BUENA SALUD-conocimientos que le otorgarán una herramienta práctica y positiva para el resto de su vida-parte 23-
ANTE EL DRAMA DEL ALCOHOLISMO
Sonó el teléfono y al atender mi secretaria dijo que era un viejo amigo el que llamaba. Cuando contesté, logré escuchar una serie de palabras incoherentes, algunas de las cuales pude entender y otras no.
“Soy tu viejo amigo Jaime” balbuceó una voz ansiosa. “Y no estoy bien, pero tenía que llamarte y pedirte que me ayudes. Ayúdame, por favor”. “Un sollozo incontrolable llegó entonces por el teléfono.
Después de un momento de vacilación le pregunté dónde estaba y le dije que iría a verlo enseguida. Mientras conducía mi automóvil hacia un pequeño hotel en el centro de la ciudad, recordé que hacía justamente un año me había encontrado con Jaime por última vez.
Entonces él había pasado por mi consultorio para saludarme en viaje hacia la capital donde le esperaba un trabajo importante. Habíamos ido a cenar juntos ya que hacía años que no nos veíamos.
Jaime pidió en primer lugar un coctel, nada fuera de lo común para un bebedor social. Pero poco después ese coctel fue seguido de varios más. Hablamos de viejos tiempos. Se interesó por mi vida y a su vez me contó sus notables realizaciones.
Era abogado de una gran empresa. Había viajado por todo el mundo y ahora acababa de ser nombrado para integrar una comisión especial por el gobierno. Era un cuadro elocuente de lo que significaba estar muy cerca de la cumbre en el mundo de los negocios.
En los años de estudiantes todos sus compañeros veíamos en él a un futuro hombre de éxito y lo elegimos presidente de la clase. Y no nos equivocamos. Jaime se casó con su novia del colegio. Asistió a la universidad y se graduó con honores en la carrera de abogacía.
Llegue al lugar, estacioné mi automóvil y pronto estuve con Jaime en su habitación sombría y miserable. Me costaba creer lo que veía… ¡Y pensar que toda esa miseria se debía a que Jaime había sido un bebedor social! El había comenzado bien en el ejercicio de su profesión, y luego de trabajar arduamente había llegado hasta la cumbre en el mundo de los negocios.
Pero ahora todo se había perdido. Una imprevisible sucesión de acontecimientos lo habían transformado de un bebedor moderado a ser un alcohólico crónico, que además de beber con los amigos bebía aún estando solo.
Después de haber alcanzado la cumbre del éxito, Jaime perdió su trabajo. Su esposa todavía trataba de apoyarlo, pero le había hecho prometer que buscaría ayuda médica para afrontar su problema.
¿POR QUE BEBE LA GENTE?
Continúa en parte 24