MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 63-
EQUILIBRIO EN LA EDUCACIÓN. El verdadero propósito de la educación es restaurar la imagen de Dios en el alma. El pecado, casi hizo desaparecer la imagen de Dios en el hombre. -parte 1-
LA EDUCACIÓN TIENE IMPLICACIONES ETERNAS: La educación es una obra cuyos efectos se verán durante los siglos sin fin de la eternidad.
RESTAURAR LA ARMONÍA EN EL SER: El verdadero propósito de la educación es restaurar la imagen de Dios en el alma. En el principio, Dios creo al hombre a su propia semejanza. Le dotó de cualidades nobles. Su mente era equilibrada, y todas las facultades de su ser eran armoniosas. Pero la caída y sus resultados pervirtieron estos dones.
El pecado echó a perder y casi hizo desaparecer la imagen de Dios en el hombre. Restaurar ésta fue el objetivo con que se concibió el plan de la salvación y se le concedió un tiempo de gracia al hombre. Hacerle volver a la perfección original en la que fue creado, es el objetivo de la vida, el objetivo que en que estriba todo lo demás.
Es la obra de los padres, en la educación de los jóvenes, cooperar con el propósito divino; y al hacerlo son “coadjutores….de Dios” (1 Cor.3:9).
DESARROLLAR TODAS LAS CAPACIDADES: Todas las distintas capacidades que el hombre posee –de la mente, del alma y del cuerpo- le fueron dadas por Dios para que las dedique a alcanzar el más alto grado de excelencia posible. Pero esta cultura no puede ser egoísta ni exclusiva; porque el carácter de Dios, cuya semejanza hemos de recibir, es benevolencia y amor.
Toda facultad y todo atributo con que el Creador nos haya dotado deben emplearse para su gloria y para el ennoblecimiento de nuestros semejantes. Y en este empleo se halla la ocupación más pura, más noble y más feliz.
LA VERDADERA EDUCACIÓN ES ABARCANTE: La verdadera educación significa más que seguir cierto curso de estudios. Es amplia. Incluye el desarrollo armonioso de todas las facultades físicas y mentales. Enseña a amar y temer a Dios, y es una preparación para el fiel cumplimiento de los deberes de la vida.
EL DESARROLLO SIMETRICO DE LOS VALORES: Y todos los que quieran ser obreros juntamente con Dios, deben esforzarse por alcanzar la perfección de cada órgano del cuerpo y cada cualidad de la mente.
La verdadera educación es la preparación de las facultades físicas, mentales y morales para la ejecución de todo deber; es el adiestramiento del cuerpo, la mente y el alma para el servicio divino. Esta es la educación que perdurará en la vida eterna.
TODAS LAS FACULTADES HAN DE ALCANZAR SU MAXIMO POTENCIAL: Debería enseñarse a los jóvenes la importancia de cultivar las facultades físicas, mentales y morales para que puedan alcanzar no sólo los más elevados logros en las ciencias, sino que, por medio del conocimiento de Dios, puedan ser educados para glorificarlo; que puedan desarrollar caracteres simétricos, y así estar preparados para ser útiles en este mundo y obtener la idoneidad moral para la vida inmortal.
LOS JOVENES HAN DE SER PENSADORES: Cada ser humano, creado a la imagen de Dios, está dotado de una facultad semejante a la del Creador; la individualidad, la facultad de pensar y hacer. Los hombres en quienes se desarrolla esta facultad son los que llevan responsabilidades, los que dirigen empresas, los que influyen sobre el carácter.
La obra de la verdadera educación consiste en desarrollar esta facultad, en educar a los jóvenes para que sean pensadores de otros hombres. En vez de restringir su estudio a lo que los hombres han dicho o escrito, los estudiantes deben ser dirigidos a las fuentes de la verdad, a los vastos campos abiertos a la investigación de la naturaleza y en la revelación.
Contemplen las grandes realidades del deber y del destino, y la mente se expandirá y robustecerá. En vez de jóvenes educados, pero débiles, serán hombres fuertes para pensar y obrar, hombres que sean amos y no esclavos de las circunstancias, hombres que posean amplitud de mente, claridad de pensamiento y valor para defender sus convicciones. (Elena White)
Continúa en parte 64
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