MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 141-
LAS RELACIONES HUMANAS. Nuestra influencia se ejerce siempre ya sea en favor o en contra de la salvación de las almas. O juntamos con Cristo, o desparramamos.–parte 1-
LEY DE LA DEPENDENCIA MUTUA: Todos nosotros estamos entretejidos en la gran tela de la humanidad, y todo cuanto hagamos para beneficiar y ayudar a nuestros semejantes nos beneficiará también a nosotros mismos. La ley de la dependencia mutua afecta e incluye a todas las clases sociales.
LOS SERES HUMANOS SE NECESITAN MUTUAMENTE: En el plan de Dios, los seres humanos han sido hechos necesarios unos a los otros. Si todos hicieran lo más posible para ayudar a aquéllos que necesitan su ayuda y su amor y simpatía desinteresados cuanto más podría hacerse.
A cada uno Dios le ha concedido talentos. Estos talentos debemos utilizarlos para ayudarnos mutuamente a andar en el camino estrecho. En esta obra cada uno está relacionado con el otro, y todos estamos unidos con Cristo. Aumentamos y perfeccionamos nuestros talentos en el servicio.
QUIEN AYUDA A LOS DEMÁS SE AYUDA A SI MISMO: Muchos están en tinieblas. Han perdido el rumbo. No saben que camino tomar. Los que están perplejos busquen a otros que están en perplejidad, y háblenles palabras de esperanza y ánimo. Cuando comiencen a hacer esta obra, la luz del cielo les revelará la senda que deben seguir. Serán consolados ellos mismos por sus palabras de consuelo a los afligidos.
Al ayudar a otros ellos mismos serán ayudados a salir de sus dificultades. El gozo toma el lugar del pesar y de la lobreguez; el corazón lleno del Espíritu de Dios brilla en cordialidad para con cada prójimo. Todo el que haga ésto no estará en más en oscuridad, pues su “oscuridad” será como “el mediodía”.
INFLUENCIA PERMANENTE: Sostenemos una relación solemne unos con otros. Nuestra influencia se ejerce siempre ya sea en favor o en contra de la salvación de las almas. O juntamos con Cristo, o desparramamos. Debemos caminar con humildad y andar derechos, no sea que apartemos a otros de la senda recta. Deberíamos mantener la más estricta castidad en pensamiento, palabra y conducta.
Recordemos que Dios despliega nuestros pecados secretos a la luz de su rostro. Hay pensamientos y sentimientos sugeridos y fomentados por Satanás que molestan aún a los mejores hombres; pero si no se los alberga, si se los rechaza por odiosos, el alma no se contamina con la culpa y nadie recibe la mancha de su influencia.
EFECTOS ABARCANTES DE LA INFLUENCIA: Nunca sabremos hasta el día del juicio, cuál ha sido la influencia de una conducta amable y considerada hacia el inconsecuente, irrazonable e indigno.
Si después de la provocación y la injusticia cometidas por ellos, Uds. los tratan como si fueran inocentes, y hasta se esfuerzan para hacerlos objeto de especiales actos de amabilidad, estarán desempeñando el papel de cristianos; entonces ellos se avergonzarán y se sorprenderán, y verán su conducta y su mezquindad con más claridad que si en un reproche Uds. les hubieran expuesto sus acciones injustas con toda claridad.
INFLUENCIA DE LA FALTA DE CORTESIA: Las buenas cualidades que muchos poseen están ocultas, y en lugar de atraer las almas a Cristo, las repelen.
Si estas personas pudieran ver la influencia de sus modales descorteses y expresiones descomedidas manifestadas ante los incrédulos, y pudieran comprender cuán ofensiva es esta conducta ante la vista de Dios reformarían sus hábitos, porque la falta de cortesía es una de las piedras de tropiezo más grandes para los pecadores.
Los cristianos egoístas, quejosos y amargados entorpecen el camino para que los pecadores no se interesen en acercarse a Cristo.
Elena White
Continúa en parte 142
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