LA VERDAD ACERCA DE LOS ANGELES-RESPUESTAS FIRMEMENTE BASADAS EN LA PALABRA DE DIOS—parte 2-
LOS ÁNGELES Y LOS HUMANOS –UNA VISTA PANORAMICA-parte 1-
La relación entre el mundo visible y el invisible, el ministerio de los ángeles de Dios y la influencia o intervención de los espíritus malos, son asuntos claramente revelados en las Sagradas Escrituras y como indisolublemente entretejidos con la historia humana.
Antes de la creación del hombre, había ya ángeles; pues cuando los cimientos de la tierra fueron echados a una “alaban todas las estrellas del alba, y se regocijan todos los hijos de Dios” (Job 38:7)…Los ángeles son por naturaleza superiores al hombre, pues el salmista refiriéndose a éste, dice: “Le has hecho poco menor que los ángeles” (Sal.8:5).
EL NUMERO Y EL PODER DE LOS ÁNGELES
Las Sagradas Escrituras nos dan la información acerca del número, del poder y de la gloria de los seres celestiales, de su relación con el gobierno de Dios y también con la obra de redención. “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”. Y el profeta dice: “Oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono”. Ellos sirven en la sala del trono del Rey de reyes, “ángeles, poderosos en fortaleza”, “ministros suyos”, que hacen “su voluntad”, “obedeciendo a la voz de su precepto” (Sal.103:19-21; Apoc.5-11).
Millones de millones y millares de millares era el número de los mensajeros celestiales vistos por el profeta Daniel. El apóstol Pablo habla de las “huestes innumerables de ángeles” (Heb.12:22, Dan.7:10). Como mensajeros de Dios, iban y volvían “a semejanza de relámpagos” (Eze.1:14), tan deslumbradora era su gloria y tan veloz su vuelo. El ángel que apareció en la tumba del Señor, y cuyo “aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve”, hizo que los guardias temblaran de miedo y quedaran “muertos” (Mateo 28:3-4).
Cuando Senaquerib, el insolente monarca asirio, blasfemó e insultó a Dios y amenazó destruir a Israel, “aconteció que en aquella misma noche salió un ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres”. El ángel “destruyó a todos los hombres fuertes y valerosos, con los príncipes; y los capitanes” del ejército de Senaquerib, quien “volvió con rostro avergonzado a su propia tierra” (2 Reyes 19:35; 2 Cron.32:21).
LOS ÁNGELES AYUDAN A LOS HIJOS DE DIOS
Los ángeles son enviados a los hijos de Dios con misiones de misericordia. Visitaron a Abrahán con promesas de bendición; al justo Lot, para rescatarle de las llamas de Sodoma; a Elías cuando estaba por morir de cansancio y hambre en el desierto; a Eliseo, con carros y caballos de fuego que circundaban la pequeña ciudad donde estaba encerrado por sus enemigos; a Daniel, cuando imploraba la sabiduría divina en la corte de un rey pagano, o en momentos en que iba a ser presa de los leones; a Pedro, condenado a muerte en la cárcel de Herodes; a los presos de Filipos; a Pablo y a sus compañeros, en la noche tempestuosa en el mar; a Cornelio, para hacerle comprender el Evangelio, a Pedro, para mandarlo con el mensaje de salvación al extranjero gentil. Así fue como, en todas las edades, los santos ángeles ejercieron su ministerio en beneficio del pueblo de Dios.
Así que, aunque expuesto al poder engañoso y a la continua malicia del príncipe de las tinieblas y en conflicto con todas las fuerzas del mal, el pueblo de Dios siempre tiene asegurada la protección de los ángeles del cielo. Y esta protección no es superflua. Si Dios concedió a sus hijos su gracia y su amparo, es porque deben hacer frente a las temibles potestades del mal, potestades múltiples, audaces e incansables, cuya malignidad y poder nadie puede ignorar o despreciar impunemente.
Continúa en parte 2
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