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Posts Tagged ‘sangre de cristo’

LOS DOS PACTOS-parte 4-

EL NUEVO PACTO O SEGUNDO PACTO -parte 2-

¿Qué muestra que el pacto nuevo, o segundo, y el pacto hecho con Abrahán son virtualmente el mismo?

“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (vers.29).

NOTA: Nadie debería confundirse con los términos primer pacto y segundo pacto. Aunque al pacto hecho en el Sinaí se lo llama el primer pacto, eso no significa que era el primer pacto hecho jamás por Dios con el hombre. Mucho antes que éste, El hizo un pacto con Abrahán.  El hizo también un pacto con Noé, y con Adán. Ni tampoco debe suponerse que el primer pacto, o pacto antiguo, existió por algún tiempo como el único pacto con la humanidad, y que éste debía cumplir su finalidad y desaparecer antes que alguien pudiera participar de las bendiciones prometidas por el segundo o nuevo pacto.

Si tal hubiera sido el caso. Durante ese tiempo no hubiera habido perdón para nadie. El pacto nuevo, o segundo, existió virtualmente antes que el pacto hecho en el Sinaí; porque el pacto con Abrahán fue confirmado en Cristo (Gálatas 3:17), y sólo mediante Cristo tiene valor el pacto nuevo, o segundo.  No hay bendición que pueda obtenerse en virtud del nuevo pacto, que no se le haya prometido a Abrahán.  El segundo pacto existió en todos sus rasgos esenciales, exceptuando su ratificación, mucho antes que el primero, aún desde los días de Adán. Se lo llama segundo porque fue ratificado después del pacto hecho y ratificado en el Sinaí.

¿Qué es necesario cuando hay un pacto  o testamento?

“Porque  donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive” (Hebreos 9:16, 17).

¿Con la sangre de quién  fue dedicado el nuevo pacto?

“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad” (Hebreos 13:20, 21).

¿Solamente en virtud de qué pacto hay remisión de pecados?

“¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu  eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para  que interviniendo  muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna” (Hebreos 9:14, 15).

LOS DOS PACTOS

Continúa en parte 5

 

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DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES

MINISTERIO DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL- El Santuario Celestial en la Profecía(1)quinta parte-

EL SANTUARIO CELESTIAL EN LA PROFECÍA.  En la presentación anterior se ha enfocado el santuario en sus aspectos típicos y antitípicos.  A continuación lo haremos desde una perspectiva profética.

EL UNGIMIENTO DEL SANTUARIO CELESTIALLa profecía de las 70 semanas que se registra en el capitulo 9 de Daniel predecía la inauguración del Ministerio Sacerdotal de Cristo en el Santuario Celestial.  Uno de los últimos acontecimientos que sucederían durante los 490 años era el ungimiento del “Santo de los Santos” (Dan.9:24). La expresión hebrea qodesh  qodeshim significa literalmente Santo de los Santos.  Así como durante la inauguración del Santuario Terrenal, éste fue ungido con aceite santo con el fin de consagrarlo para sus servicios, del mismo modo en la inauguración del Santuario Celestial, éste debía se ungido para consagrarlo al ministerio intercesor de Cristo. Con su ascensión poco después de su muerte y resurrección (Dan 9:27),  Cristo comenzó su ministerio como Sumo Sacerdote e Intercesor.

LA PURIFICACIÓN DEL SANTUARIO CELESTIAL.  Haciendo referencia a la purificación del Santuario Celestial, el libro de Hebreos dice: Casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales mismas [el Santuario Terrenal] fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas [el Santuario Celestial], con mejores sacrificios  que éstos”, es decir, la sangre preciosa de Cristo (Heb.9:22, 23).

 “Puede decirse que aúnlas cosas celestiales”, en cuanto incorporan las condiciones de la vida futura del ser humano, contrajeron debido a la caída algo que requería purificación”.  La sangre de Cristo estuvo  disponible “para la purificación del arquetipo celestial del Santuario Terrenal”.  (Henry Alford)   Así como los pecados del pueblo de Dios eran  colocados por fe sobre la ofrenda por el pecado, y luego eran transferidos simbólicamente al Santuario Terrenal, del  mismo modo bajo el nuevo pacto, los pecados que los penitentes confiesan son colocados por fe sobre Cristo.

Y de la misma manera como durante el día típico de expiación, la purificación del Santuario Terrenal quitaba los pecados acumulados allí, de la misma forma el Santuario Celestial es purificado por la remoción definitiva del registro de los pecados que existen en los libros celestiales.  Pero antes de que se limpien definitivamente los registros, serán examinados para determinar quién tiene derecho a entrar en su reino eterno por el arrepentimiento y la fe en Cristo.

Por lo tanto, la purificación del Santuario Celestial implica una obra de investigación o juicio que refleja plenamente la naturaleza del Día de la Expiación como un día de juicio.    Este juicio que ratifica la decisión relativa a quiénes serán salvos y quiénes se perderán, debe llevarse a cabo antes de la Segunda Venida, porque en esa ocasión Cristo vuelve con su recompensa para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apoc.22:12).

Todos los que verdaderamente se han arrepentido y por fe reclaman la sangre del sacrificio de Cristo, han recibido el perdón. 

EL QUE VENCIERE –DIJO JESÚS- SERÁ VESTIDO DE VESTIDURAS BLANCAS; Y NO BORRARÉ SU NOMBRE DEL LIBRO DE LA VIDA, Y CONFESARÉ SU NOMBRE DELANTE DE MI PADRE, Y DELANTE DE SUS ÁNGELES” (APOC.3:5).

Continúa en parte 6.

 

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MEDITACIONES-REFLEJEMOS A JESUS –parte 25-

LA LEY DE DIOS-LA NORMA DEL JUICIO

“Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad” (Santiago 2:12).

El primer ángel de Apocalipsis 14 llama a los hombres: “Temed a Dios y dadle gloria”, y los invita a alabarlo como Creador de los cielos y la tierra. Para hacer ésto, deben obedecer su Ley. Sin la obediencia a sus mandamientos, ninguna adoración puede ser agradable para Dios, “Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos…” (1 Juan 5:3).

Muchos maestros religiosos dicen que Cristo, por su muerte, nos liberó de la Ley, pero no todos tienen este punto de vista. La Ley de Dios, por su misma naturaleza, es inalterable. Es una revelación de la voluntad y el carácter de su Autor. Dios es amor, y su ley es amor. Sus dos grandes principios son el amor a Dios y al hombre.

“…el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:10). El carácter de Dios es justicia y verdad, y tal es la naturaleza de su ley. El salmista dice: “…tu ley la verdad”; “…todos tus mandamientos son justicia” (Salmos 119: 142, 172). El apóstol declara: “…la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Romanos 7:12). Una ley tal, expresión de la mente y la voluntad de Dios, tiene que ser tan perdurable como su Autor.

Y esta Ley es la norma por la cual las vidas y los caracteres de los hombres serán probados en el juicio. Después de señalar nuestro deber de obedecer sus mandamientos, Salomón agregó: “Porque Dios traerá toda obra a juicio…” (Eclesiastés 12:14). El apóstol Santiago amonesta a sus hermanos: “Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad”.

Jesús aparecerá en el juicio como el abogado de su pueblo, para abogar en su favor ante Dios. “…si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1). “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse por nosotros ante Dios”. “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 9:24; 7:25).

En el juicio, todos los que se han arrepentido realmente del pecado, y por fe han reclamado la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, han tenido el perdón registrado junto a los nombres en los libros del cielo; al haber sido participantes de la justicia de Cristo, y sus caracteres encontrados en armonía con la Ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán considerados dignos de la vida eterna.

Jesús dijo: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles” (Apocalipsis 3:5). (Southern Watchman)

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MEDITACIONES-REFLEJEMOS A JESUS –parte 9-

CRISTO RECONOCIO LA DIGNIDAD DEL HOMBRE

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. (Efesios 2:13, 14)

Cristo no admitía distinción alguna de nacionalidad, jerarquía social, ni credo. Los escribas y fariseos deseaban hacer de los dones del Cielo un beneficio local y nacional, y excluir de Dios al resto de la familia humana. Pero Cristo vino para derribar toda valla divisoria. Vino para manifestar que su don de misericordia y amor es tan ilimitado como el aire, la luz o las lluvias que refrigeran la tierra.

La vida de Cristo fundó una religión sin castas; en la que judíos y gentiles, libres y esclavos, unidos por los lazos de la fraternidad, son iguales ante Dios. Nada hubo de artificios en sus procedimientos. Ninguna diferencia hacía entre vecinos y extraños, amigos y enemigos. Lo que conmovía el corazón de Jesús era el alma sedienta de agua de vida.

Nunca despreció a nadie por inútil, sino que procuraba aplicar a toda alma su remedio curativo. Cualquiera que fueran las personas con quienes se encontrase, siempre sabía darles alguna lección adecuada al tiempo y a las circunstancias. Cada descuido o insulto del hombre para con el hombre le hacía sentir tanto más la necesidad que la humanidad tenía de su simpatía divina y humana. Procuraba infundir esperanza en los más rudos y en los que menos prometían, presentándoles la seguridad de que podían llegar a ser sin tacha y sencillos, poseedores de un carácter que les diera a conocer como hijos de Dios.

Muchas veces se encontraba con los que habían caído bajo la influencia de Satanás y no tenían fuerza para desasirse de sus lazos. A cualquiera de ellos, desanimado, enfermo, tentado, caído, Jesús les dirigía palabras de la más tierna compasión, las palabras que necesitaba y que podía entender. A otros, que sostenían combate a brazo partido con el enemigo de las almas, los animaba a que perseveraran, asegurándoles que vencerían, pues los ángeles de Dios estaban de su parte y les darían la victoria.

A la mesa de los publicanos se sentaba como distinguido huésped, demostrando por su simpatía y la bondad de su trato social que reconocía la dignidad humana; y anhelaban hacerse dignos de su confianza los hombres en cuyos sedientos corazones caían sus palabras con poder bendito y vivificador. Despertábanse nuevos impulsos, y a estos parias de la sociedad se les abría la posibilidad de una vida nueva.

Aunque judío, Jesús trataba libremente con los samaritanos. Y al par que se ganaba sus corazones por su humana simpatía, su gracia divina les llevaba la salvación que los judíos rechazaban. (El Ministerio de Curación)

 

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APOCALIPSIS- SEMINARIO DE REVELACIONES-¡Estudio Bíblico Espectacular! –lección4-parte 2-

EL APOCALIPSIS REVELA EL AMOR DE DIOS

En APOCALIPSIS 2:10  Jesús ofrece la corona de vida a cada uno de sus fieles seguidores.  Felizmente, por medio de Jesús nuestro Salvador, todos nosotros podemos recibir este regalo maravilloso de la vida eterna.  Ahora se presenta una pregunta importante: ¿Qué debo hacer para recibir los beneficios del sacrificio de Cristo?

1.    ¿Cómo se llama el gran plan divino de salvación? APOC.14:6

El EVANGELIO ETERNO

2.   ¿Cuándo se puso en efecto el plan de salvar al hombre? APOC.13:8

Al PRINCIPIO del MUNDO

NOTA: Todos los que se salvaron desde la caída del hombre fueron salvados por la sangre de Jesús, HECHOS 4:12. Los creyentes durante la época del Antiguo Testamento aceptaron la sangre de Cristo al esperar por la fe la cruz.  Nosotros aceptamos la misma sangre mirando por fe a la cruz.

3.   ¿Qué ocurrió cuando Adán pecó y por que? ROM.5:12

a.    ¿Qué cosa? “LA MUERTE pasó a todos LOS HOMBRES”.

b.    ¿Por qué? “Porque TODOS pecaron”.

4.   ¿Por qué es tan grave vivir una vida de pecados? ROM.6:23

Porque la PAGA, o sea el castigo del pecado es MUERTE.

5.   ¿Qué hace el pecado con nuestra relación con Dios? ISAÍAS 59:2

El pecado nos SEPARA de DIOS.

6.   ¿Qué hizo la muerte de Jesús en favor de su pueblo? APOC.1:5

Nos LAVO de nuestros PECADOS.

NOTA: Jesús no solamente murió por los pecados de su pueblo, sino por los pecados de todo el  mundo. VÉASE 1 JUAN 2:1, 1.

7.   ¿Quién aceptó mis pecados y la pena de muerte? ISAÍAS 53:6

RESP: JESÚS.

NOTA: ISAÍAS 53 es una profecía conmovedora de los sufrimientos de Jesús y de su muerte.

8.   ¿Por qué hizo Dios tal sacrificio por nosotros? JUAN 3:16, APOC. 1:5

Porque nos AMO.

 

 

 

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CRISTO EN SU SANTUARIO-parte 18-

EL GLORIOSO TEMPLO DE DIOS

LA PURIFICACION DEL SANTUARIO CELESTIAL

Este ministerio siguió efectuándose durante 18 siglos en el primer departamento del santuario. La sangre de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepentidos, les aseguraba perdón y aceptación cerca del Padre.  No obstante, sus pecados  permanecían registrados en los libros del cielo. Como en el ritual simbólico había una obra de expiación al fin del año, así también, antes que se complete la obra de Cristo para la redención de los hombres, queda por hacer una obra de expiación para eliminar el pecado del Santuario Celestial. Entonces, así como lo había anunciado Daniel el profeta, nuestro Sumo Sacerdote entró en el Lugar Santísimo para cumplir la última parte de su solemne obra: la purificación del Santuario Celestial.

Así como en la antigüedad los pecados del pueblo eran puestos por fe sobre la víctima ofrecida, y por medio de la sangre de ésta se transferían figurativamente al santuario terrenal, así también, en el nuevo pacto, los pecados de los que se arrepienten son puestos por fe sobre Cristo, y transferidos, de hecho, al Santuario Celestial.  Y así como la purificación simbólica de lo terrenal se efectuaba eliminando los pecados con los cuales había sido contaminado, así también la purificación real de lo celestial debe efectuarse eliminando o borrando los pecados registrados en el cielo. Pero antes que ésto pueda cumplirse deben examinarse los registros para determinar quiénes son los que, por su arrepentimiento del pecado y su fe en Cristo, tienen derecho a los beneficios de la expiación llevada a cabo por El.  La purificación del santuario implica, por lo tanto, una obra de investigación, una obra de juicio. Esta obra debe realizarse antes que venga Cristo para redimir a su pueblo, pues cuando venga, traerá con El su galardón, para otorgar la recompensa a cada uno según haya sido su obra. (Apocalipsis 22:12).

Mientras el holocausto señalaba a Cristo como sacrificio, y el sumo sacerdote representaba a Cristo como Mediador, el macho cabrío simbolizaba a Satanás, autor del pecado, sobre quien eran colocados finalmente los pecados de los verdaderamente arrepentidos. Cuando el sumo sacerdote, en virtud de la sangre del holocausto, eliminaba los pecados del santuario, los ponía sobre la cabeza del macho cabrío destinado a Azazel.  Cuando Cristo, en virtud de su propia sangre, elimine del Santuario Celestial los pecados de su pueblo al fin de su ministerio, los pondrá sobre Satanás, el cual en la consumación del juicio debe cargar con la pena final.  Se llevaba lejos el macho cabrío, a un lugar desierto, para que no volviera jamás a la congregación de Israel.  Así también Satanás será desterrado para siempre de la presencia de Dios y su pueblo, y será aniquilado en la destrucción final del pecado y los pecadores.  (El Gran Conflicto, págs.461-475).

PREGUNTAS PARA MEDITAR

1.        ¿En qué consiste la purificación del Santuario Celestial?  ¿Por qué debe efectuarse antes de la segunda venida de Cristo?

2.       Note el paralelismo que existe entre los servicios del santuario del Antiguo Testamento y los del santuario del Cielo.

3.       ¿Por qué medios los pecados del pecador arrepentido son transferidos al Santuario Celestial?

4.       ¿De qué manera se purifica el Santuario Celestial del registro de los pecados?

 NUESTRO SUMO SACERDOTE

-Continúa en parte 19-

 

 

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ESPERANZA PARA EL PLANETA TIERRA – EL FUTURO BRILLANTE DE UNA RAZA CAIDA –parte 44-

COMO SOMOS SALVOS –parte 11-

¿COMO PODEMOS VENCER EL PECADO?-parte 1-

El secreto de la victoria sobre el pecado se halla en varios  de los versículos que hemos citado antes. Notemos:

1         Hay que “nacer de Dios” y permanecer en El.

2         Dios es poderoso para guardarnos sin caída.

3         Cuando somos tentados, El nos da la vía de escape.

4         Cristo nos fortalece.

Todos estos conceptos muy hermosos, pero en términos prácticos, ¿cómo se llegan a formar parte de la misma fibra de nuestro ser? ¿Cómo se convierten estas palabras en una experiencia viva y personal con Dios? Veamos otros pasajes de la biblia que nos ayudan a contestar más cabalmente estas preguntas tan importantes.

Dios ha provisto tres medios para que venzamos el pecado y lleguemos a asemejarnos a Cristo, y éstos se hallan ilustrados en el antiguo santuario hebreo. El santuario hebreo tenía un patio o atrio, delimitado por una cerca, dentro del cual se hallaban dos muebles: el altar del sacrificio y una fuente de agua limpia. En el altar del sacrificio se derramaba la sangre de animales, que representaba la sangre de Cristo que iba a morir para redimirnos del pecado. 

La fuente representaba la regeneración o el nuevo nacimiento por el poder del Espíritu Santo (Tito 3:5). También en el atrio se hallaba un edificio con dos apartamentos. El primero de ellos se llamaba el “lugar santo” y el segundo el “lugar santísimo”.  En el lugar santo es donde hallamos los tres medios para vencer el pecado y asemejarnos a Cristo.

Allí había tres muebles.  El primero se hallaba al norte y era una mesa de oro con doce panes sin levadura.  El segundo se encontraba al occidente y era un altar de oro en donde se quemaba incienso. El tercer mueble estaba hacia el sur y era un candelabro de oro que tenía siete brazos. Al extremo de cada brazo se hallaba una mecha y un recipiente con aceite de oliva.

¿Qué representaban estos tres muebles?

Empecemos con la mesa de los panes.  El pan sin levadura representa la palabra de Dios. El profeta Isaías compara el pan con la palabra de Dios en Isaías 55:10-11: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y  la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será  prosperada en aquello para que la envié”

En el monte de la tentación el Señor le dijo al diablo: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).  Después de alimentar a 5.000 hombres con cinco panes y dos peces, Jesús invitó a los presentes a que comieran su carne y bebieran su sangre. Esto no puede tomarse literalmente, pues la Biblia condena el canibalismo.  Jesús mismo explicó que “el Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). 

Las palabras de Cristo son las que dan vida, no su sangre y carne literal.  En el estudio de la Palabra asimilamos a Cristo, El llega a ser carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre.  Mientras más tiempo pasemos con la Palabra, más poder recibiremos de Cristo para vencer el pecado. Bien dijo el salmista:

“¿Con que limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra…En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:9,11).  Jesús dijo: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado” (Juan 15:3).  Y el apóstol Pablo afirma que la iglesia es santificada y limpiada “en el lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5:26).

Continúa en parte 45

 

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