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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 76-

 

EL MODO CORRECTO DE PENSAR. Se aprende más acerca del verdadero refinamiento del pensamiento y los modales en la escuela del divino Maestro, que por la observancia de reglas establecidas.  Su amor, al llenar el corazón….–parte2-

EL REFINAMIENTO DEL CORAZÓN SE APRENDE EN LA ESCUELA DE CRISTO: Se aprende más acerca del verdadero refinamiento del pensamiento y los modales en la escuela del divino Maestro, que por la observancia de reglas establecidas. 

Su amor, al llenar el corazón, da al carácter esos toques de refinamiento que lo asemejan al suyo. Esta educación imparte una dignidad nacida del cielo y una noción clara de lo que es correcto.  Da una dulzura al carácter y una suavidad a los modales que jamás podrá igualar lo superficial de la sociedad elegante.

SE NECESITA DISCIPLINA MENTAL: La capacidad de fijar los pensamientos en la obra emprendida es una gran bendición. Los jóvenes temerosos de Dios deberían esforzarse por desempeñar sus deberes con reflexiva consideración, manteniendo los pensamientos en su debido curso y poniendo de su parte lo mejor de que son capaces. 

Deberían reconocer sus deberes actuales y cumplirlos sin permitir que la mente se desvíe.  Esta clase de disciplina mental será útil y beneficiosa durante toda la vida.  Aquellos que aprenden a concentrar sus pensamientos en todo lo que emprenden, por pequeña que parezca la obra, serán útiles en el mundo.

PORQUE LA MENTE DESCIENDE A UN NIVEL TAN BAJO: Si la mente humana desciende a un nivel bajo, generalmente se debe a que se la deja espaciarse en hechos comunes, y no se la estimula a fin de que se ejercite para captar verdades nobles y elevadas, tan duraderas como la eternidad. 

PENSAR EN COSAS SIN IMPORTANCIA: Si la mente piensa en cosas sin importancia, el intelecto se atrofiará y debilitará.  Pueden surgir intermitentemente algunos pensamientos brillantes; pero la mente no estará adiestrada para la reflexión sostenida y sobria.  Hay temas que requieren seria consideración.  Al meditar en estos temas de interés eterno, la mente se fortalece y el carácter se desarrolla.

LOS PENSAMIENTOS DEJAN SU HUELLA INDELEBLE EN EL ALMA: Los pecados comunes, por insignificantes que se los considere, malograrán su concepto de lo moral, y borrarán la impresión del Espíritu de Dios.  El carácter de los pensamientos deja su impronta en el alma, y toda conversación de bajo nivel contamina la mente.  Toda mala obra arruina al que la lleva a cabo. 

Dios perdona al pecador arrepentido, pero aunque esté perdonado, su alma estará malograda; la posibilidad que tiene la mente intacta de tener pensamientos elevados, está destruida en este caso. El alma llevará para siempre las cicatrices.  Por lo tanto, busquemos esa fe que obra por el amor, y purifica el corazón, para que podamos representar el carácter de Cristo ante el mundo. 

(Elena White)

Continúa en parte 77

 

 

 

 

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 44-

 

PROBLEMAS DE LOS JOVENES. La Biblia da al investigador sincero una disciplina mental avanzada, y sale de la contemplación de las cosas divinas con sus facultades enriquecidas; el yo es humillado, mientras Dios y su verdad revelada son exaltados. -parte 3-

LOS PENSAMIENTOS LLEGAN A SER HÁBITOS: Debemos sentir siempre el poder de los pensamientos puros.  La única seguridad para el alma consiste en pensar bien, pues acerca del hombre se nos dice:

“Cual es su pensamiento en su alma, tal es él” (Prov.23:7)

El poder del dominio propio se acrecienta con el ejercicio.  Lo que al principio parece difícil, se vuelve fácil con la práctica, hasta que los buenos pensamientos y acciones llegan a ser habituales.  Si queremos, podemos apartarnos de todo lo vulgar y degradante y elevarnos hasta un alto nivel, donde gozaremos del respeto de los hombres y del amor de Dios.

EJEMPLOS TRISTES DE LA HISTORIA: El carácter de Napoleón Bonaparte recibió una gran influencia por su educación infantil.  Algunos instructores desacertados inspiraron en el  amor a la conquista formando ejércitos simulados de los cuales él era el comandante. 

Así se estableció el fundamento de su carrera de lucha y efusión de sangre. Si el mismo cuidado y esfuerzo se hubiera empleado para hacer de él un buen hombre, infundiendo en su corazón el espíritu del Evangelio, cuán diferente habría sido su historia.

LA INFLUENCIA DE LA LECTURA: Muchos leen cualquier cosa que pueden obtener.  Los libros deben ayudar a los jóvenes a incluir en el edificio de su carácter el mejor material: el amor y el temor de Dios, el conocimiento de Cristo.

Esto ayuda a almacenar valiosos conocimientos en la mente, a que lo bueno ocupe el alma, controle las facultades, no dejando lugar para pensamientos bajos y degradantes. No se deben leer cosas que no proporcionen buen alimento a la mente. Los que están al servicio de Dios no deben gastar tiempo ni dinero en lecturas sin provecho.

LA MENTE IGUALA A LAS COSAS QUE CONTEMPLA: El entendimiento se iguala a las cosas con las cuales se familiariza. Si todos hicieran de la Biblia su estudio, veríamos a las personas más desarrolladas, capaces de pensar con mayor profundidad, y que mostrarían un mayor grado de inteligencia que la que les podría proporcionar meramente el estudio más esforzado de las ciencias y las historias del mundo.

La Biblia da al investigador sincero una disciplina mental avanzada, y sale de la contemplación de las cosas divinas con sus facultades enriquecidas; el yo es humillado, mientras Dios y su verdad revelada son exaltados.

EL VALOR DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA PERSONAL: Dios debería ser el objeto más elevado de nuestros pensamientos.  Meditar en El y conversar con El eleva el alma y aviva los afectos.  El descuido de la meditación y la oración resultará seguramente en la declinación de los intereses religiosos.  Entonces se verán el descuido y la pereza.  La religión no es meramente una emoción, un sentimiento. 

Es un principio que está entretejido con todos los deberes y actividades de la vida diaria.  No se considerará nada ni se emprenderá cosa alguna que impida que este principio nos acompañe.  Tenemos que hacer algo por nosotros mismos. Nadie sino nosotros mismos puede obrar su salvación con temor y temblor.  Este es el trabajo que el Señor nos ha dejado para hacer.

LOS JOVENES NECESITAN LA DISCIPLINA DEL TRABAJO: Esto es indispensable, no sólo como protección contra las vicisitudes de la vida, sino también a causa de la influencia que ejercerá el desarrollo físico mental y moral. Aunque hubiese seguridad de que uno no habría de depender del trabajo manual para mantenerse, debiera sin embargo aprender a trabajar. 

Sin ejercicio físico nadie puede tener una constitución sana ni una salud vigorosa, y la disciplina del trabajo bien regulado no es menos esencial para desarrollar una inteligencia fuerte y activa y un carácter noble. (Elena White)

Continúa en parte 45

 

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