LA CREACION-cuarta parte-
LA BASE DE LA VERDADERA ESTIMACION PROPIA. El relato de la creación declara que fuimos hechos a la imagen de Dios. La comprensión de este hecho provee un verdadero concepto de cuanto vale un individuo. No deja lugar para sentimientos de inferioridad. De hecho, se nos ha reservado un lugar único en la creación, con el privilegio especial de mantener comunicación constante con el Creador, y la oportunidad de llegar a ser cada vez más parecidos a El.
LA BASE DEL VERDADERO COMPAÑERISMO. La dignidad creadora de Dios establece su paternidad (Mal.2:10) y revela la hermandad de todos los seres humanos. El es nuestro Padre; nosotros somos sus hijos. No importa el sexo, la raza, la educación o la posición, todos han sido creados a imagen de Dios.
MAYORDOMIA PERSONAL. Por cuanto Dios nos creó, somos su propiedad. Este hecho implica que tenemos la sagrada responsabilidad de ser fieles mayordomos de nuestras facultades físicas, mentales, y espirituales. Actuar independientemente del Creador constituye la máxima expresión de ingratitud.
RESPONSABILIDAD POR EL AMBIENTE.Adán y Eva debían cultivar la tierra y “señorear” sobre toda la creación animal (Gen. 1:28). Esto indica que tenemos la responsabilidad divinamente asignada, de preservar la calidad de nuestro ambiente.
LA DIGNIDAD DEL TRABAJO MANUAL. El Creador dio instrucciones a Adán para que “labrara” y “guardase” el huerto del Edén (Gen. 2:15). El hecho de que Dios mismo le asignara a la humanidad esta ocupación útil en un mundo perfecto, revela la dignidad del trabajo manual.
EL VALOR DEL UNIVERSO FÍSICO. Después de cada paso de la creación, Dios declaró que lo que había hecho era “bueno” (Gen.1: 10, 12, 17, 21, 25), y cuando terminó su obra creadora, afirmó que el conjunto “era bueno en gran manera” (Gen.1:31).
EL REMEDIO PARA EL PESIMISMO, LA SOLEDAD Y FALTA DE SIGNIFICADO. El relato de la creación revela que, en vez de llegar a la existencia por evolución ciega, TODO FUE CREADO con un propósito. La raza humana fue destinada a gozar de una relación eterna con el Creador. Si comprendiéramos que fuimos creados con una razón específica, la vida se convierte en algo lleno de riqueza y significado, y se desvanece el doloroso vacío y descontento que tantos expresan, lo cuál es reemplazado por el amor de Dios.
LA SANTIDAD DEL AMOR DE DIOS. La Ley de Dios existía antes de la caída. Los seres humanos estaban sujetos a ella. Servía para protegerlos contra la autodestrucción, para revelarles los límites de la libertad (Gen.2:17), y para salvaguardar la felicidad y la paz de los súbditos del reino de Dios (Gen.3:22-24).
EL CARACTER SAGRADO DE LA VIDA. El Creador de la vida continúa tomando parte activa en la formación de la vida humana, haciendo de este modo que la vida sea sagrada. David alaba a Dios por haberse involucrado en su nacimiento: “Tu formaste mis entrañas; tu me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras…..No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en lo oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas” (Sal.139: 13-16). En Isaías, el Señor se identifica como el “que te formó desde el vientre” (Isa. 44:24). Por cuanto la vida es un don de Dios, debemos respetarla; de hecho, tenemos el deber moral de preservarla.
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