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Posts Tagged ‘la LEY DE DIOS’

FE Y OBRAS–parte 21-

“SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS”(Heb.11:6)-“LA FE SIN OBRAS ES MUERTA” (Sant.2:20)

ADVERTENCIA CONTRA UNA SANTIFICACIÓN ESPURIA

QUE EXIGE DIOS –parte 2-

Y el apóstol Juan declara: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4).

Es inseguro confiar en los sentimientos o impresiones; éstos no son guías confiables.  La Ley de Dios es la única norma correcta de santidad.  Por esta Ley será juzgado el carácter.  Si alguien que busca la salvación preguntara: “¿Haciendo que cosa heredaré la vida eterna?”, los modernos maestros de la santificación contestarían”  “Tan sólo cree que  Jesús te salvará”. 

Pero cuando a Cristo se le formuló esta pregunta dijo:  “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” Y cuando el que preguntaba replicó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… y a tu prójimo como a ti mismo”, Jesús dijo “Bien has respondido; haz ésto, y vivirás” (Lucas 10:25-28).

La verdadera santificación se evidenciará por una consideración concienzuda de todos los mandamientos de Dios (Éxodo 20:3-17), por un desarrollo cuidadoso de cada talento, por una conversación circunspecta, por revelar en cada acto la mansedumbre de Cristo.

UNA SANTIFICACIÓN QUE ALEJA DE LA BIBLIA

¿Qué puede esperarse de los que siguen sus propias imaginaciones en lugar de la Palabra de Dios, sino que serán engañados? Los tales desechan el único detector de errores, y ¿qué impedirá que el gran engañador los lleve cautivos a su voluntad? La santificación espuria directamente aleja de la Biblia.  La religión es reducida a una fábula. Sentimientos e impresiones se erigen en criterio. 

Mientras profesan ser impecables y se vanaglorian de su rectitud, los que presumen de santos enseñan que los hombres están en libertad de transgredir la Ley de Dios y que los que obedecen sus preceptos han sido destituidos de la gracia.  Una presentación de las demandas de la Ley levanta su oposición y excita su ira y desprecio. De ese modo revelan su carácter, por cuanto “Los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos: 8:7).

El verdadero seguidor de Cristo no hará jactanciosas proclamaciones de santidad.  El pecador es convencido de pecado por la Ley de Dios.  Ve su propia pecaminosidad en contraste con la perfecta justicia que la Ley prescribe, y ésto lo lleva a la humildad y el arrepentimiento.  Se reconcilia con Dios por medio de la sangre de Cristo; y al continuar caminando con El, obtendrá una comprensión más nítida de la santidad del carácter de Dios y de la naturaleza trascendente de sus requerimientos.  Verá más claramente sus propios defectos y sentirá la necesidad de un continuo arrepentimiento y una fe constante en la sangre de Cristo.

El que lleva consigo un permanente sentido de la presencia de Cristo no puede entregarse a la confianza en sí mismo o a la justificación propia.  Ninguno de los profetas  o apóstoles formularon orgullosas pretensiones de santidad.  Cuanto más se acercaron a la perfección  del carácter, menos dignos y justos se vieron a sí mismos.  Pero los que tienen la menor comprensión de la perfección de Jesús  cuyos ojos están menos dirigidos a El, son los que pretenden con más vehemencia ser perfectos. (Elena White)

 

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FE Y OBRAS–parte 20-

“SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS”(Heb.11:6)-“LA FE SIN OBRAS ES MUERTA” (Sant.2:20)

ADVERTENCIA CONTRA UNA SANTIFICACIÓN ESPURIA

La Ley de Dios es la gran norma de santidad.  La advertencia a la gente es contra la moderna santificación espuria que tiene su origen en la adoración del yo en lugar de la sumisión a la voluntad de Dios. Este error está inundando el mundo rápidamente, y como testigos de Dios seremos llamados a dar un decidido testimonio contra él. Es uno de los engaños específicos de los postreros días y demostrará ser una tentación para todos los que creen en la verdad presente. 

Los que no tienen su fe firmemente establecida en la Palabra de Dios serán extraviados.  Y la parte más triste de todo ésto es que tan pocos de los que son engañados por este error hallan alguna vez el camino de regreso a la luz.

La Biblia es la norma por medio de la cual se ha de probar las pretensiones de todos los que profesan santificación.  Jesús oró pidiendo que sus discípulos fueran santificados en la verdad, y dijo: “Tu Palabra es verdad” (Juan 17:17); mientras el salmista declara: “…Y tu ley (es) la verdad” (Sal.119:142). Todos los que son guiados por Dios manifestarán un elevado respeto por las Escrituras en la cuales se oye su voz. 

Para los tales la Biblia será: “Util para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim.3:16, 17). “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:16).

No necesitamos otra evidencia para juzgar la santificación de los hombres; si temen no estar obedeciendo la voluntad de Dios en su integridad, si escuchan diligentemente su voz, confiando en su sabiduría, y haciendo de la Palabra de Dios su consejero, entonces, aunque no hacen alarde de una bondad superior, podemos estar seguros de que están tratando de alcanzar la perfección del carácter cristiano.

Pero si pretenden ser santos hasta insinúan que ya no necesitan escudriñar las Escrituras, podemos declarar sin vacilación que su santificación es espuria.  Se están inclinando ante su propio entendimiento en vez de conformarse a la voluntad de Dios.

QUE EXIGE DIOS –parte 1-

Dios exige en la actualidad exactamente lo que exigió a la santa pareja en el Edén: obediencia perfecta a sus requerimientos. Su Ley permanece inmutable en todas sus edades.  La gran norma de justicia presentada en el Antiguo Testamento no es rebajada en el Nuevo.  No es la función del Evangelio debilitar las demandas de la Santa Ley de Dios, sino elevar a los hombres para que puedan guardar sus preceptos.

La fe en Cristo que salva al alma NO es lo que muchos presentan. “Cree, cree –es su pregón-; sólo cree en Cristo, y serás salvo.  Es lo único que necesitas hacer”. La fe verdadera, a la vez que confía enteramente en Cristo para la  salvación, conducirá a la perfecta conformidad con la Ley de Dios.  La fe se manifiesta en obras.  Y el apóstol Juan declara:

“El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4) 

(Elena White)

Continúa en parte 21

 

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DOCTRINA DE LA VIDA CRISTIANA

LA RESTAURACIÓN DEL SÁBADO. En Isaías 56 y 58 Dios llama a Israel a una reforma en torno al sábado. Al revelar las glorias de la reunión futura de los gentiles en su redil (Isa. 56:8), asocia el éxito de esta misión de salvación con la práctica de guardar el sábado como día santo (Isa. 56: 1, 2, 6, 7).

Dios ha bosquejado cuidadosamente la obra específica de su pueblo. Si bien su misión es mundial, se dirige especialmente a una clase de individuos que profesan ser creyentes, pero que en realidad se han apartado de sus preceptos (Isa. 58: 1, 2). Expresa su misión ante esos creyentes profesos en los siguientes términos: “Y edificarán los tuyos las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás: y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeras del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras: Entonces te deleitarás en Jehová…” (Isa. 58: 12-14).

La misión del Israel espiritual es paralela con la del antiguo Israel. La Ley de Dios fue quebrantada cuando el poder representado por el cuerno pequeño cambió el reposo del sábado al domingo. Tal como el sábado pisoteado debía ser restaurado en Israel, así también en los tiempos modernos, la divina institución del sábado deber ser restaurada, y es necesario reparar esa brecha que se abrió en el muro de la Ley de Dios.

Lo que cumple esta obra de restauración y magnificación de la Ley, es la proclamación del mensaje de Apocalipsis 14: 6-12 en conexión con el Evangelio eterno. Y es precisamente la proclamación de este mensaje lo que constituye la misión de la iglesia de Dios en la época de la segunda venida.  Este mensaje debe despertar al mundo, invitando a cada uno a prepararse para el juicio.

Las palabras usadas en el llamado a adorar al Creador, “aquél que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc.14:7), constituyen una referencia directa al cuarto mandamiento de la eterna Ley de Dios.  Su inclusión en esta amonestación final, confirma la especial preocupación que Dios siente porque su sábado tan ampliamente olvidado, sea restaurado antes de la segunda venida.

La proclamación de este mensaje precipitará un conflicto que abarcará el mundo entero. El punto central de la controversia será la obediencia a la Ley de Dios y la observancia del sábado.  Frente a este conflicto, cada uno debe decidir si guardará los mandamientos de Dios o los de los hombres. Este mensaje producirá un pueblo que guarde los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Los que rechacen, recibirán la marca de la bestia.  (Apoc.14:9, 12).

LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO. La Biblia especifica que en el sábado debemos cesar nuestro trabajo secular (Exo.20:10), evitando todo el trabajo que se hace para ganarse la vida, y todas las transacciones de negocios (Neh.13: 15-22). Debemos honrar a Dios  no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras” (Isa. 58:13). Si dedicamos  este día a complacernos a nosotros  mismos, a ocuparnos en intereses, conversaciones y pensamientos seculares o en actividades deportivas, estaremos disminuyendo nuestra comunión con nuestro Creador y violando el carácter SAGRADO DEL SÁBADO. Nuestra preocupación por el mandamiento del sábado debe extenderse a todos los que estén bajo nuestra jurisdicción: Nuestros hijos, los que trabajan para nosotros, y hasta nuestras visitas y animales domésticos (Exo.20:10), con el fin de que ellos también puedan gozar de las bendiciones del sábado.

      

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RECIBIREIS PODER-Persona, Presencia y  Obra del Espíritu  Santo-parte 8-  

ACEITE EN SUS VASIJAS

 “Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas” (Mateo 25:3, 4).

Muchos aceptan rápidamente la verdad, pero, al no ser asimilada, sus efectos son neutralizados. Se parecen a las vírgenes necias que quedaron sin la provisión de aceite para sus lámparas. El aceite es símbolo del Espíritu Santo, que llega hasta el corazón gracias a la fe en Cristo.

Quienes escudriñan las Escrituras con diligencia y mucha oración, y confían en Dios con una fe firme y obedecen sus mandamientos, están representados por las vírgenes sabias. Las enseñanzas de la Palabra de Dios no son si o no; sino SI y Amén.

Las exigencias del Evangelio están más allá del alcance humano.  El apóstol dice:

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo  en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de  El”  (Colos. 3:17). “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31). 

Es imposible que experimentemos la piedad práctica si dejamos fuera de las cortes del corazón las grandes verdades de la Biblia.  La religión de las Escrituras debe entretejerse tanto con los asuntos que el creyente considera triviales como  con los que le parece que son muy importantes.  Debe dotarlo de los motivos poderosos y grandes principios que orientan el carácter y el curso de acción del cristiano.

El aceite, tan necesario para los que están representados por las vírgenes necias, no es algo que debe ser dejado de lado.  El creyente debe traerlo al santuario de su ser para que lo limpie, lo refine y lo santifique. No es teoría lo que se necesita; son las sagradas enseñanzas de la Biblia, las que no constituyen doctrinas inciertas y sin sentido sino  verdades vitales que comprometen intereses eternos centrados en Jesús. En El reside todo el sistema de verdades divinas.  La salvación del creyente, mediante la fe en Cristo, es el pilar fundamental de la verdad.

Los que ejercitan fe en Jesús lo manifestarán mediante la santidad de su carácter y la obediencia a la Ley de Dios. Saben que la verdad que está en Cristo pone al cielo y la eternidad a su alcance.  Entiendan también que el carácter cristiano debe imitar al de Jesús.  En consecuencia, estará lleno de gracia y de verdad.  A ellos les es impartido el aceite de la gracia que alimenta la luz que nunca se apaga. El Espíritu Santo, en el corazón del creyente lo hace completo en Cristo.

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DOCTRINA DE LA VIDA CRISTIANA

LOS SANTOS DEFIENDEN LA LEY.  La obediencia caracteriza a los santos que esperan la segunda venida.  En el conflicto final se unen para exaltar la Ley de Dios. La Escritura los describe como los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apoc.12:17; 14:12) y esperan con paciencia el retorno de Cristo.

En preparación para la segunda venida, este grupo de creyentes proclaman el Evangelio, llamando a otros a adorar al Señor como Creador (Apoc.14:6, 7). Los que adoran a Dios en amor, le obedecerán; el apóstol Juan declaró:Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”  (1 Juan 5:3).

LOS JUICIOS DE DIOS Y LA LEY.   El juicio de Dios que consiste en las siete últimas plagas que caen sobre los desobedientes, se origina en el templo del tabernáculo del testimonio en el cielo (Apoc.15:5). En Israel se conocía bien el término el tabernáculo del testimonio; designaba el tabernáculo que Moisés había construido (Num.1:50, 53;  17:8;  18:2). Se lo llamaba así porque el tabernáculo conteníael arca del testimonio” (Exo.26:34), la cuál contenía las tablas deltestimonio” (Exo.31:18). Vemos así que los Diez Mandamientos son el  “testimonio”, el testigo ante la humanidad de la voluntad divina (Exo.34:28, 29).

Pero Apocalipsis 20:5 dice quefue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio”. La estructura que erigió Moisés era simplemente una copia del templo celestial (Exo.25:8, 40; compárese con Heb.8: 1-5); el gran original de los Diez Mandamientos está allí guardado. El Hecho que los juicios del tiempo del fin se hallan íntimamente  relacionados con la transgresión de la Ley de Dios, añade  evidencia a favor de la perpetuidad de los Diez Mandamientos.

El libro de Apocalipsis también muestra la apertura del templo celestial, lo cuál descubre ante la vista elarca de su pacto” (Apoc.11:19).  La expresión “arca del pacto” designaba el arca del Santuario terrenal, la cuál contenía las tablas conlas palabras del pacto”, los Diez Mandamientos (Exo.34:27; compárese con Núm.10:33;  Deut.9:9).  El arca del pacto que se halla en el santuario celestial es el arca original que contiene las palabras del pacto eterno-el Decálogo original.  Es claro, entonces, que el tiempo de los juicios finales que Dios envía sobre el mundo (Apoc.11:18) está  relacionado con la apertura del templo celestial, con su punto focal en el arca que contiene los Diez Mandamientos; en verdad, esta escena constituye un cuadro apropiado de la magnificación de la Ley de Dios como la norma del juicio.

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DOCTRINA DE LA VIDA CRISTIANA

PROVEE VERDADERA LIBERTAD.  Cristo dijo: todo aquél  que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:34). Cuando transgredimos la ley de Dios, no tenemos libertad; pero la obediencia a los Diez Mandamientos nos asegura la verdadera libertad del pecado.  Significa ser libres de lo que acompaña al pecado: la continua preocupación, las heridas de la conciencia, y una carga creciente de culpabilidad y remordimiento que desgasta nuestras fuerzas vitales. “Andaré  en libertad, porque busqué tus mandamientos” (Sal.119.45).

Con el fin de que recibamos esta libertad, Jesús nos invita a llegarnos a El con nuestra carga de pecado. En su lugar nos ofrece su yugo, el cuál es fácil  (Mat.11:29, 30). Un yugo es un instrumento de servicio; al dividir la carga, hace que sea más fácil realizar diversas tareas. Cuando compartimos el yugo con Cristo, El lleva la pesada carga y hace que la obediencia sea un gozo.

DOMINA EL MAL Y TRAE BENDICIONESEl aumento en los crímenes,  la violencia, la inmoralidad y la maldad que inunda el mundo, se ha originado en el desprecio del Decálogo.  Dondequiera que se acepta esta Ley, contiene el pecado, promueve la conducta correcta y se convierte en un medio de establecer la justicia. El abandono de sus principios causa una decadencia progresiva.

En los tiempos del Antiguo Testamento, Dios bendecía a las naciones e individuos en proporción a la manera como obedecían su Ley. La justicia engrandece a la nación”, “con justicia será afirmado el trono” (Prov. 14:34;  16:12).  Los que rehúsan obedecer los mandamientos de Dios sufrirán calamidades (Sal.89: 31, 32). “La maldición de Jehová está en la casa del impío, pero bendecirá la morada de los justos” (Prov.3:33; véase Lev.26; Deut.28). El mismo principio general continúa siendo válido en nuestros días.

LA LEY ANTES DEL SINAÍ. Cuando Dios creó a Adán y Eva  a su imagen, implantó en sus mentes los principios morales de la ley, haciendo que para ellos el acto de cumplir la voluntad de su Creador fuse algo natural. Su transgresión introdujo el pecado en la familia humana (Rom.5:12).

LA LEY ANTES DEL RETORNO DE CRISTO. La Biblia revela que la Ley de Dios es el objeto de los ataques de Satanás, y que la guerra del diablo contra ella alcanzará su mayor intensidad poco antes de la segunda venida.  La profecía indica que Satanás inducirá a la vasta mayoría de los seres humanos a que desobedezcan a Dios (Apoc.12:9). Obrando a través del poder dela bestia”, dirigirá la atención del mundo hacia la bestia en vez de Dios (Apoc.13:3).

LA LEY BAJO ATAQUEDaniel 7 describe este mismo poder simbolizándolo con un pequeño cuerno, Este capítulo habla de cuatro grandes bestias, a la cuales, y desde los tiempos de Cristo, los comentadores bíblicos han identificado como los poderes mundiales de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. Los diez cuernos de la cuarta bestia representan las divisiones del Imperio Romano en la época de su caída (Año 476 D.C.).

La visión de Daniel enfoca el cuerno pequeño, un poder terrible y blasfemo que surgió entre los diez cuernos, significando el surgimiento de un poder asombroso después de la desintegración del Imperio Romano.  Este poder procuraría cambiar la Ley de Dios (Dan.7:25) y habría de continuar hasta el retorno de Cristo. Por sí mismo este ataque es evidencia de que la Ley continuaría teniendo significado en el plan de salvación.  La visión termina asegurándole al pueblo de Dios que este poder no logrará eliminar la Ley, porque el juicio destruirá al cuerno pequeño (Dan.7:11, 26-28).

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CONFLICTO ENTRE EL BIEN Y EL MAL-parte 25-

DESCUBRIENDO UNA ADORACIÓN MÁS PROFUNDA –parte15-

OBEDIENCIA POR LA FE

COMO DIOS NOS CAPACITA PARA OBEDECERLO

8.   ¿QUE HACE LA LEY POR EL PECADOR?

Dios usa la Ley para hacer por el pecador justamente lo que necesita ser hecho. El pecador debe darse cuenta que es un pecador.  La pesada mano de la Ley debe ser colocada sobre él, y tiene que ser detenido en su curso de acción.  Nótese cuidadosamente lo siguiente:

1.   Esta proporciona un conocimiento del pecado.

Romanos 3:20: “…Por medio de la ley es el conocimiento del pecado”. (Rom.7:7)

2.   Trae culpa y condenación.

Romanos 3:19: “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios”.

3.   Actúa como un espejo spiritual. 

Santiago 1:23-25: “Porque si alguno es oidor de la Palabra pero no hacedor de ella,  éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.  Porque el se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida como era. Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”. (Sant.2:9-12)

Sin la Ley, el pecador es como un hombre que ha sido afligido por una enfermedad mortal y no sabe que la tiene. Pablo dice: “Pero no conocí el pecado sino por la ley” (Rom.7:7)

9.   ¿QUE ES INCAPAZ DE HACER LA LEY POR EL PECADOR? 

La Ley no puede perdonar.  La Ley no tiene el poder de perdonar a quienes violan sus preceptos. Solamente el Legislador puede hacerlo.  Jesús murió para redimirnos de la maldición de la Ley. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero) (Gál.3:13).

 La Ley no puede guardar al pecador de pecar “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”. (Rom.8:7)

La Ley solamente le muestra al pecador donde necesita cambiar, pero la Ley misma, no puede cambiarlo. Así que pongamos bien claros tres puntos acerca de la Ley:

1.   Esta no puede perdonar o justificar.

Romanos 3:20: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de El…”.

2.   Esta no puede guardar de pecado o santificar. 

Gálatas 3:21: “¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? ¡En ninguna manera!; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley”.

3.   No puede limpiar o preservar limpio el corazón. (Romanos 9:3,7-8) 

La Ley está   limitada en su habilidad de hacer todo lo que necesita ser hecho por el pecador. Una herida no puede ser cosida solamente con una aguja. El hilo del Evangelio debe hacer ésto.

Continúa en parte 16-

 

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CONFLICTO ENTRE EL BIEN Y EL MAL-parte 24-

DESCUBRIENDO UNA ADORACIÓN MÁS PROFUNDA –parte14-

OBEDIENCIA POR LA FE

COMO DIOS NOS CAPACITA PARA OBEDECERLO

1.   DIOS TIENE UN GOBIERNO

Salmo 103:19: “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”.

2.   NO PUEDE HABER UN GOBIERNO SIN UNA LEY

Romanos  7:12:   “…La ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno”.

Romanos  7:14:   “Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado”.

Proverbios 28:9: “El que aparta su oído para no oír la ley. Su oración también es abominable”.

3.   LA LEY DE DIOS FUE PARA LOS HOMBRES EN LOS TIEMPOS BIBLICOS

Romanos 3:31: “¿Luego por la fe invalidamos la ley? ¡En ninguna manera, sino que confirmamos la ley!”.

Santiago 2:10-12: “Porque cualquiera que guardare toda le ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque El que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora Bien si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad”.

4.   LA LEY DE DIOS ES PARA EL REMANENTE DE LOS ULTIMOS DÍAS

Apocalipsis 12:17: “Entonces el dragón se lleno de ira contra la mujer, (iglesia) y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.

Apocalipsis 14:12: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.

5.   HAY UNA REBELION GENERAL EN CONTRA DE LA LEY DE DIOS

Romanos 8:7: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”.

Salmo 119:126: “Tiempo es de actuar, Oh Jehová, porque han invalidado tu ley”.

6.   HAY PROMESAS PARA LOS OBEDIENTES

Salmo 119:165: “Mucha paz tienen los que aman tu ley. Y no hay para ellos tropiezo”.

Isaías 48:18: “¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un rio, y tu justicia como las ondas del mar”.

7.   LAS LEYES CEREMONIALES FUERON ABOLIDAS EN LA CRUZ

Colosenses 2:14: “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”.

Colosenses 2:17: “Todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”. 

Continúa parte 15

 

 

    

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CONFLICTO ENTRE EL BIEN Y EL MAL-parte 16- 

DESCUBRIENDO UNA ADORACIÓN MÁS PROFUNDA –parte 6

PUNTO NUMERO OCHO:

Dios predijo en las Escrituras que más tarde los hombres tratarían de cambiar la Ley de Dios –y especialmente el tiempo de la Ley”. El sábado bíblico es muy importante –porque éste es ¡el centro de nuestro culto a Dios!  Si los hombres iban a tratar más tarde de cambiarlo a otro día, con toda seguridad esperaríamos que la profecía bíblica dijera que ésto ocurriría.

“Y (el cuerno pequeño) hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.” (Daniel 7:25).

Tiempo= 1 año -12meses- ;  Tiempos= 2 años -24 meses- ; 1/2 tiempo= 6 meses; total= 42 meses que multiplicado por 30 días según el calendario judío=1260dias y según Ezeq.4:6  día x año= 1260 años.                                                                                           

La iglesia de la Edad Media iba a regir al mundo por 1260 años, y durante ese tiempo trataría de anular el tiempo sagrado de la Ley de Dios y poner uno falso en su lugar. ¡Oh cuánta blasfemia pueden los hombres idear cundo son tentados por Satanás para obtener el control religioso de sus semejantes!

“…Porque no vendrá (el segundo advenimiento de Cristo) sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cuál se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios, como Dios, haciéndose pasar por Dios.”  (2Tesal.2:3-4).

Dios dijo: “Santificad mis sábados; y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que Yo Soy Jehová vuestro Dios”. (Ezeq.20:20)

Luego que el Nuevo Testamento fue concluido y los apóstoles murieron, los hombres trataron de transferir la santidad del séptimo día al primer día de la semana. Así es como trataron de cambiar el tiempo de la Ley.”

El Catolicismo Romano: “Conviene recordar a los Presbiterianos, Bautistas, Metodistas, y a todos los demás cristianos, que la Biblia no los apoya de ninguna manera en su observancia dominical.  El domingo (descanso dominical) es una institución de la Iglesia Católica Romana, y aquellos que observan ese día, observan un mandamiento de la iglesia católica.” Sacerdote Brady en su discurso del 17 de marzo de 1903 en Elizabeth, Nueva Jersey, reportado en las noticias de Elizabeth de N.J., el 18 de marzo de 1903.

“Usted puede investigar en toda la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y no encontrará una sola línea autorizando la santificación del domingo.  Las Escrituras imponen la observancia religiosa del sábado, un día que nunca santificamos.” James Cardinal Gibbon, The Faith of Our Fathers, capitulo 8.

“Si los protestantes siguieran la Biblia, le rendirían culto a Dios en el día del sábado.  Al guardar el domingo están siguiendo una ley de la Iglesia Católica.”  Albert Smith, Canciller de la Arquidiócesis de Baltimore contestando en nombre del cardenal, en una carta del 10 de febrero de 1920.”

“OCUPAMOS EN ESTA TIERRA EL LUGAR DE DIOS TODOPODEROSO”  ??Papa León XIII, Carta Encíclica, del 20 de junio de 1894; The Great Encíclica Letters of León XIII, pag.304.

(Elena White)

Continúa en parte 7

 

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CONFLICTO ENTRE EL BIEN Y EL MAL-parte 15- 

DESCUBRIENDO UNA ADORACIÓN MÁS PROFUNDA –parte5

PUNTO NUMERO SIETE:

De acuerdo al Nuevo Testamento, los apóstoles de Jesús siempre guardaron el sábado bíblico. Léase Hechos 13:14; Hechos 13:42; Hechos 16:13; Hechos 17:1-2. Pablo se sostuvo a sí mismo fabricando tiendas; y entonces el sábado predicaba el Evangelio.      

“Y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas….Y discutía en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y griegos…Y se detuvo allí por un año y seis meses, enseñándoles la Palabra de Dios.” (Hechos 18:3, 4,11). La costumbre de Pablo era la misma de Cristo: guardar el sábado bíblico (Hechos 17:1-2; Lucas 4:16).

Pablo nunca enseñó que la Ley moral estaba, o podía ser puesta a un lado. Siempre regiría la conducta de la humanidad.

“¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley”. (Rom.3:31)

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? (Rom.6:1,2)

“¿Qué diremos, pues, ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. (Rom.7:7)

Pablo vio que el problema era que necesitábamos obedecer la Ley; no había nada malo en los requerimientos de la Ley misma.

“De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.” (Rom7:12)

“La  circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.” (1Cor.7:19)

La norma moral que gobierna a la humanidad no fue disminuida o abolida por la muerte de Cristo; porque, ciertamente, es a través de los méritos del sacrificio de Cristo que podemos ser habilitados para guardar la Ley.     “..Y llamarás su nombre JESUS, porque El salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mateo 1:21)

Jesús nos salva de nuestros pecados, no en nuestros pecados. Y ya que el pecado es la transgresión de los Diez Mandamientos, es obvio que El nos salva capacitándonos y fortaleciéndonos para guardar la Ley. “Todo aquél que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley». (1Juan 3:4)

Los otros apóstoles vieron esta gran verdad, que la norma moral que gobierna a la humanidad no fue disminuida o abolida por la muerte de Cristo.

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor del la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.  Porque él se considera a  sí mismo, y se va, y luego se olvida como era.  Más el que mira atentamente en la perfecta   ley de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace».

“Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad…Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras.  Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”  (Santiago 1:22-25;   2:10-12; 17-18).  “En ésto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” (1Juan 5:2-3).

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