Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘misterios’

DOS=UNO-El CONCEPTO DE UNIDAD-parte 38-

LA ACUPUNTURA Y LA ARMONÍA-parte 1-

Ernesto Steed en uno de sus viajes dice: Las tiendas que hay en las callejas de las ciudades japonesas, son algo fascinantes.  Tienen variedad, color, y generalmente son muy limpias. En una de estas tiendas dedicadas a la acupuntura había allí de todo: muñecas, agujas, libros, palos moxi, gráficos  y diagramas del oído, círculos yin y yang, con líneas que los unían, todo lo cuál hacia del lugar algo parecido al desván de un prestidigitador.

Pero, para los chinos, coreanos o japoneses, ésto no es una escena para hacer conjuraciones o actos para entretener, sino algo de carácter bien serio, y aún sombrío.  Creen que aquí hay una  de las posibilidades de entender uno de los misterios escondidos de la vida para alcanzar la armonía o unidad.

Una actitud así se fue formando en el curso de los siglos, y retrocede a la sociedad china de aproximadamente los anos 500 A.C., en aquellos días la acupuntura se llamaba <pien> o curación por medio de punzadas con una piedra, lo que se conoce hoy en China como Tsin Tsee. (La Anestesia por acupuntura)

La piedra preferida era jade, piedra famosa en la China por sus cualidades yang, que se decía producía grandes beneficios.  También se usaban agujas de bambú y hueso, y  más adelante cobre, hierro, plata y oro.  Pero, ¿qué tienen que ver la acupuntura, sus agujas, sus diagramas y sus ocultas correspondencias con la armonía o unidad?

En primer lugar hemos de notar que <los chinos no aceptaban una gran variedad de enfermedades.  Veían solo la <enfermedad> en sí, traída por una causa, el desequilibrio entre el yin y el yang en las fuerzas vitales que podía afectar a diferentes partes del cuerpo. 

La salud, el carácter y el éxito en todas las empresas privadas o públicas estaban determinados por la preponderancia en aquel momento del yin o del yang.  Sus proporciones en el cuerpo tenían que estar controladas, y éste es el gran objetivo de la antigua medicina china.>  (Historia de la Medicina y Cirugía-Enciclopedia Británica-)

Yin y yang eran equivalentes al macrocosmos y el microcosmos.  Como en Egipto, el valle de Indo, y entre los aztecas, la idea caldea del zodíaco jugaba un papel principal para comprender el significado de la vida.  La Astrología estaba a la base de casi todas las teorías, porque los orígenes eran importantes, como es natural, y el yin y el yang  (representando estas dos polaridades: el bien y el mal y todos los otros opuestos en conjunción)  eran siempre para ellos el punto de partida.

En consecuencia, la acupuntura describe o traza meridianos o canales en el cuerpo, que representan los meses y las doce áreas del cielo.  Hay también 365 puntos, uno para cada día del año-localizaciones en el cuerpo para la interrupción de este flujo, llamado <chi> o fuerza energética, establecida por medio de la unión del yin y el yang.  <La base teórica es que la aguja afectará la distribución del yin y el yang en los llamados espacios ardientes, y en los hipotéticos canales del cuerpo.>  (Hist. Med. Y Cir.-Enciclopedia Británica-)

Continúa en parte 39

 

 

Read Full Post »

ESPERANZA PARA EL PLANETA TIERRA – EL FUTURO BRILLANTE DE UNA RAZA CAIDA –parte 33-

LOS DOS MISTERIOS -parte 7-

EL MISTERIO DE LA PIEDAD-parte 5-

EL ESCANDALO DE LA CRUZ-continuación-

Jesús reprendió a Pedro: “¡Quítate de delante de mi Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo 16:23). Después de este evento, los discípulos quedaron apesadumbrados. Al ver que el Maestro los dirigía hacia Jerusalén, sus corazones se llenaron de negros presentimientos.  Jesús sabía que los discípulos estaban confundidos, que no comprendían como es que el Mesías debía sufrir y morir.

Para infundirles ánimo, Jesús les dijo: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles…De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino” (Mateo 16:27-28). Jesús les estaba diciendo: “Después del sufrimiento y la humillación, vendrá la exaltación y la gloria”.

Seis días más tarde, Jesús llevó a Pedro, Santiago y Juan a la cumbre de un monte y fue transfigurado en presencia de ellos. Le brillaba el rostro como sol y sus vestidos eran blancos como la luz (Mateo 17:2). Los discípulos vieron a Cristo como aparecerá cuando venga en su reino de gloria. Después de ésto, los discípulos aún no comprendían plenamente la relación entre la humillación de Cristo y su exaltación, pero esta experiencia les dio ánimo para creer que más allá de la humillación de la cruz estaba el reino de gloria.

EL MENSAJE PARA NOSOTROS

Muchos cristianos son como los discípulos.  Esperan con ansias el momento en que Cristo volverá para llevárselos al reino de gloria.  Anhelan reinar con Cristo y disfrutar de las bendiciones de su reino glorioso. Pero en el presente sus corazones están llenos de orgullo y exaltación.  No están dispuestos a cargar su cruz. En vez de servir, quieren ser servidos y desean una corona de gloria sin antes llevar la corona de espinas.  Pero una cosa es cierta, el único camino a la gloria es el de la humillación y el servicio.

El apóstol Pedro afirma: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 Pedro 4:12-13). También dice: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (Pedro 5:5-6).

Dios jamás nos exaltará si antes no permitimos que quebrante nuestro orgullo y deseo de exaltación.  La humanidad no es señal de debilidad sino de verdadera grandeza.

Si queremos reinar con Cristo es nuestro deber invitarlo a entrar en nuestro corazón ahora. Tenemos que ser mansos y humildes como el Maestro de Galilea (Mateo 11:28-29).  Si queremos ir con Dios a la gloria, debemos ahora negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirle (Mateo 16:24).  El espíritu de Cristo debe inundar nuestros corazones ahora, pues Dios no llevará al cielo a aquellos que tengan el espíritu de Lucifer.

Recordemos que en los asuntos de Dios el más pequeño es el más grande, el último es el primero, el que se humilla será exaltado y el que se considera nada es algo. 

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Filipenses 2:5).

 

 

Read Full Post »

ESPERANZA PARA EL PLANETA TIERRA – EL FUTURO BRILLANTE DE UNA RAZA CAIDA –parte 31-

LOS DOS MISTERIOS -parte 5-

EL MISTERIO DE LA PIEDAD-parte 3-

¿Cómo hemos de relacionar las dos partes del Salmo 22?

Este salmo se comprende a la luz de la experiencia de Cristo. Mateo 23:12 y Filipenses 2:6-11 recalcan el principio de que la humillación y el sufrimiento de Cristo (versículos 1-21) condujeron a su exaltación (versículos 22-31).

¡Qué diferencia tan grande hay entre estos dos misterios! Ciertamente Jesús tuvo razón cuando dijo: “El que se enaltece será humillado y el que humille será enaltecido” (Mateo 23:12).

Muchos, inclusive cristianos, tienen un falso concepto de lo que es la verdadera grandeza.  La verdadera grandeza no se mide por cuan elevada posición podamos alcanzar, cuánto dinero podamos acumular, cuanto poder y fama podamos obtener y cuan inaccesibles lleguemos a ser.  Dios ha revelado por medio de Cristo que la verdadera grandeza se manifiesta en un espíritu de servicio. Cuanto más tengamos, más debemos dar para el bien de los demás; porque mientras más damos, más recibimos.

Jesús podría haberse quedado en el cielo, pues allá tenía la más alta posición, todos los recursos y todo el poder y la gloria.  Por ser tan poderoso podría haberse hecho inaccesible a la humanidad, pero escogió venir a este planeta rebelde para dar su vida por los que tanto lo necesitaban.  Manifestó un espíritu de servicio abnegado. La ley del servicio es la ley de la vida, y la ley del egoísmo es la ley de la muerte.  El que vive para sí, muere para sí.

La naturaleza, aún en su estado pecaminoso revela esta ley del servicio.  Tomemos como ejemplo a los árboles. Estos cumplen varias funciones muy importantes pero no para sí mismos sino para nuestro bien.  Los árboles purifican el aire, dan sombra, producen fruto y madera, todo para beneficio del hombre.

Consideremos el ciclo del agua.  En el invierno caen inmensas cantidades de lluvia o nieve en las montañas.  Estas aguas forman arroyos y los arroyos forman ríos.  Los ríos luego desembocan en los mares y los mares les devuelven de nuevo el agua a las nubes, para luego comenzar el ciclo otra vez.  Cada etapa de este proceso ilustra la ley de servicio. Las nubes dan, los arroyos dan, los ríos dan, los mares dan.  Si en algún momento se interrumpiera este ciclo, todo moriría, inclusive nosotros.

En Israel hay dos mares.  Los dos reciben agua del mismo río, pero cuan diferentes son.  El mar de Galilea burbujea de vida. Las colinas que lo rodean son verdes, con muchos árboles  frutales.  Sus aguas están llenas de peces y los cielos a su alrededor se alegran con los melodiosos trinos de las aves.  Allí pescaron los discípulos de nuestro Señor.  Allí camino Cristo sobre las aguas. Pero al sur del mar de Galilea se halla otro mar.  Se conoce como el mar Muerto, y en verdad le cabe bien el nombre. A su alrededor no hay vegetación. Los cielos guardan silencio y las aguas están totalmente destituidas de vida. ¿Por qué son tan diferentes estos mares? ¿Por qué uno es el mar de la vida y el otro el mar de la muerte? Veamos la razón:

El rio Jordán entra al mar de Galilea por el norte y desemboca en el sur.  Es decir, el mar de Galilea recibe agua por el norte y la da por el sur. Constantemente recibe para dar; y al dar tiene capacidad para recibir más. El mar Muerto también recibe agua del rio Jordán por el norte, pero no la da.  El mar Muerto acapara el agua que recibe y el resultado es la muerte.

Cuanta verdad hay en las palabras de Jesús: “Dad y se os dará…Más bienaventurado es dar que recibir” (Lucas 6:38, Hechos 20:35).  A la vista de Dios, el más grande es el que más sirve a los demás. La verdadera grandeza no consiste en cuan alto podemos ascender sino en cuanto nos rebajamos para servir a nuestros semejantes.

EL ESCANDALO DE LA CRUZ

Continúa en parte 32

Read Full Post »

MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 136-

 

 

LAS DUDAS. La Palabra de Dios, como el carácter de su divino Autor, presentan misterios que nunca podrán ser plenamente comprendidos por seres finitos. El pecado, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección…. –parte 1-

MISTERIOS QUE NO PODEMOS SONDEAR: La Palabra de Dios, como el carácter de su divino Autor, presentan misterios que nunca podrán ser plenamente comprendidos por seres finitos.  La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección y otro muchos asuntos que se presentan en la Biblia, son misterios demasiados profundos para que la mente humana los explique, o aún para que los capte plenamente siquiera. 

Pero no tenemos razón para dudar de la Palabra de Dios porque no podamos entender los misterios de su providencia.

En el mundo natural estamos siempre rodeados de misterios que no podemos sondear.  Aún las formas más humildes de la vida presentan un problema que el más sabio de los filósofos es incapaz de explicar.  Por todas partes se presentan maravillas que superan nuestro conocimiento.

¿Debemos sorprendernos de que en el mundo espiritual haya también misterios que no podamos sondear?  La dificultad está únicamente en la debilidad y estrechez de la mente humana.  Dios nos ha dado en las Santas Escrituras pruebas suficientes del carácter divino de ellas, y no debemos dudar de su Palabra porque no podamos entender los misterios de su providencia.

LA POSIBILIDAD DE DUDAR NO SE HA ELIMINADO: Si bien es cierto que Dios ha dado pruebas evidentes para la fe, El no quitará jamás todas las excusas que pueda haber para la incredulidad.  Todos los que buscan motivos de dudas los encontrarán.  Y todos los que rehúsan aceptar la Palabra de Dios y obedecerla antes que toda objeción haya sido apartada y que no se encuentre más motivo de duda, no llegaran jamás a la luz.

La desconfianza hacia Dios es producto natural del corazón irregenerado, que está en enemistad con El. Pero la fe es inspirada por Espíritu Santo y no florecerá más que a medida que se la fomente. Nadie puede robustecer su fe sin un esfuerzo determinado. 

La incredulidad también se robustece a medida que se la estimula; y si los hombres en lugar de meditar en las evidencias que Dios les ha dado para sostener su fe, se permiten ponerlo todo en tela de juicio y entregarse a cavilaciones, verán confirmarse más y más sus dudas.

EL PESO DE LA EVIDENCIA: Los que desean dudar, tendrán abundante ocasión para ello. Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos.  El da evidencias, que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu susceptible de ser enseñado; y todos deben decidir por el peso de la evidencia. 

Dios da suficiente evidencia para que el espíritu sincero pueda creer; pero el que se aparte del peso de la evidencia porque hay unas pocas cosas que su entendimiento finito no puede aclarar, será dejado en la atmosfera fría y helada de la incredulidad y de la duda, y perderá su fe.

NO CONFÍE EN LOS SENTIMIENTOS: (consejo a alguien que duda)  El gran plan misericordioso consiste desde el principio del tiempo en que cada alma afligida confíe en el amor de Dios. 

Su seguridad en este momento, cuando su mente está torturada por la duda, se basa en el hecho de que no debe confiar en sus sentimientos sino en Dios.  Todo lo que el Señor le pide es que ponga su confianza en El, reconociéndolo como su fiel Salvador, que lo ama y le ha perdonado todos sus errores y equivocaciones.  (Elena White)

Continúa en parte 137

Read Full Post »