MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 113-
LA FE. En todos nuestros negocios y nuestras ocupaciones diarias, la fuerza sustentadora de Dios llega a ser real para nosotros por medio de una confianza constante. -parte 1-
UNA DEFINICION DE FE: Debe enseñarse la fe, la fe salvadora. La definición de esta fe en Jesucristo se puede hacer con pocas palabras; es el acto del alma por medio del cual todo el hombre se entrega a la guarda y el control de Jesucristo. Por la fe él mora en Cristo y Cristo mora supremamente en su alma. El creyente encomienda su alma y su cuerpo a Dios, y con seguridad puede decir:
Cristo es capaz de guardar lo que le he encomendado hasta aquel día. Todos los que hagan ésto serán salvos para vida eterna. Habrá seguridad de que el alma ha sido lavada en la sangre de Cristo, revestida con su justicia, y es preciosa a la vista de Jesús. Nuestros pensamientos y nuestras esperanzas están concentrados en la Segunda Venida de nuestro Señor. Ese es el día cuando el Juez de toda la tierra recompensará la confianza de su pueblo.
OTRAS DEFINICIONES: Por la fe, recibimos la gracia de Dios; pero la fe no es nuestro Salvador. No nos hace ganar nada. Es la mano por la cual nos asimos de Cristo y nos apropiamos de sus méritos, el remedio por el pecado. La fe significa confiar en Dios, creer que nos ama y sabe mejor que es lo que nos conviene. Por eso nos induce a escoger su camino en lugar del nuestro.
En vez de nuestra ignorancia, aceptemos su sabiduría; en vez de nuestra debilidad, su fuerza; en vez de nuestra pecaminosidad, su justicia. Nuestra vida, nosotros mismos, ya somos suyos; la fe reconoce su derecho de propiedad, y acepta su bendición. La verdad, la justicia y la pureza han sido señaladas como los secretos del éxito en la vida. Es la fe la que nos pone en posesión de estos principios.
SENCILLA EN SU OPERACIÓN: La fe es sencilla en su acción y poderosa en sus resultados. Muchos cristianos, que tienen un conocimiento de la sagrada Palabra y creen en su verdad, fallan en la confianza infantil que es esencial para la religión de Jesús. No alcanzan a otros con ese toque peculiar que produce la virtud de curar el alma.
LA HUMILDAD NO ES FE: La humildad, la mansedumbre y la obediencia no son la fe; pero son los efectos o frutos de la fe.
LA FE INFUNDE CONFIANZA PROPIA: No fueron escritas estas cosas (las declaraciones de la confianza de Pablo en Dios) únicamente para que las leamos y nos asombremos, sino para que la misma fe que obró en los siervos de Dios de antaño, obre en nosotros. Doquiera haya corazones llenos de fe que sirvan de conducto transmisor de su poder, no será menos notable su modo de obrar ahora que entonces.
A los que, por falta de confianza propia, evitan tareas y responsabilidades, enséñeseles a confiar en Dios. Así más de uno que de otro modo no sería más que una cifra en el mundo, tal vez una carga impotente, podrá decir con el apóstol Pablo:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filp.4:13)
SE NECESITA FE A CADA PASO: La fe es necesaria tanto en los asuntos más pequeños como en los mayores de la vida. En todos nuestros negocios y nuestras ocupaciones diarias, la fuerza sustentadora de Dios llega a ser real para nosotros por medio de una confianza constante. (Elena White)
Continúa en parte 114