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Posts Tagged ‘profeta daniel’

DESCUBRA: GUÍA QUE LE AYUDARÁ A COMPRENDER MEJOR A DIOS Y A CREER EN EL-parte 29-

ACERCA DEL FUTURO-parte 2-

 

  • UNA ASOMBROSA PROFECÍA BIBLICA

Seis siglos antes del nacimiento de Cristo, Dios le dio al mundo una vislumbre del futuro por medio del profeta Daniel. Le presentó un bosquejo anticipado de la historia, desde ese tiempo hasta nuestros días.

La profecía comenzaba con un sueño que Dios le dio a Nabucodonosor, rey de Babilonia, hace unos 2.500 años. El sueño inquietó mucho al rey, pero cuando despertó no podía recordar nada.

Después que los sabios de Babilonia fracasaron en decir el sueño al rey y mucho menos interpretarlo, entró en escena Daniel, un joven hebreo cautivo, que declaró que el Dios del cielo podía revelar todos los misterios.

De pie, delante del rey, le dijo con seguridad:

“Tu, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen…que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.

“La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies en parte de hierro y en parte de barro cocido.

“Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

“Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras de verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno.  Más LA PIEDRA QUE  HIRIO A LA IMAGEN fue hecha un gran monte que LLENO LA TIERRA” (Daniel 2:31-35).

A primera vista, parece que esta estatua no tiene nada que ver con la idea de hallar esperanza en nuestro tiempo.  Pero lo veremos más adelante.

  • LA INTERPRETACIÓN DE LA PROFECÍA

  Continúa en parte 30

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DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES

MINISTERIO DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL- El Santuario Celestial de la Profecía(2) sexta parte-

EL SANTUARIO CELESTIAL DE LA PROFECÍA

LA PURIFICACIÓN DEL SANTUARIO CELESTIAL.  (Continuación)

El profeta Daniel revela la naturaleza de este juicio investigador.  Mientras el poder apóstata simbolizado por el cuerno pequeño continúa su obra blasfema y perseguidora contra Dios y su pueblo en el mundo (Dan.7:8, 20, 21, 25), se colocan tronos, y Dios preside en el juicio final.  Este juicio se lleva a cabo en la sala del trono del Santuario Celestial, y asisten multitudes de testigos celestiales.  Cuando se inaugura la sesión, los libros se abren, señalando el comienzo de un procedimiento investigador (Dan.7:9, 10).  No es sino hasta después de este juicio, que el poder apóstata es destruido (Dan.7:11).

LA HORA DEL JUICIO.   Tanto Cristo como el Padre participan en el juicio investigador.  Antes de volver a esta tierra en las nubes del cielo”, Cristo como Hijo de hombre” “viene en las nubes del cielo” hasta “el Anciano de días”, Dios el Padre, y se presenta delante de El  (Dan.7:13).  Desde su ascensión, Cristo ha actuado como  Sumo Sacerdote, nuestro intercesor delante de Dios (Heb.7:25). Pero en esta ocasión, viene para recibir el reino  (Dan.7:14).

El eclipse del Ministerio Sacerdotal de Cristo.  El capitulo 8 de Daniel describe la controversia entre el bien y el mal, y el triunfo final de Dios.  Este capítulo revela que entre la inauguración del Ministerio Sumo-Sacerdotal de Cristo y la purificación del Santuario Celestial, un poder terrenal oscurecería el ministerio de Cristo.

El carnero de esta visión representaba el Imperio Medo-Persa (Dan.8:2); los dos cuernos, el último de los cuáles creció más, describen claramente sus dos fases, de las cuáles la parte correspondiente a Persia que dominó, surgió en último lugar. Tal como predijo Daniel, este reino oriental extendió su poder al poniente, al norte y al sur”,  y “se engrandecía” (Dan.8:4).

El macho cabrío que venía del oeste simbolizaba a Grecia; el cuerno grande, su rey primero”, representaba a Alejandro Magno (Dan.8:21).  Viniendo del lado del poniente”, Alejandro derrotó rápidamente a Persia.  Luego,  pocos años después de su muerte, su imperio se había dividido en cuatro reinos” (Dan.8: 8-22): los imperios de Casandro, Lisímaco, Seleuco, y Tolomeo.

Al fin del reinado de estos” (Dan.8:23), en otras palabras, hacia el fin del dividido Imperio Griego, surgiría un cuerno pequeño” (Dan.8:9). Muchos de los Reformadores, han identificado este cuerno pequeño como Roma, tanto en su fase pagana como papal Esta interpretación se ajusta exactamente a las especificaciones provistas por Daniel. Nótense los puntos siguientes:   

  • A – El poder representado por el cuerno pequeño se extiende desde la caída del Imperio Griego hasta eltiempo del fin” (Dan.8:17).  Únicamente la Roma pagana y papal cumple estas especificaciones cronológicas.

Continúa parte 7

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ESPERANZA EN LA PALABRA-JESÚS LA UNICA ESPERANZA-parte 39-

¡CUIDADO CON LA TIRANÍA DEL ESTOMAGO!-parte 2-

SALUD Y NUTRICION

NUESTRO PELIGRO NO RADICA EN LA ESCASEZ, SINO EN LA ABUNDANCIA. ESTAMOS SIEMPRE TENTADOS A LOS EXCESOS”.

UN MODELO DE INTEGRIDAD

HABITAMOS una sociedad consumista, movida por la cultura del exceso, dominada por la promoción de la gratificación de todos los deseos.  Se ha dicho que “la meta –una especie de símbolo de la felicidad posmoderna-, es vivir bien, comer lo suficiente, tener una casa cómoda, dos o tres autos”.

La consigna actual es “Amate a ti mismo” o “busca complacerte”; se busca los banquetes, las “comilonas”, festejar, divertirse, las celebraciones, obtener el mayor placer posible.  No es cuestión de postergar las apetencias; por el contrario, el mensaje de los medios y la propaganda es: “Date el gusto, anda al restaurante X”, “Saborea nuestra especialidad”, “Comprueba el buen comer en el establecimiento X”.  Es el elogio al exceso, la glorificación de los maestros del placer, donde la persona sobria se reduce a una caricatura del tormento.  En este contexto ¿cómo es posible practicar la moderación y la virtud de la temperancia?

Afirma un conocido adagio: “Toda persona es arquitecto de su propio destino”. El dominio del apetito no sólo construye comportamientos saludables y hábitos ordenados –al regular los horarios y la cantidad como la calidad del comer-, también asienta los cimientos del edificio de la existencia. Como dijimos, el control del apetito configura un patrón básico de la conducta.

Un modelo de sobriedad aparece en una antigua historia bíblica. Se trata de la experiencia del profeta Daniel. Narra el registro sagrado que siendo muy joven, los ejércitos del imperio babilónico tomaron por asalto la ciudad de Jerusalén, donde vivía Daniel, y cometieron todo tipo de atropellos y violaciones.  En esas circunstancias, Daniel fue tomado prisionero y llevado como esclavo a Babilonia.  Allí fue sometido a un aprendizaje intensivo de la cultura babilónica.  Se le impuso el régimen alimenticio de la corte, que no se ajustaba a la dieta a la que estaba acostumbrado y que Dios había censurado como nociva.

Allí Daniel adoptó una decisión fundamental que cambio su vida e incluso la historia del Imperio de Nabucodonosor.  Declara el texto bíblico:

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía…” (Daniel 1:8).

Le fue concedida la dieta que reclamó, y al evaluarse posteriormente sus aptitudes físicas y mentales, en comparación con quienes habían consumido la comida del rey, se halló que Daniel obtuvo calificaciones diez veces superiores al grupo mayoritario.

La integridad y firmeza del profeta Daniel al mantener su apego a los principios de la alimentación saludable y el control de su comportamiento oral, fueron la base para su brillante desempeño posterior en las altas funciones administrativas de gobierno que le tocó ejercer.  Durante cerca de 67 años de servicio, bajo diferentes gobiernos durante dos imperios diferentes –babilónico y persa-, en tareas de vicepresidente, gobernador, ministro y asesor, Daniel fue un funcionario ejemplar.

En conclusión para decantar los propios excesos, no es cuestión de negociar treguas de distensión, sino adoptar decisiones firmes y definidas de no ceder a la tentación de la autocomplacencia del apetito corrompido, sino ejercer la libertad del autocontrol con una voluntad sostenida por la ayuda divina.

-Mario Pereyra- doctorado en Psicología-

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LA VERDAD ACERCA DE LOS ANGELES-RESPUESTAS FIRMEMENTE BASADAS EN LA PALABRA DE DIOS—parte 2-

LOS ÁNGELES Y LOS HUMANOS –UNA VISTA PANORAMICA-parte 1-

 

La relación entre el mundo visible y el invisible, el ministerio de los ángeles de Dios y la influencia o intervención de los espíritus malos, son asuntos claramente revelados en las Sagradas Escrituras y como indisolublemente entretejidos con la historia humana.

Antes de la creación del hombre, había ya ángeles; pues cuando los cimientos de la tierra fueron echados a una “alaban todas las estrellas del alba, y se regocijan todos los hijos de Dios” (Job 38:7)…Los ángeles  son por naturaleza superiores al hombre, pues el salmista refiriéndose a éste, dice: “Le has hecho poco menor que los ángeles” (Sal.8:5).

EL NUMERO Y EL PODER DE LOS ÁNGELES

Las Sagradas Escrituras nos dan la información acerca del número, del poder y de la gloria de los seres celestiales, de su relación con el gobierno de Dios y también con la obra de redención. “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino  domina sobre todos”.  Y el profeta dice: “Oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono”. Ellos sirven en la sala del trono del Rey de reyes, “ángeles, poderosos en fortaleza”, “ministros suyos”, que hacen “su voluntad”, “obedeciendo a la voz de su precepto” (Sal.103:19-21; Apoc.5-11).

Millones de millones y millares de millares era el número de los mensajeros celestiales vistos por el profeta Daniel. El apóstol Pablo habla de las “huestes innumerables de ángeles” (Heb.12:22, Dan.7:10). Como mensajeros de Dios, iban y volvían “a semejanza de relámpagos” (Eze.1:14), tan deslumbradora era su gloria y tan veloz su vuelo.  El ángel que apareció en la tumba del Señor, y cuyo “aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve”, hizo que los guardias temblaran de miedo y quedaran “muertos” (Mateo 28:3-4).

Cuando Senaquerib, el insolente monarca asirio, blasfemó e insultó a Dios y amenazó destruir a Israel, “aconteció que en aquella misma noche salió un ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres”. El ángel “destruyó a todos los hombres fuertes y valerosos, con los príncipes; y los capitanes” del ejército de Senaquerib, quien “volvió con rostro avergonzado a su propia tierra” (2 Reyes 19:35; 2 Cron.32:21).

LOS ÁNGELES AYUDAN A LOS HIJOS DE DIOS

Los ángeles son enviados a los hijos de Dios con misiones de misericordia. Visitaron a Abrahán con promesas de bendición; al justo Lot, para rescatarle de las llamas de Sodoma; a Elías cuando estaba por morir de cansancio y hambre en el desierto; a Eliseo, con carros y caballos de fuego que circundaban la pequeña ciudad donde estaba encerrado por sus enemigos; a Daniel, cuando imploraba la sabiduría divina en la corte de un rey pagano, o en momentos en que iba a ser presa de los leones; a Pedro, condenado a muerte en la cárcel de Herodes; a los presos de Filipos; a Pablo y a sus compañeros, en la noche tempestuosa en el mar; a Cornelio, para hacerle comprender el Evangelio, a Pedro, para mandarlo con el mensaje de salvación al extranjero gentil. Así fue como, en todas las edades, los santos ángeles ejercieron su ministerio en beneficio del pueblo de Dios.

Así que, aunque expuesto al poder engañoso y a la continua malicia del príncipe de las tinieblas y en conflicto con todas las fuerzas del mal, el pueblo de Dios siempre tiene asegurada la protección de los ángeles del cielo.  Y esta protección no es superflua. Si Dios concedió a sus hijos su gracia y su amparo, es porque deben hacer frente a las temibles potestades del mal, potestades múltiples, audaces e incansables, cuya malignidad y poder nadie puede ignorar o despreciar impunemente.

Continúa en parte 2

 

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CRISTO EN SU SANTUARIO-parte 24-

EL MINISTERIO FINAL DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL-parte 2-

¿QUE CASOS SE CONSIDERAN?-parte 2-

Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de los hombres determinarán los fallos del juicio. El profeta Daniel dice: “el Juez se sentó, y los libros se abrieron”. Juan, al describir la misma escena en el Apocalipsis, agrega: “Y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (Apoc.20:12).

El libro de la vida contiene los nombres de todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios.  Jesús dijo a sus discípulos:  “Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lucas 10:20). Pablo habla de sus fieles compañeros de trabajo, “cuyos nombres están en el libro de la vida” (Filip.4:3).  Daniel, al vislumbrar un  “tiempo de angustia, cual nunca fue”, declara que el pueblo de Dios será librado, es decir, “todos los que se hallen escritos en el libro” (Dan.12:1). Y Juan dice en el Apocalipsis que sólo entrarán en la ciudad de Dios aquellos cuyos nombres “están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apoc.21:27).

Delante de Dios está escrito “un libro de memoria”, en el cual quedan consignadas las buenas obras de “los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre” (Mal.3:16).  Sus palabras de fe, sus actos de amor, están registrados en el cielo.  A ésto se refiere Nehemías cuando dice: “Acuérdate de mí, Oh Dios…y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios” (Neh.13:14).  En el “libro de memoria” de Dios, todo acto de justicia está inmortalizado.  Toda tentación resistida, todo pecado vencido, toda palabra de tierna compasión, están fielmente consignados, y apuntados también todo acto de sacrificio, todo padecimiento y todo pesar sufrido por causa de Cristo.  El salmista dice: “Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma: ¿no están en tu libro?” (Sal.56:8).

Hay además un registro en el cual figuran los pecados de los hombres.  “Porque Dios traerá toda obra a juicio juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Ecles.12:14).  “De toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”. Dice el Salvador: “Por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:36, 37). Los propósitos y motivos secretos aparecen en el registro infalible, pues Dios “aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones” (1 Corintios 4:5). “He aquí que escrito está delante de mí…vuestras iniquidades, dice Jehová,  y por las iniquidades de vuestros padres juntamente…” (Isaías 65:6, 7).

La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada, e imputada, ya como señal de fidelidad, ya de infidelidad.  Frente a cada nombre, en los libros del cielo, aparecen con terrible exactitud cada mala palabra, cada acto egoísta, cada deber descuidado, y cada pecado secreto, con toda su artera hipocresía.  Las abominaciones o reconvenciones divinas despreciadas, la influencia ejercida para bien o para mal, con sus abarcantes resultados, todo es registrado por el ángel anotador.

LA LEY DE DIOS ES LA NORMA

-Continúa en parte 25-

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CRISTO EN SU SANTUARIO-parte 23-

EL MINISTERIO FINAL DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL-parte 1-

La mención de una fecha precisa para el juicio, en la proclamación del primer mensaje, fue ordenada por Dios.  El cómputo de los períodos proféticos en que se basa este mensaje, que establecen el fin de los 2.300 días en el otoño de 1844, puede subsistir sin inconvenientes (El Gran Conflicto-pág.510).

“Estuve mirando –dice el profeta Daniel– hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono  llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos” (Daniel 7:9-10)

Así se presentó a la visión del profeta el día  grande y solemne cuando los caracteres y las vidas de los hombres pasarán en revista delante del Juez de toda la tierra, y cuando a todos los hombres se les dará “conforme a sus obras”.  El Anciano de días es Dios, el Padre. El salmista dice: “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios” (Sal.90:2). Es El, el Autor de todo ser y de toda ley, quien debe presidir en el juicio. Y “Millares de millares… y millones de millones” de santos ángeles, como ministros y testigos, están presentes en este gran tribunal.

“Y he aquí con la nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.  Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará y su reino uno que no será destruido” (Daniel 7:13, 14).  La venida de Cristo que se describe aquí no es su segunda venida a la tierra.

El viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir el dominio y la gloria, y un reino, que se le dará a la conclusión de su obra de Mediador.  En esta venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que habría de realizarse al fin de los 2.300 días, en 1844.  Acompañado por ángeles celestiales, nuestro Sumo Sacerdote entró en el Lugar Santísimo, y allí, en la presencia de Dios, dio principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la tarea del juicio y hacer obra de expiación por todos los que resulten tener derecho a ella.

¿QUE CASOS SE CONSIDERAN?-parte 1-

En el rito simbólico, sólo aquellos que se habían presentado ante Dios arrepentidos y que confesaban sus pecados, y cuyas iniquidades eran llevadas al santuario por medio de la sangre del holocausto, tenían participación en el servicio del día de la expiación.  Del mismo modo en el gran día de la expiación final y del juicio, los únicos casos que se consideran son los de aquellos que han profesado ser hijos de Dios. El juicio de los impíos es obra distinta y se verificará en fecha posterior. “Es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? (1 Pedro 4:17).

Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de los hombres determinarán los fallos del juicio.

-Continúa en parte 24-

 

 

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