EL LLAMADO DE DIOS AL SERVICIO -parte 8-
UN LLAMAMIENTO A LOS JÓVENES
UN MANDATO DIVINO
EL SEÑOR HA DESIGNADO A LOS JÓVENES PARA QUE ACUDAN EN SU AYUDA.
Con semejante ejército de obreros, como el que los jóvenes bien preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a venir! (La Educación, págs. 263, 264)
Tenemos un ejército de jóvenes que puede hacer mucho si es debidamente dirigido y animado, que crean la verdad, que sean bendecidos por Dios, que participen en planes bien organizados para ayudar a otros jóvenes. Preparados todos de tal manera que puedan representar debidamente la verdad, dando razón de la esperanza que hay en ellos, y honrando a Dios en cualquier ramo de labor donde estén calificados para actuar.
Los jóvenes harán algo con sus rebosantes energías. A menos que estas energías estén encauzadas debidamente, los jóvenes las emplearán de alguna manera que perjudicará su propia espiritualidad, y resultará para daño de aquellos con quienes se asocien.
Cuando los jóvenes dan su corazón a Dios, hay que interesarlos en la obra del Señor, e inducirlos a ver que El espera que ellos hagan algo para adelantar su causa. No es suficiente demostrar cuánto se necesita hacer, e instar a los jóvenes a hacer una parte. Hay que enseñarles a trabajar para el Maestro. Hay que prepararlos, disciplinarlos y educarlos en los mejores métodos de ganar almas para Cristo. Enséñeseles a tratar de ayudar de una manera tranquila y modesta a jóvenes compañeros. Expóngase en forma sistemática, los diferentes ramos del esfuerzo misionero en que ellos pueden tomar parte, y déseles instrucción y ayuda. Así aprenderán a trabajar para Dios. (Obreros Evangélicos, págs. 222, 223)
EN LOS PRIMEROS AÑOS
MANIFIESTESE la bondad y la cortesía del ministro en su trato con los niños. Debe siempre tener presente que son hombres y mujeres en miniatura, miembros jóvenes de la familia del Señor. Pueden estar cerca del Maestro y serle muy caros, y si se los instruye y disciplina debidamente, le prestarán servicio aún en su juventud. (Joyas de los Testimonio, tomo 1, pág. 530)
No se pase por alto a los jóvenes; déjeselos participar en el trabajo y la responsabilidad. Hágaselos sentir que tienen que contribuir a beneficiar a otros. Aún a los niños debe ensenárseles a hacer pequeñas diligencias de amor y misericordia para los que son menos afortunados que ellos. (Joyas de los Testimonio, tomo 3, pág. 68)
Los padres debieran enseñar a sus hijos el valor y el debido uso del tiempo. Enséñeseles que vale la pena luchar para hacer algo que honre a Dios y beneficie a la humanidad. Aún en sus tempranos años pueden ser misioneros para Dios. (Lecciones Prácticas del Gran Maestro, pág. 315)
EL FUTURO QUE ESPERA A LOS JÓVENES
Y MAS de un muchacho de hoy día que crezca como Daniel en su hogar de Judea, estudiando la Palabra de Dios y sus obras y aprendiendo lecciones de servicio fiel, se hallará aún ante asambleas legislativas, en tribunales de justicia, o en cortes, como testigo del Rey de reyes. (La Educación, pág. 255)
TIMOTEO ERA SOLO UN JOVEN CUANDO FUE ESCOGIDO
-Continúa en parte 9-