LA FUENTE DE CURACION-parte 48-
EL HOGAR-parte 3-
OPORTUNIDADES DE LA MADRE
Hay un Dios en lo alto, y la luz y gloria de su trono iluminan a la madre fiel que procura educar a sus hijos para que resistan a la influencia del mal. Ninguna otra obra puede igualarse en importancia con la suya. Su tarea es desarrollar con la ayuda de Dios la imagen divina en un alma humana. La madre que aprecie esta obra considerará de valor inapreciable sus oportunidades.
Por lo tanto, mediante su propio carácter y sus métodos de educación, se empeñará en presentar a sus hijos el más alto ideal. Con fervor, paciencia y valor, se esforzará por perfeccionar sus propias aptitudes para valerse de ellas con acierto en la educación de sus hijos. Tendrá sus miradas fijas en Cristo, para que su experiencia diaria, en el humilde círculo de sus cuidados y deberes, sea reflejo fiel de la única Vida verdadera.
EL NIÑO
Las lecciones aprendidas, los hábitos adquiridos durante los años de la infancia y de la niñez, influyen en la formación del carácter y la dirección de la vida mucho más que todas las instrucciones y que toda la educación de los años subsiguientes.
Los padres deben considerar ésto. Deben comprenden los principios que constituyen la base del cuidado y de la educación de los hijos, Deben ser capaces de criarlos con buena salud física, mental y moral. Deben estudiar las leyes de la naturaleza. Deben familiarizarse con el organismo del cuerpo humano. Necesitan entender las funciones de los varios órganos y su mutua relación y dependencia.
Deben estudiar la relación de las facultades mentales con las físicas y las condiciones requeridas para el funcionamiento sano de cada una de ellas. Deben asumir las responsabilidades de la paternidad y tener una preparación para ello.
Poca, muy poca consideración se da a las causas que determinan la mortalidad, la enfermedad y la degeneración, que existen hoy aun en los países más civilizados y favorecidos. La raza humana decae. Muchos mueren en la infancia, de los que alcanzan la edad adulta, los más adolecen de alguna enfermedad, y pocos llegan al límite de la vida humana.
EL CUIDADO DE LOS NIÑOS
Si los padres y las madres hicieran lo posible para dar a sus hijos buena herencia, y luego, mediante una buena educación, se esforzaran por remediar cualquier mala condición en que hubieran nacido, habría un cambio favorable en el mundo.
Cuanto más tranquila y sencilla la vida del niño, más favorable será su desarrollo físico e intelectual. La madre debería procurar siempre conservarse tranquila, serena y dueña de si misma. Muchos pequeños son en extremo susceptibles a la excitación nerviosa, y los modales suaves y apacibles de la madre ejercerán una influencia calmante de incalculable beneficio para el niño. Es necesario de que cuando duerma o esté despierto, de día o de noche, respire aire puro.