MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 219-
LA PREOCUPACION Y LA ANSIEDAD. Dios considera las circunstancias y la fortaleza del que va a soportar la prueba, y nunca permite que las tentaciones sean mayores que su capacidad de resistencia. Si la persona es vencida, nunca debe ponerse ésto a la cuenta de Dios.–parte 3-
LA FE PUEDE SER INVENCIBLE: Mirando las apariencias, quejándonos cuando se presentan dificultades, damos pruebas de una fe débil. Por nuestras palabras y acciones demostramos, al contrario que nuestra fe es invencible. El Señor posee recursos innumerables.
El mundo entero le pertenece. Mirad a Aquél que posee luz, potencia y capacidad. El bendecirá a todos aquellos que traten de comunicar luz y amor.
EL REMEDIO PARA LA ANSIEDAD: Y Dios cuida y sostiene todas las cosas que ha creado…No se derraman lágrimas sin que El lo note. No hay sonrisa que para El pase inadvertida. Si creyéramos plenamente ésto, toda ansiedad indebida desaparecería.
Nuestras vidas no estarían tan llenas de desengaños como ahora; porque cada cosa, grande o pequeña, debe dejarse en las manos de Dios, quien no se confunde por la multiplicidad de los cuidados, ni se abruma por su peso.
Gozaríamos entonces del reposo del alma al cual muchos han sido por largo tiempo extraños.
LA FE DISIPA LA ANSIEDAD: Todos anhelamos la felicidad, pero muchos rara vez la encuentran debido a los métodos equivocados que usan al perseguirla en vez de luchar por ella. Debemos luchar ardientemente y combinar nuestros deseos con la fe.
Entonces la felicidad nos embargará casi impensadamente. Cuando podamos, por desagradables que sean las circunstancias, reposemos confiadamente en su amor, y la sensación de su presencia nos inspirará un gozo profundo y sereno.
Este proceso nos conferirá una fe que nos capacitará para no inquietarnos, ni afligirnos, sino para apoyarnos en un poder que es infinito.
EL PRINCIPIO BASICO: Los que aceptan el principio de dar al servicio y la honra de Dios el lugar supremo, verán desvanecerse las perplejidades y percibirán una clara senda delante de sus pies.
VIVIR UN DÍA A LA VEZ: UN PRINCIPIO DE MAXIMA IMPORTANCIA: El fiel cumplimiento de los deberes de hoy es la mejor preparación para las pruebas de mañana. No amontonemos las eventualidades y los cuidados de mañana para añadirlos a la carga de hoy.
“Basta al día su afán” (Mat.6:34)
Disponemos solamente de un día a la vez, y en el hemos de vivir para Dios. Por ese solo día, mediante el servicio consagrado hemos de confiar en la mano de Cristo todos nuestros planes y propósitos, depositando en El todas las cuitas, porque El cuida de nosotros.
“Yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis”. “En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza” (Jer.29:11; Isa.30:15)
Llevemos las cargas de hoy. Debemos tener fe y confianza para hoy. No se nos pide que vivamos más de un día a la vez. El que da fortaleza para hoy, dará fortaleza para mañana.
FORTALEZA PARA CADA PRUEBA: Nuestro Padre Celestial mide y pesa cada prueba antes de permitir que le sobrevengan al creyente.
Considera las circunstancias y la fortaleza del que va a soportar la prueba de Dios, y nunca permite que las tentaciones sean mayores que su capacidad de resistencia.
Si el alma se ve sobrepasada y la persona es vencida, nunca debe ponerse ésto a la cuenta de Dios, como que no proporcionó fortaleza de su gracia, sino que ello va a la cuenta del tentado, que no fue vigilante ni se dedicó a la oración, ni se apropió por la fe de las provisiones que Dios había atesorado en abundancia para él.
Cristo nunca le ha fallado a un creyente en su hora de conflicto. El creyente debe reclamar la promesa y hacer frente al enemigo en el nombre del Señor, y no conocerá nada que se parezca al fracaso.
Elena White