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DOCTRINA DE LA SALVACION

LA PERFECCION COMPLETA EN CRISTO.   ¿Cómo podemos llegar a ser perfectos?  El Espíritu  Santo nos trae la perfección de Cristo. Por fe, el carácter perfecto de Cristo llega a ser nuestro. Nadie podrá jamás pretender que posee esa perfección en forma independiente, como si fuese su  posesión innata, o como si tuviese derecho  a ella. La perfección es un don de Dios. El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).

AVANCEMOS HACIA LA PERFECCION.Esto pido en oración –dice Pablo-, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo para gloria y alabanza de Dios” (Fil.1:9-11). Necesitamos crecer más allá de la experiencia provista por nuestra niñez espiritual (Efe. 4:14), y de las verdades básicas de la experiencia cristiana, avanzando hasta poder participar del alimento sólido, preparado para los creyentes maduros (Heb.5:14).

La vida santificada nos se halla exenta de severas dificultades y obstáculos. Pablo amonesta a los creyentes diciendo:Amados míos…..ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Fil.2:12).

LA JUSTIFICACIÓN DIARIARefiriéndose a los pecados de los creyentes, Dios nos asegura que Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).

LA EXPERIENCIA DE LA SALVACION Y EL FUTURO. Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Rom.5:2). Es en ocasión de la segunda venida cuando Cristo aparece para salvar a los que le esperan” (Heb.9:28).

GLORIFICACION Y SANTIFICACIÓN. Nuestra redención y adopción final como hijos de Dios, sucede en el futuro.  Pablo dice: Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”,  y añade  que”nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” (Rom.8:19, 23 compárese con Efe. 4:30).  Nuestra salvación presente se relaciona con la primera venida de Cristo, y nuestra salvación futura, la glorificación de nuestros cuerpos se relaciona con el segundo advenimiento de Cristo.

La santificación es un proceso que dura toda la vida. La perfección actual es nuestra sólo en Cristo, pero la transformación ulterior y abarcante de nuestras vidas conforme a la imagen de Dios, sucederá en ocasión de la segunda venidaAsí que el que piensa que está firme, mire que no caiga” (1Cor.10:12)

LA BASE DE NUESTRA ACEPTACION ANTE DIOS.  Tal como el sol tiene luz y calor, ambos inseparables y sin embargo con funciones únicas, así también Cristo debe convertirse para nosotros en justificación tanto como santificación (1 Cor.1:30). No sólo nos hallamos plenamente justificados sino también completamente santificados en El.  El Espíritu Santo trae a nuestro interior el CONSUMADO ES de la cruz que invalida cualquier intento humano de lograr aceptación. De esta manera, el Espíritu nos concede la única base de nuestra esperanza de aceptación ante Dios, proveyendo así el único título genuino e idoneidad para la salvación disponible para nosotros.

 

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DOCTRINA DE LA SALVACION

SOLO POR MEDIO DE CRISTO.    Lo que transforma a los seres humanos a la imagen de su Creador es el acto de revestirse, o participar del Señor Jesucristo (Rom. 13:14;  Heb.3:14), la “renovación del Espíritu Santo” (Tito3:5). el perfeccionamiento del amor de Dios en nosotros (1 Juan 4:12). Esta apropiación de la naturaleza divina renueva el ser interior, haciendo que nos parezcamos a Cristo, si bien a un nivel diferente.  Cristo se hizo humano; los creyentes, no pasan a ser divinos. En vez de ello, desarrollan un carácter semejante al de Dios.

UN PROCESO DINAMICOLa santificación es progresiva. Por medio de la oración y el estudio de la Palabra, crecemos constantemente en comunión con Dios. No basta con la comprensión intelectual del plan de salvación Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.  El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mi permanece, y yo en él” (Juan 6: 53-56). El carácter se compone de lo que la mente “come y bebe”. Cuando digerimos el Pan de Vida, somos transformados a semejanza de Cristo.

LA VERDADERA TRANSFORMACIÓNDios espera reproducir su imagen en los seres caídos, transformando sus voluntades, mentes, deseos, y caracteres. Sus frutos, “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gal.5: 22,23), ahora constituyen su estilo de vida, aunque continúan siendo mortales corruptibles hasta la venida de Cristo.   Si no nos resistimos al Salvador, El   “se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su voluntad que cuando le obedezcamos estaremos tan sólo ejecutando nuestros propios impulsos. La voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en servirle”.

LOS DOS DESTINOS.  La vida implica constantes cambios. No hay terreno neutral. Estamos siendo, ya sea ennoblecidos o degradados. Somos “esclavos del pecado” o “siervos de justicia” (Rom.6: 17, 18). El que ocupa nuestras mentes nos ocupa a nosotros.  Si por medio del Espíritu Santo, Cristo ocupa nuestras mentes, llegaremos a ser individuos semejantes a Cristo; el Espíritu lleva  “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor.10:5) Pero si estamos sin Cristo, eso nos separa de la fuente de vida, y hace que nuestra destrucción final sea inevitable.

LA PERFECCION DE CRISTO. ¿En que consiste la perfección bíblica?   ¿Cómo puede recibírsela?

LA PERFECCIÓN BÍBLICA. Las palabras, “perfecto” y “perfección” son traducciones del hebreo tam o tamin que significa “completo”,  “recto”, “pacifico”, “íntegro”, “saludable”, o “intachable”.  En general, el término griego teleios significa “completo”, “perfecto”, “completamente desarrollado”, “maduro”, “plenamente desarrollado” o “que ha logrado su propósito”. Los creyentes deben ser perfectos en su esfera limitada, así como Dios es perfecto en su esfera infinita y absoluta (véase Mat.5:48). A la vista de Dios, un individuo perfecto es aquél cuyo corazón y vida se han rendido completamente a la adoración y el servicio de Dios, creciendo constantemente en el conocimiento de lo divino, y que por la gracia de Dios, vive en armonía con toda la luz que ha recibido. (véase Col.4:12;  Sant.3:2).

    

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