MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 216-
LA INDIVIDUALIDAD. Al emprender el niño el viaje en el cual tarde o temprano deberá decidir las consecuencias de la vida para la eternidad, ¡cuán ferviente debería ser el esfuerzo hecho para dirigir su fe al Guía y Ayudador infalible! -parte 3-
PARA TENER MENTES VIGOROSAS: Cada cual debe conservar su individualidad. Cada cual debe mantener su individualidad y no permitir que se sumerja en la de otro. Ningún ser humano debe ser la sombra de otro. Los siervos de Dios deben trabajar juntos en una unidad que combine una mente con otra.
UNA MEDIDA INDIVIDUAL: Ningún hombre puede crecer hasta llegar a la plena estatura de otro hombre. Cada cual debe alcanzar su propia medida individual por si mismo. Cada cual debe crecer bajo la supervisión de Dios.
LA VIDA INTERIOR NO PUEDE SER COMPARTIDA PLENAMENTE CON OTRO: Considerada en su aspecto humano, la vida es para todos un sendero desconocido. Es un camino por el cual, en lo que a nuestras más íntimas experiencias se refiere, andamos solos. Ningún otro ser humano puede penetrar plenamente en nuestra vida íntima.
Al emprender el niño ese viaje en el cual tarde o temprano deberá escoger su curso y decidir las consecuencias de la vida para la eternidad, ¡cuán ferviente debería ser el esfuerzo hecho para dirigir su fe al Guía y Ayudador infalible!
EL CARÁCTER ES PERSONAL: Cada uno de nosotros tiene una obra que hacer para el tiempo y la eternidad. Dios aborrece la indiferencia con respecto a la formación del carácter.
RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE: Una de las más elevadas aplicaciones de estos principios (el reconocimiento de las responsabilidades personales) se encuentra en el reconocimiento del derecho del hombre a ser el mismo.
Al control de su propia mente, a la administración de sus talentos, al derecho de recibir e impartir el fruto de su propio trabajo. El vigor y el poder se manifestarán sólo si se reconocen estos principios en sus relaciones con sus semejantes; sólo si en sus transacciones dan lugar a la instrucción de la Palabra de Dios.
DEPENDIENTES DE CRISTO: Cada alma tiene su individualidad. Cada alma debe vivir hora tras hora en comunión con Cristo; porque El dice:
“Separados de mi nada podéis hacer” (Juan 15:5)
Sus principios deben ser nuestros principios; porque estos principios son la verdad eterna, proclamada en justicia, bondad, misericordia y amor.
CONSERVAR LA INDIVIDUALIDAD EN LA EXPERIENCIA CRISTIANA: Hay una individualidad en la experiencia cristiana que debe ser preservada en cada ser humano, y no le debe ser quitada la responsabilidad a ninguna alma.
Cada cual tiene que librar sus propias batallas, tiene que lograr su propia experiencia cristiana, independiente en algunos sentidos de cualquier otra alma; y Dios quiere que aprenda por si mismo alguna lecciones que nadie puede aprender por él.
Elena White
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