MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 149-
LOS HÁBITOS. La Palabra de Dios abunda en principios generales para la formación de hábitos correctos de vida. Y los testimonios, generales y personales atraen su atención a esos principios. -parte1-
LA BIBLIA NOS DA LOS PRINCIPIOS: La Palabra de Dios abunda en principios generales para la formación de hábitos correctos de vida, y los testimonios, generales y personales, han sido considerados para atraer su atención más especialmente a esos principios.
COMO UNA RED DE HIERRO: Una vez formado el hábito, es como una red de hierro. Aunque intentemos luchar desesperadamente contra él, no podremos romperlo.
LAS REGLAS DEL HABITO: Todos tenemos el deber de observar reglas estrictas en nuestros hábitos de vida. Esto es para nuestro propio bien, tanto en sentido físico como moral.
LA REGULARIDAD EN LOS HÁBITOS MEJORA LA SALUD: Nuestro Dios es un Dios de orden, y quiere que sus hijos estén dispuestos a organizarse y ponerse bajo su disciplina. Si los jóvenes quisieran formar hábitos de regularidad y orden, mejorarían su salud, su espíritu, su memoria y su disposición.
ELIMINEMOS LA CAUSA DE LA ENFERMEDAD: Los hábitos correctos, practicados con inteligencia y perseverancia, eliminarán la causa de la enfermedad, y no habrá necesidad de recurrir a drogas fuertes.
LOS HÁBITOS APROPIADOS FOMENTAN LA SALUD: La salud puede ser lograda mediante hábitos de vida apropiados, y puede esperarse, inclusive, que rinda interés. Pero este capital, más precioso que cualquier cuenta bancaria, puede ser sacrificado por la intemperancia en el comer y el beber, y así permitir que los órganos se malogren por causa de la inacción. Hay que dejar a un lado las complacencias preferidas, la haraganería debe ser vencida.
HÁBITOS QUE DEGRADAN LAS FACULTADES SUPERIORES: Todo hábito que no promueva la acción saludable en el organismo humano, degrada las más altas y nobles facultades. Los hábitos erróneos concernientes al comer y al beber conducen a errores en el pensamiento y la acción.
VICTORIA SOBRE LOS HÁBITOS PREESTABLECIDOS: Los hábitos e ideas preestablecidos deben ser vencidos en muchos casos, antes de que podamos avanzar en la vida religiosa.
LAS TENDENCIAS HEREDADAS Y CULTIVADAS SE CONVIERTEN EN HÁBITOS: La gran tendencia de Judas hacia el mal, heredada y cultivada, fue la codicia. Y al llevarla a la práctica se convirtió en un hábito que él manifestó en todos los negocios. Los principios cristianos de rectitud y justicia no tenían lugar en sus ventas ni en sus compras.
Sus hábitos económicos desarrollaron en él una actitud mezquina que se convirtió en una trampa fatal. La obtención de ganancias fue la medida de su experiencia religiosa y toda verdadera justicia estaba subordinada a ésto. Aunque en lo externo seguía siendo discípulo, en la misma presencia de Cristo se apropió de medios que pertenecían a la tesorería del Señor. (Elena White)
Continúa en parte 150