LAS PROMESAS DE LA BIBLIA-parte 38-
LIBERTAD DEL PECADO
Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. (Ezequiel 36: 25, 26)
De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeron, recibirán perdón de pecados por su nombre. (Hechos 10:43)
Sabiendo ésto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. (Romanos: 6:6, 7)
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? (Romanos 6:1, 2)
Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Romanos 6:11)
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. (Romanos 6:14)
REDENCIÓN DEL PECADO
Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. (Mateo 1:21)
Sabed, pues, ésto, varones hermanos; que por medio de él se os anuncia perdón de pecados. (Hechos 13:38)
…y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. (1 Juan 2:1, 2)
Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. (1 Juan 3:5)
Quien llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. (1 Pedro 2:24)
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. (1 Timoteo 1:15)
Más el herido fue por nuestras rebeliones molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. (Isaías 53: 5, 6)
El siguiente día vio Juan a Jesús, que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Juan 1:29)
En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. (Efesios 1:7)
El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. (Gálatas 1:4)
Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. (Hebreos 9:28)
Porque ésto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. (Mateo 26:28)
Deja una respuesta