz de los sentimientos; es simplemente confiar en la Palabra de Dios, creyendo que El cumplirá sus promesas porque ha dicho que lo haría.  (Elena White)

Continúa en parte 118

 

 

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