MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-169-
PSICOLOGIA PRÁCTICA-parte 6-
COMO TRATAR CON LAS EMOCIONES. Y el conflicto más duro y más severo se produce cuando llega la hora de la gran resolución del ser humano de someter su voluntad y sus caminos a la voluntad y los caminos de Dios. parte 2-
HUMANIDAD Y DIVINIDAD EN MOMENTOS DE CONFLICTO: El Señor siempre asigna una tarea a cada ser humano. Esta es la cooperación divino-humana. Aquí conocemos al hombre que obedece la luz que se le ha dado.
Si Saúl hubiera dicho: “Señor, no me siento inclinado en lo más mínimo a seguir tus indicaciones para obrar mi propia salvación”, todo habría sido inútil, aunque Dios le hubiera dado diez veces más luz.
La obra del hombre es colaborar con Dios. Y el conflicto más duro y más severo se produce cuando llega la hora de la gran resolución del ser humano de someter su voluntad y sus caminos a la voluntad y los caminos de Dios, y confiar en las influencias de la gracia que lo han acompañado durante toda su vida.
El hombre debe llevar a cabo esta obra de sometimiento,
“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filip.2:13)
El carácter determinará la naturaleza de la resolución y la acción. La acción no estará de acuerdo con los sentimientos y la inclinación, sino con el conocimiento de la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos. Sigan y obedezcan la dirección del Espíritu Santo.
HABLEN ACERCA DEL PODER DE DIOS: Cuando se nos pregunte como nos sentimos, no nos pongamos a pensar en cosas tristes que podamos decir para captar simpatía. No mencionemos nuestra falta de fe ni nuestros pesares y padecimientos.
El tentador se deleita al oír tales cosas. Cuando hablemos de temas lóbregos, glorificamos al maligno. No debemos espaciarnos en el poder que tiene Satanás para vencernos. Muchas veces nos entregamos en sus manos con sólo referirnos a su poder.
Más bien conversemos del gran poder de Dios para unir todos nuestros intereses con los suyos. Contemos lo relativo al incomparable poder de Cristo, y hablemos de su gloria. El cielo entero se interesa por nuestra salvación.
Los ángeles de Dios, que son millares de millares y millones de millones, tienen la misión de atender a los que han de ser herederos de la salvación. Nos guardan del mal y repelen las fuerzas de las tinieblas que procuran destruirnos.
¿No tenemos motivos de continuo agradecimiento, aún cuando haya aparentes dificultades en nuestro camino?
NO HABLEMOS DE LOS SENTIMIENTOS NEGATIVOS: Si no nos sentimos de buen ánimo y alegres, no hablemos de ello. No arrojemos sombra sobre la vida de los demás. Una religión fría y desolada no atrae nunca almas a Cristo.
Las aparta de El para empujarlas a las redes que Satanás tendió ante los pies de los descarriados. En vez de pensar en nuestros desalientos, pensemos en el poder a que podemos aspirar en el nombre de Cristo. Aférrese nuestra imaginación a las cosas invisibles.
Dirijamos nuestros pensamientos hacia las manifestaciones evidentes del gran amor de Dios por nosotros. La fe puede sobrellevar la prueba, resistir la tentación y mantenernos firmes ante los desengaños. Jesús vive y es nuestro abogado. Todo lo que su mediación nos asegura es nuestro.
SONRISAS Y PALABRAS ANIMADORAS: Si observamos el lado luminoso de las cosas, encontraremos energía suficiente para estar alegres y felices. Si sonreímos, recibiremos sonrisas en cambio; si pronunciamos palabras agradables y animadoras, nos serán retribuidas.
Cuando los cristianos parecen sombríos y deprimidos, como si creyeran que no tienen ni un sólo amigo, dan la impresión falsa acerca de la religión. En algunos casos se ha albergado que la alegría es incompatible con la dignidad del carácter cristiano; pero esto no es verdad. El cielo es pura alegría.
Elena White
Continúa en parte 170
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