MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 150-
LOS HÁBITOS. Los niños son susceptibles a las impresiones; y las lecciones que aprenden en los primeros años los acompañarán toda la vida. El Señor estará con las madres, que tratan de formar buenos hábitos en sus hijos.–parte2-
LOS HÁBITOS DECIDEN EL FUTURO: Hay que recordar que la juventud está formando hábitos que, en nueve de cada diez casos, decidirán su futuro. La influencia de las compañías que tienen, de las amistades que entablan y de los principios que adoptan, los acompañarán toda la vida.
LOS MALOS HÁBITOS SE FORMAN CON MAS FACILIDAD QUE LOS BUENOS: Los niños son especialmente susceptibles a las impresiones; y las lecciones que aprenden en los primeros años los acompañarán toda la vida. Toda la información que adquieran nunca contrarrestará los malos resultados de la falta de disciplina en la infancia. Un descuido, repetido a menudo, forma hábito. Una mala acción prepara el camino para otra. Esa acción, repetida, forma hábito.
Los malos hábitos se forman con más facilidad que los buenos, y se los abandona con más dificultad. Se necesita menos tiempo y menos trabajo para malograr la disposición de un niño, que para imprimir principios y hábitos de justicia sobre las tablas del alma.
Sólo mediante una constante vigilancia y una acción que contrarreste el mal, podemos tener esperanza de que la disposición se enderece.
El Señor estará con las madres, mientras tratan de formar buenos hábitos en sus hijos. Pero tendrán que empezar pronto el proceso de adiestramiento, o su futura tarea será muy difícil. Hay que enseñarles línea sobre línea, precepto sobre precepto, un poquito aquí y un poquito allá.
Recuerden que nuestros hijos pertenecen a Dios, y que deben convertirse en hijos e hijas de El. Su intención es que las familias de la tierra sean nuestras familias en el cielo.
LOS HÁBITOS RARA VEZ CAMBIAN: Los actos repetidos en cierto sentido se convierten en hábitos. Estos pueden modificarse mediante una severa educación, en la vida posterior, pero rara vez se cambian. Una vez que se ha formado un hábito, se imprime más y más firmemente en el carácter.
ATACAR LOS MALOS HABITOS DE OTROS SURTE POCO EFECTO: Poca utilidad tiene el intento de reformar a los demás atacando de frente lo que consideremos malos hábitos suyos. Tal proceder resulta a menudo más perjudicial que benéfico. En su conversación con la samaritana, en vez de desacreditar el pozo de Jacob, Cristo presentó algo mejor.
“Si conocieses el don de Dios (dijo) y quien es el que te dice: Dame de beber: tu pedirías de El, y El te daría agua viva” (Juan 4:10)
Dirigió la plática al tesoro que tenía para regalar y ofreció a la mujer algo mejor que lo que ella poseía; el agua de vida, el gozo y la esperanza de Evangelio. (Elena White)
Continúa en parte 151
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