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Posts Tagged ‘la ley’

LA CIENCIA DE LA SANTIDAD-parte 3-

UN BUEN CARÁCTER ES UN CAPITAL DE MAS VALOR QUE EL ORO O LA PLATA:

La palabra del único Dios verdadero es infalible. Sabiduría, santidad, poder y amor infinitos están combinados para señalarnos la norma con la cual Dios mide el carácter. La Palabra de Dios define tan claramente la Ley de su reino que nadie necesita andar en tinieblas.  Su Ley es el trasunto de su carácter.  Es la norma que todos deben alcanzar si quieren entrar en el reino de Dios. Nadie tiene necesidad de andar en incertidumbre…  La Ley de Dios no ha sido abolida. Perdurará durante la eternidad.  Fue magnificada por la muerte de Cristo, y el pecado quedó expuesto en su verdadero carácter. (En los lugares Celestiales pág.137)

LA NORMA PARA MEDIR EL CARÁCTER ES LA LEY REAL. La Ley es el detector del pecado. (ÉXODO 20:3-17). El pecado se conoce por medio de ella.  Pero el pecador es atraído constantemente a Jesús mediante la manifestación extraordinaria de su amor revelado en la humillación de sí mismo al morir una muerte vergonzosa  sobre la cruz.  Los ángeles se han esforzado y han anhelado fervientemente comprender este maravilloso misterio. El hecho de que el hombre, caído y engañado por Satanás, después de tomar el lado del enemigo pueda ser conformado a la imagen del Hijo del Dios infinito, es un estudio capaz de abrumar la inteligencia humana más elevada.  ¡Que el hombre pueda llegar a ser semejante a El; que, en virtud de la justicia de Cristo regalada al hombre, Dios amara al ser humano-caído, pero redimido- como amó a su propio Hijo!  (Exaltad a Jesús pág.144)

Todo miembro de la familia humana que se entregue a Cristo, todo el que escuche la verdad y la obedezca, llega a ser miembro de una misma familia.  El ignorante y el sabio, el rico y el pobre, el pagano y el esclavo, el blanco y el negro: Jesús pagó el precio por el alma de todos ellos.  Si creen en Él, su sangre purificadora se aplica a ellos.  El nombre del negro es escrito en el libro de la vida junto al nombre del blanco.  Todos son uno en Cristo. El origen, la posición social, la nacionalidad o el color no pueden elevar o degradar a los hombres. EL CARÁCTER ES EL QUE HACE AL HOMBRE. Si  un chino o un africano dan su corazón a Dios, en obediencia y fe, Jesús no lo ama menos debido a su color. Lo llama su hermano amado.

En la religión de la Biblia no hay casta ni color. La religión de la Biblia no reconoce casta ni color.  Ignora el rango, la riqueza y el honor mundanal.  Dios estima a los hombres en su calidad de hombres. EL CARÁCTER ES EL QUE DECIDE EL VALOR DE LOS HOMBRES A LA VISTA DE DIOS. Y nosotros debemos reconocer el Espíritu de Cristo en cualquiera en quien se revele.  (Testimonios, tomo 9, pág.223)

LA MENTE ES EL HUERTO; EL CARÁCTER ES EL FRUTO: Cada facultad del hombre es un obrero que está construyendo para el tiempo y la eternidad.  Cada día la estructura se eleva más y más, aunque su poseedor no se dé cuenta de ello.  Es un edificio que debe ser levantado a modo de un fanal de advertencia contra la deformidad; una estructura que Dios y los ángeles puedan admirar por su armonía con el Modelo Divino.

LAS FACULTADES MENTALES Y MORALES QUE DIOS NOS HA DADO NO CONSTITUYEN EL CARÁCTER. Son talentos que debemos emplear y que, si se los usa correctamente, formarán un carácter recto.  Alguien puede tener preciosas semillas en la mano, pero esas semillas no son un huerto.  Hay que plantar la semilla antes que se convierta en árbol.  La mente es el huerto; el carácter es el fruto.  Dios nos ha dado facultades para que las cultivemos y las desarrollemos.  La conducta que seguimos determina nuestro carácter. Adiestrar esas facultades de manera que armonicen y desarrollen un carácter valioso, es una obra que sólo nosotros podemos hacer.   (Mente, carácter y personalidad T 2 pág.565-Elena White).

 

 

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ESPERANZA PARA EL PLANETA TIERRA – EL FUTURO BRILLANTE DE UNA RAZA CAIDA –parte 51-

COMO SOMOS SALVOS –parte 18-

LA CRUZ Y LA LEY-parte 2-

Cierto cristiano decía: “Yo no necesito la Ley, pues estoy bajo la gracia”, pero ¿para qué necesita la gracia si no hay Ley? Le preguntaron “¿Usted se arrepiente?” Contestó “Claro que sí”, le preguntaron “¿Y de qué se arrepiente?” Inmediatamente respondió: “Me arrepiento del pecado” Luego le hicieron la última pregunta: “Y ¿qué es el pecado del cual usted se arrepiente?”

Esta vez no contestó enseguida.  Más bien se mostró perplejo y confundido.  Después de una larga pausa dijo entre titubeos: “El pecado del cual me arrepiento es la transgresión de la Ley, puesel pecado es la transgresión de la ley” (1 Juan 3:4). Luego le dijeron: “¿Se da cuenta, que si no fuera por la Ley que revela su pecado, no sentiría la necesidad de arrepentirse y de acudir a Cristo para recibir su gracia?”.

Cuando vamos a la cruz del Calvario, vemos la Ley y la gracia.  Vemos colgado allí a Cristo, quien sufrió la condenación de la Ley al cargar sobre sí los pecados de todo el mundo.  Vemos a Cristo condenado por nuestras transgresiones de la Ley. Lo vemos sudando grandes gotas de sangre en el Getsemaní; lo vemos transitando la Vía Dolorosa hasta el Gólgota.  Lo vemos sangrando profusamente de su cabeza, su espalda, su costado, sus manos y sus pies. 

Lo oímos clamar con angustia “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Lo vemos colgado desnudo entre el cielo y la tierra, sufriendo el escarnio de los que vino a salvar, “¿Por qué, Señor, por qué?” y el responde: “Tus pecados (transgresiones de la Ley) han sido colocados sobre mí y la paga de ellos es la muerte”.

En el Calvario vemos la Ley que condenó a Cristo por nuestros pecados y vemos también la gracia, pues Cristo pagó la deuda en mi lugar.  Al venir al Calvario debemos sentir amor y odio.  Odio hacia el pecado que colocó a Cristo en la cruz y amor por el Salvador que sufrió en mi lugar.  Mientras más nos acercamos a la cruz, más aborrecemos el pecado y más amamos a Cristo. Nadie puede amar el pecado y a Cristo a la misma vez.

Nadie puede amar a Cristo y aborrecer la Ley.  Una visión constante de la cruz me llevará a apartarme del pecado que  clavó a Cristo allí. El amor que se manifestó en la cruz despierta amor en mi corazón.  La cruz es como un poderoso imán (ver Juan 12:30-33) que nos atrae a Cristo y nos induce a amarle. Al venir a la cruz debo decir: “Señor Jesús, te amo pero odio el pecado por lo que te hizo”  Una visión constante de la cruz nos mostrará  el carácter perverso del pecado y el amor inmarcesible de Cristo.  Mientras más nos acerquemos a Cristo, más aborreceremos el pecado y más lo amaremos a El.

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FE Y OBRAS–parte 37-

“SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS”(Heb.11:6)-“LA FE SIN OBRAS ES MUERTA” (Sant.2:20)

OBEDIENCIA Y SANTIFICACIÓN

NO HAY QUE CONFIAR EN LOS HOMBRES

Nuestra fe no debe apoyarse en la capacidad de los hombres sino en el poder de Dios.  Es peligroso confiar en los hombres, aún cuando puedan haber sido usados por Dios para realizar una obra grande y buena.  Cristo debe ser nuestra fortaleza y nuestro refugio. 

Los mejores hombres pueden desviarse de su rectitud, y la mejor religión, cuando se corrompe, es siempre más peligrosa en su influencia sobre las mentes. La religión pura y viva consiste en la obediencia a toda palabra que sale de la boca de Dios. La justicia exalta a una nación, y la falta de ella degrada y corrompe al hombre.

“CREAN, TAN SOLO CREAN”

Hoy en día se pronuncian desde los púlpitos las siguientes palabras: “Crean, tan sólo crean. Tengan fe en Cristo; no tienen nada que hacer con la antigua Ley; tan sólo confíen en Cristo”. ¡Cuán diferentes son estas palabras de las del apóstol que declara que la fe sin obras en muerta! El dice:

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Sant.1:22).

Debemos poseer la fe que obra por amor y purifica el alma.  Muchos procuran sustituir una fe superficial con una vida recta y piensan que por medio de ésto obtendrán la salvación.

El Señor requiere en la actualidad exactamente lo que requirió de Adán en el Edén: la perfecta obediencia a la Ley de Dios.  Debemos poseer una rectitud sin defecto, sin tacha alguna. Dios dio a su Hijo para que muriera por el mundo, pero El no murió para abrogar la Ley que era santa, justa y buena.

El sacrificio de Cristo en el Calvario es un argumento incontestable que muestra inmutabilidad de la Ley.  Su penalidad fue sufrida por el Hijo de Dios a favor del hombre culpable, para que mediante los méritos de Aquel, el pecador pudiera por  la fe  en su nombre obtener la virtud de su carácter inmaculado.

Se le dio al pecador una segunda oportunidad de guardar la Ley de Dios mediante la fortaleza de su divino Redentor. La cruz del Calvario condena para siempre la idea que Satanás ha colocado delante del mundo cristiano que la muerte de Cristo abolió no solamente el sistema típico de sacrificios y ceremonias sino también la inmutable Ley de Dios, el fundamento de su trono, la transcripción de su carácter.

Por medio de todos los artificios posibles Satanás ha procurado invalidar la eficacia del sacrificio del Hijo de Dios, hacer que su expiación sea inútil y su misión un fracaso.  Ha sostenido que la muerte de Cristo hizo innecesaria la obediencia a la Ley y permitió que el pecador obtuviera, sin abandonar el pecado, el favor de un Dios Santo.  Ha declarado que la norma del Antiguo Testamento fue rebajada en el Evangelio y que los hombres pueden acudir a Cristo, no para ser salvados de sus pecados sino en sus pecados.

Pero cuando Juan vio a Jesús, anunció su misión diciendo:

“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).

Para toda alma arrepentida, el mensaje es:

“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isa.1:18).

 

 

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DOCTRINA DE LA VIDA CRISTIANA

EL SÁBADO Y LA LEY.  Dios colocó el mandamiento relativo al sábado en el centro del Decálogo.

Acuérdate del día de reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás y harás toda tu obra; más el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: No hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: Por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó” (Exodo 20: 8-11).

Todos los mandamientos del Decálogo son vitales, y ninguno debe ser descuidado (Sant.2:10), pero Dios distinguió el mandamiento relativo al sábado de todos los demás. En relación con  él, nos mandó recordarlo, amonestando así a la humanidad contra el peligro de olvidar su importancia.  Las palabras con las cuales comienza el mandamiento;  “Acuérdate de día de reposo para santificarlo”, muestran que el sábado no fue instituido por primera vez en el Sinaí. Dichas palabras indican que su origen fue anterior, de hecho, en la creación, como lo revela el resto del mandamiento. Dios deseaba que observáramos el sábado como su monumento de la creación. Define el tiempo de descanso y adoración, y nos invita a contemplar a Dios y sus obras.

Como el monumento de la creación, la observancia del sábado es un antídoto de la idolatría.  Al recordarnos que Dios creó el cielo y la tierra, lo distingue de todos los dioses falsos.  Así pues, el acto de guardar el sábado se convierte en la señal de nuestra fidelidad al Dios verdadero, una prueba de que reconocemos su soberanía como Creador y Rey.

El mandamiento del sábado funciona  como el sello de la Ley de Dios. Generalmente, los sellos contienen tres elementos: el nombre del dueño del sello, su título, y su jurisdicción.  Los sellos oficiales se usan para validar documentos de importancia. El documento adquiere la autoridad del oficial cuyo sello ha sido colocado sobre él. El sello implica que el mismo oficial aprobó la legislación y que todo el poder de su cargo lo apoya.

Entre los Diez Mandamientos, el mandamiento relativo al sábado es el que contiene los elementos vitales de un sello.  Es el único de los diez que identifica al Dios verdadero, especificando su nombre: “Jehová tu Dios”;   su título “Creador”;   y su territorio: “los cielos y la tierra” (Exo.20:10, 11). Por cuanto únicamente el cuarto mandamiento muestra con autoridad de quién fueron dados los Diez Mandamientos, contiene el sello de Dios”, incluido en su ley como evidencia de su autenticidad y obligatoriedad.

EL SÁBADO Y EL PACTO. La ley de Dios era un rasgo central de pacto (Exo.24:37); así también el sábado, colocado en el corazón de esa Ley, es prominente en el pacto divino. Dios declaró que el sábado sería por señal entre mi y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico” (Eze.20:12; véase Eze.20:20;  Exo.31:17).

 POR LO TANTO DIOS DICE: EL REPOSO SABÁTICO ES UN“PACTO PERPETUO” (EXO. 31:16).

“ASÍ COMO EL PACTO SE BASA EN EL AMOR DE DIOS POR SU PUEBLO (DEUT.7:7, 8),  TAMBIÉN EL SÁBADO, COMO SEÑAL DE ESE PACTO, ES UNA SEÑAL DE AMOR DIVINO”.

    

 

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DOCTRINA DE LA VIDA CRISTIANA

LA LEY Y EL EVANGELIO. La salvación es un don que llega a nosotros por gracia por medio de la fe, no por las obras de la Ley (Efe. 2:8). “Ninguna obra de la ley, ningún esfuerzo, por más admirable que sea, y ninguna obra buena—ya sea muchas o pocas, de sacrificio o no— pueden justificar de manera alguna al pecador” (Tito 3:5;  Rom.3:20).

LA LEY Y EL EVANGELIO ANTES DEL SINAÍ. Cuando Adán y Eva pecaron supieron que significaban la culpa, el temor y la necesidad (Gen.3:10). En respuesta a su necesidad, Dios anuló la ley que los condenaba; en cambio, les ofreció el Evangelio que los restauraría a la comunión con El y a la obediencia de su santa Ley.

El Evangelio consistía en la promesa de la redención por medio de un Salvador, la Simiente de la mujer, el cuál un día vendría para triunfar sobre el mal (Gen.3:15).  El sistema de sacrificios que Dios estableció, les enseñó una  importante verdad relativa a la expiación: El perdón podría ser obtenido únicamente por el derramamiento de sangre, por medio de la muerte del Salvador.  Al creer que el sacrificio de los animales simbolizaba la muerte expiatoria del Salvador en su lugar, obtendrían el perdón de sus pecados. La salvación sería por gracia.

Esta promesa evangélica era el centro del pacto eterno de gracia que Dios le ofreció a la humanidad (Gen.12:1-3;  15:4;  5: 17:1-9). Se hallaba relacionada con la obediencia a la Ley de Dios (Gen.18:18,19; 26:4, 5). El Hijo de Dios sería la garantía del pacto divino, el punto focal del Evangelio, el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apoc.13:8).  La gracia de Dios, por lo tanto, comenzó a aplicarse tan pronto como Adán y Eva pecaron. Dijo David La misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra”(Sal.103:17, 18).

LA LEY Y EL EVANGELIO DESPUÉS DE LA CRUZSegún  han  observado numerosos cristianos, la Biblia indica que, si bien la muerte de Cristo abolió la ley ceremonial, no hizo sino confirmar la perdurable validez de la Ley moral.

LA LEY CEREMONIAL. Cuando Cristo murió, cumplió el simbolismo profético del sistema de sacrificios.   El tipo se encontró con el antitipo, y la ley ceremonial llegó a su fin. Siglos antes Daniel había predicho que la muerte del Mesías haríacesar el sacrificio y la ofrenda” (Dan.9:27). Cuando Jesús murió el velo del templo fue rasgado sobrenaturalmente de arriba abajo (Mat.27:51), indicando así el fin del significado espiritual de los servicios del templo. 

El sacrificio expiatorio del Salvador anuló el acta de los decretos,….. quitándola del medio y clavándola en la cruz “(Col. 2:14).  Desde entonces, ya no fue necesario realizar las elaboradas ceremonias, no más preocupación acerca de la leyes ceremoniales, con sus complejos requerimientos relativos a las ofrendas de bebidas y alimentos, las celebraciones de diversos festivales (La Pascua, el Pentecostés, etc.), las nuevas lunas o los sábados ceremoniales, “todo lo cual es sombra de lo que ha de venir” (Col. 2:16, 17, compárese con Heb.9:10).

Tal como había sido interpretada por los judíos, la ley ceremonial se había convertido en una barrera entre ellos y otras naciones.  Había llegado a ser un gran obstáculo para el cumplimiento de su mission  de iluminar el mundo con la gloria de Dios.  La muerte de Cristo abolió esta ley de los mandamientos expresados en ordenanzas”, derribando la pared intermedia de separación entre los judíos y gentiles, y creando así una familia de creyentes reconciliados mediante la cruz…. en un solo cuerpo”.  (Efe. 2:14-16)

    

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 100-

 

 

FUNCION VITAL DE LAS LEYES DE DIOS. La naturaleza es la sierva de su Creador. La naturaleza atestigua que hay una inteligencia, una presencia y una energía activa, que obran dentro de sus leyes mediante ellas.–parte 6-

RESPUESTA AL DEISMO: Muchos enseñan que la materia posee poderes vitales; que se le impartieron ciertas propiedades y luego se la dejó actuar mediante su propia energía inherente; que las operaciones de la naturaleza se llevan a cabo en conformidad con leyes fijas, en las cuales Dios mismo no puede intervenir.  Esta es una ciencia falsa, y no está respaldada por la Palabra de Dios.

La naturaleza es la sierva de su Creador.  Dios no anula sus leyes, ni tampoco obra contrariándolas; las usa continuamente como sus instrumentos. La naturaleza atestigua que hay una inteligencia, una presencia y una energía activa, que obran dentro de sus leyes mediante ellas.  Existe en la naturaleza la acción del Padre y del Hijo.  Cristo dice: 

“Mi Padre hasta ahora obra y yo obro” (Juan 5:17)

LA OBEDIENCIA TRAE FELICIDAD: Al mismo tiempo que los estudiantes aprenden lecciones que enseñan todas las cosas creadas y todas las circunstancias de la vida, muéstreseles que las mismas leyes que rigen las cosas de la naturaleza y los sucesos de la vida deben regirnos a nosotros; que son promulgadas para nuestro bien; y que únicamente obedeciéndolas podemos hallar felicidad y éxito verdaderos.

LOS ABARCANTES PRINCIPIOS DE LA LEY: En sus enseñanzas Cristo mostró cuán abarcantes son los principios de la Ley pronunciados desde el Sinaí.  Hizo una aplicación viviente de aquella Ley cuyos principios permanecen para siempre como la gran norma de justicia; la norma por la cual serán juzgados todos  en aquel gran día, cuando el juez se siente y se abran los libros.

El vino para cumplir toda justicia y, como cabeza de la humanidad, para mostrarle al hombre que puede hacer la misma obra, haciendo frente a cada especificación de los requerimientos de Dios.  Mediante la medida de su gracia proporcionada al ser humano, nadie debe perder el cielo. Todo el que se esfuerza, puede alcanzar la perfección del carácter.  Esto se convierte en el fundamento mismo del nuevo pacto del Evangelio. 

La Ley de Jehová es el árbol.  El Evangelio está constituido por las fragantes flores y los frutos que lleva.

LA MÁS ELEVADA SENSACION DE LIBERTAD: En la obra de la redención no hay compulsión.  No se emplea ninguna fuerza exterior.  Bajo la influencia del Espíritu de Dios, el hombre está libre para elegir a quien ha de servir.  En el cambio que se produce cuando el alma se entrega a Cristo, hay la más completa sensación de libertad.  La expulsión del pecado es la obra del alma misma. 

Por cierto, no tenemos poder para librarnos a nosotros mismos del dominio de Satanás; pero cuando deseamos ser libertados del pecado, y en nuestra gran necesidad clamamos por un poder exterior y superior a nosotros, las facultades del alma quedan dotadas de la fuerza divina del Espíritu Santo y obedecen los dictados de la voluntad, en cumplimiento de la voluntad de Dios.   (Elena White)

 

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LA FUENTE DE CURACION-parte 7-

EL CONOCIMIENTO COMUNICADO POR LA PALABRA DE DIOS-parte 2-

Así cada uno puede, por su propia experiencia afirmar “QUE DIOS ES VERDADERO”. (Juan 3:33)  Puede dar  testimonio de lo que él mismo ha visto, oído y sentido del poder de Cristo.  El que ha adquirido el conocimiento de Dios y de su Palabra mediante la experiencia personal está preparado para emprender el estudio de las ciencias naturales. 

“EN EL ESTABA LA VIDA, Y LA VIDA ERA LA LUZ DE LOS HOMBRES” (Juan1:4)

Antes de caer en pecado, Adán y Eva en el Edén estaban envueltos en clara y hermosa luz, la luz de Dios, que iluminaba todo aquéllo a lo cual se acercaban.  Nada oscurecía su percepción del carácter o de las obras de Dios. Pero cuando cedieron a la tentación, la luz se apartó de ellos.  Al perder las prendas de santidad, perdieron la luz que hasta entonces había iluminado la naturaleza, y ya no podían leer en ésta con provecho. 

Ya no podían discernir el carácter de Dios en sus obras.  Así también hoy el hombre por sí mismo es incapaz de leer debidamente las enseñanzas de la naturaleza.  Si no lo guía la sabiduría divina, el hombre exalta la naturaleza y sus leyes y las sobrepone al Dios de la naturaleza.  Por ésto las meras ideas humanas respecto de la ciencia están a menudo en contradicción con la enseñanza de la Palabra de Dios. 

Quien conoce a Dios y su Palabra mediante la experiencia personal tiene la fe arraigada en la divinidad de las Sagradas Escrituras.  Ha comprobado que la Palabra de Dios es verdad, y sabe que la verdad no puede contradecirse nunca.  No aquilata la Biblia por las ideas que los hombres tienen de la ciencia, sino que somete más bien estas ideas a la prueba de la autoridad infalible. 

Sabe que en la ciencia verdadera no puede haber nada contrario a la enseñanza de la Palabra; puesto que ambas proceden del mismo Autor, la verdadera comprensión de ambas demostrará que hay armonía entre ellas. Todo lo que en la llamada enseñanza científica contradiga al testimonio de la Palabra de Dios no es más que suposición humana.

A quien estudie, la investigación científica le abrirá dilatados campos de pensamiento y de información.  Al contemplar las cosas de la naturaleza obtendrá una nueva percepción de la verdad.  El libro de la naturaleza y la Palabra escrita se iluminan recíprocamente.  Ambos hacen que el estudiante conozca mejor a Dios al instruirle acerca del carácter de El y acerca de las leyes por medio de las cuales obra.  La experiencia del Salmista nos dice:

“BIENAVENTURADOS LOS PERFECTOS DE CAMINO; LOS QUE ANDAN EN LA LEY DE JEHOVÁ.  BIENAVENTURADOS LOS QUE GUARDAN SUS TESTIMONIOS, Y CON TODO EL CORAZON LE BUSCAN”

“¿CON QUE LIMPIARA EL JOVEN SU CAMINO? CON GUARDAR TU PALABRA” “ESCOGI EL CAMINO DE LA VERDAD; HE PUESTO TUS JUICIOS DELANTE DE MI”.

“EN MI CORAZON HE GUARDADO TUS DICHOS, PARA NO PECAR CONTRA TI”.  “Y ANDARE EN ANCHURA, PORQUE BUSQUE TUS MANDAMIENTOS”.  “ABRE MIS OJOS Y MIRARE LAS MARAVILLAS DE TU LEY”

“EL PRINCIPIO DE TUS PALABRAS ALUMBRA; HACE ENTENDER A LOS SIMPLES”

“ME HAS HECHO MAS SABIO QUE MIS ENEMIGOS CON TUS MANDAMIENTOS; PORQUE ME SON ETERNOS”….”DE TUS MANDAMIENTOS HE ADQUIRIDO INTELIGENCIA POR TANTO HE ABORRECIDO TODO CAMINO DE MENTIRA” 

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