MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 96
FUNCION VITAL DE LAS LEYES DE DIOS. El Señor no salva a los pecadores por medio de la abrogación de su Ley, fundamento de su gobierno en el cielo y en la tierra.–parte 2-
SOLO EL HOMBRE ES DESOBEDIENTE: El hombre por sí mismo es desobediente a las leyes de Jehová. Cuando el Señor ordena a la naturaleza que de testimonio de las cosas que El ha hecho, ésta instantáneamente testifica de la gloria de Dios.
TODOS DEBEMOS CONFORMARNOS A LA LEY DE DIOS: Cristo vino para dar un ejemplo de perfecta conformidad con la Ley de Dios, tal como se requiere de todos desde Adán, el primer hombre, hasta el último hombre que viva en la tierra. Declaró que su misión no consistía en destruir la Ley sino en cumplirla mediante una perfecta y cabal obediencia.
De esa manera la magnificó y engrandeció. Por medio de su vida manifestó su naturaleza espiritual. A la vista de los seres celestiales, de los mundos que no han caído y de un mundo desobediente, desagradecido e impío. El cumplió los abarcantes principios de la Ley.
Vino a demostrar el hecho de que la humanidad, aliada por fe con la divinidad, puede guardar los Mandamientos de Dios. Vino para poner en claro el carácter inmutable de la Ley de Dios, para declarar que la desobediencia y la transgresión nunca serán premiadas con la vida eterna.
Vino como hombre a la humanidad, para que ésta pudiera tocar la humanidad, mientras la Divinidad se aferraba del trono del Altísimo.
Pero en ningún caso vino para disminuir la obligación del hombre de ser perfectamente obediente. No destruyó la validez de las Escrituras del Antiguo Testamento. Cumplió lo que había sido predicho por Dios mismo.
Vino, NO para liberar a los hombres de los requerimientos de la ley, sino para abrir un camino por medio del cual pudieran obedecer esa Ley y enseñar a otros a hacer lo mismo.
DIOS NO ANULA LA LEY: El Señor no salva a los pecadores por medio de la abrogación de su Ley, fundamento de su gobierno en el cielo y en la tierra. Dios es juez y guardián de la justicia. La transgresión de su Ley en una sola instancia, en el más pequeño detalle, es pecado.
El Altísimo no puede dejar a un lado su Ley ni descartar el más pequeño de los Mandamientos para perdonar el pecado.
La justicia, la excelencia moral y la Ley deben ser sostenidas y vindicadas delante del universo celestial. Y esa santa Ley no podía ser avalada por un precio menor que la muerte del Hijo de Dios.
LA LEYES DE DIOS NO FUERON ANULADAS POR EL: Dios NO anula sus leyes. No obra contrariamente a ellas. No deshace la obra del pecado: la transforma. Por medio de su gracia la maldición se convierte en bendición.
(Elena White)