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Posts Tagged ‘la rebelión en el cielo’

MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 97-

FUNCION VITAL DE LAS LEYES DE DIOS. Cuando Adán pecó, el hombre quedó separado del centro ordenado por el cielo.  El demonio vino a ser el poder central del mundo. Donde debía estar el trono de Dios, Satanás colocó el suyo.–parte 3-

LA LEY DE DIOS EN EL MUNDO FÍSICO

LEYES QUE SURGEN DEL AMOR: Las leyes de Dios se fundan en una inmutable rectitud, y han sido conformadas para promover la felicidad de los que la obedecen. Los principios que cada instrumento humano debe obedecer fluyen del corazón de amor infinito.

LA LEY DEL SERVICIO: Los seguidores de Cristo han sido redimidos para servir.  Nuestro Señor enseña que el verdadero objeto de la vida es el ministerio.  Cristo mismo fue obrero, y a todos sus seguidores les presenta la ley del servicio, el servicio a Dios y a sus semejantes. 

Aquí Cristo presenta al mundo un concepto más elevado acerca de la vida de lo que jamás ellos habían conocido.  Mediante una vida de servicio a favor de otros, el hombre se pone en íntima relación con Cristo.  La Ley del Servicio viene a ser el eslabón que nos une a Dios y a nuestros semejantes.

LA LEY ESTABLECE QUE NADIE VIVE PARA SI MISMO: Bajo la dirección de Dios, Adán debía quedar a la cabeza de la familia terrenal y mantener los principios de la familia celestial.  Ello habría ocasionado paz y felicidad.  Pero Satanás estaba resuelto a oponerse a la ley de que Nadie “vive para sí” (Rom.14:7). El deseaba vivir para sí. Procuraba hacer de sí mismo un centro de influencia.

Eso incitó la rebelión en el cielo, y la aceptación de este principio de parte del hombre trajo el pecado a la tierra.  Cuando Adán pecó, el hombre quedó separado del centro ordenado por el cielo.  El demonio vino a ser el poder central del mundo. Donde debía estar el trono de Dios, Satanás colocó el suyo.  El mundo trajo su homenaje, como ofrenda voluntaria, a los pies del enemigo.

ENSEÑEMOS A LOS NIÑOS A OBEDECER LAS LEYES DE LA NATURALEZA Y DE LA REVELACIÓN: Nosotros que tenemos sobre nuestro corazón el bien de nuestros hijos, y queremos verlos crecer con gustos y apetitos no pervertidos, debemos abrirnos paso a paso con perseverancia y urgencia contra los sentimientos y las prácticas populares.

Si queremos prepararlos para ser útiles sobre la tierra y obtener la recompensa eterna en el reino de gloria, debemos enseñarles a obedecer las leyes de Dios, manifestadas tanto en la naturaleza como en la revelación, en vez de seguir las costumbres del mundo.

REMEDIOS PARA LA DELINCUENCIA JUVENIL: Si los padres y las madres hubieran seguido las indicaciones dadas por Cristo, no leeríamos ni oiríamos ahora de pecados y crímenes cometidos no sólo por adultos, sino incluso por jóvenes y niños. 

Las malas condiciones de la sociedad existen porque los padres no han prestado atención a esta instrucción, y no adiestraron ni educaron a sus hijos para que respetaran y honraran los santos mandatos de Dios. 

Los hombres han asumido la responsabilidad de erigir una norma en armonía con sus propias ideas, y así se ha deshonrado la Ley de Jehová.  Por eso la iniquidad es tan grande, y se ha difundido tanto.  Por eso nuestros días están asemejándose a los de Noé y Lot. (Elena White)

Continúa en parte 98

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 78-

 

EL ODIO Y LA VENGANZA. Cuando el hombre quebrantó la Ley divina, llegó a estar en armonía con Satanás. -parte 1-

EL PENSAMIENTO ENGENDRA EL HECHO: El espíritu de odio y venganza tuvo origen en Satanás, y lo llevó a dar muerte al Hijo de Dios.  Quienquiera que abrigue malicia u odio, abriga el mismo espíritu; y su fruto será la muerte.  En el pensamiento vengativo yace latente la mala acción, así como la planta yace en la semilla.

“Todo aquél que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él” (1 Juan 3:15)

LA HISTORIA DEL MUNDO: CONFLICTO ENTRE EL ODIO Y EL AMOR: La enemistad de Satanás contra Cristo se ensañó con los discípulos del Salvador. En toda la historia puede verse el mismo odio a los principios de la Ley de Dios, la misma política de engaño, mediante la cual se hace aparecer el error como si fuese la verdad, se hace que las leyes humanas substituyan las leyes de Dios, y se induce a los hombres a adorar a las criaturas antes que al Creador. 

Los esfuerzos de Satanás para desfigurar el carácter de Dios, para dar a los hombres un concepto falso del Creador y hacer que lo consideren con temor y odio más bien que con amor, sus esfuerzos para suprimir la Ley de Dios, y hacer creer al pueblo que no está sujeto a las exigencias de ella, sus engaños, han seguido con rigor implacable. Se pueden ver en la historia de los patriarcas, de los profetas y apóstoles, de los mártires y reformadores.

LA TRANSGRESIÓN PUSO AL HOMBRE EN ARMONÍA CON SATANÁS: Cuando el hombre quebrantó la Ley divina, su naturaleza se hizo mala y llegó a estar en armonía y no en divergencia con Satanás.

EXISTIRA ODIO MIENTRAS EXISTA PECADO: El odio a los principios puros de la verdad, las acusaciones y persecuciones contra sus defensores, existirán mientras existan el pecado y los pecadores.  Los discípulos de Cristo y los siervos de Satanás no pueden congeniar.

EL REPROCHE PRODUCE ODIO: El mismo espíritu que fomentara la rebelión en el cielo, continúa inspirándola en la tierra. La represión del pecado despierta aún el espíritu de odio y resistencia.  

Cuando los mensajeros que Dios envía para amonestar tocan la conciencia, Satanás induce a los hombres a que se justifiquen y a que busquen la simpatía de otros en su camino de pecado.  En lugar de enmendar sus errores, despiertan la indignación contra el que los reprende, como si éste fuera la única causa de la dificultad.

LA ENVIDIA ES CAUSA DE ODIO: ¡Cuánto daño indecible ha producido en nuestro mundo este mal rasgo de carácter!  La envidia es hija del orgullo, y si se la abriga en el corazón, conducirá al odio, y eventualmente a la venganza y al homicidio.

UNA EMOCION PECAMINOSA: La Ley de Dios toma en cuenta los celos, la envidia, el odio, la malignidad,  la venganza, la concupiscencia y la ambición que agitan el alma, pero no han hallado expresión en acciones externas porque ha faltado la oportunidad aunque no la voluntad.  Y se demandará cuenta de esas emociones pecaminosas en el día cuando

“Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Ecles.12:14)

(Elena White)

Continúa en parte 79

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