MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 99-
FUNCION VITAL DE LAS LEYES DE DIOS. La unidad del hombre con la naturaleza y con Dios, el dominio universal de la ley, los resultados de la transgresión, no pueden dejar de hacer impresión en la mente y modelar el carácter.–parte 5-
OTRAS LEYES
LEY DE LA ACCIÓN OBEDIENTE: La actividad acrecienta la fuerza. En el universo de Dios reina perfecta armonía. Todos los seres celestiales están en constante actividad; y el Señor Jesús nos dio a todos un ejemplo de la obra de su vida. Anduvo “haciendo bienes”. Dios ha establecido la ley de la acción obediente. Todas las cosas creadas ejecutan callada pero incesantemente la obra que les fue señalada.
El océano está en continuo movimiento. La naciente hierba que hoy es y mañana es arrojada en el horno, cumple su encargo vistiendo de hermosura los campos. Las hojas se mueven sin que mano alguna las toque. El sol, la luna y las estrellas cumplen útil y gloriosamente su misión.
DOMINIO UNIVERSAL DE LA LEY: Toda la naturaleza se ilumina para aquél que aprende así a interpretar sus enseñanzas; el mundo es un libro de texto; la vida, una escuela. La unidad del hombre con la naturaleza y con Dios, el dominio universal de la ley, los resultados de la transgresión, no pueden dejar de hacer impresión en la mente y modelar el carácter.
TRANSGREDIR LAS LEYES DE LA NATURALEZA ES TRANSGREDIR LAS LEYES DE DIOS: Una transgresión constante de las leyes de la naturaleza es una transgresión constante de la Ley de Dios. Si los hombres hubieran sido siempre obedientes a los Diez Mandamientos (Éxodo 20:3-17, escritos con el dedo de Dios), y hubieran puesto en práctica en sus vidas los principios de esos preceptos, no existiría la corriente de enfermedad que ahora inunda el mundo.
LA TRANSGRESIÓN PRODUCE SUFRIMIENTO MENTAL Y FÍSICO: La naturaleza levanta su protesta contra la transgresión de las leyes de la vida. Soporta el abuso tanto como puede; pero finalmente llega la retribución, y entonces sufren las facultades mentales y físicas.
Y el castigo no recae sólo sobre el transgresor; los efectos de la complacencia se echan de ver en su descendencia, y de este modo el mal pasa de una generación a la otra. Muchos se quejan de la Providencia cuando sus amigos sufren o son llevados a la muerte; pero no es el plan de Dios que los hombres y las mujeres soporten vidas de sufrimiento y mueran prematuramente con su tarea inconclusa.
Dios quiere que vivamos la plena medida de nuestros días, con cada órgano en condición de salud, cada cual llevando a cabo su tarea asignada. Es injusto acusar al Señor de resultados que en muchos casos son consecuencia de la propia transgresión, por parte del individuo, de la ley natural. (Elena White)
Continúa en parte 100
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