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Posts Tagged ‘salmo 22’

 

LAS PROMESAS DE LA BIBLIA-parte 7-

AUXILIO EN LAS TRIBULACIONES-parte 2-

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.  Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.  (Salmo 126:5, 6)

Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia.   (Salmo 31:23)

Bien que fuisteis echados entre los tiestos, Seréis como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas con amarillez de oro.  (Salmo 68:13)

He aquí, Dios no aborrece al perfecto, Ni apoya la mano de los malignos.  Aún llenará tu boca de risa, Y tus labios de júbilo.  (Job 8:20, 21)

Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó.  (Salmo 22:24)

En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal.  (Job 5:19)

Jehová será refugio del pobre.  Refugio para el tiempo de angustia.  (Salmo 9:9)

Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, Y me salvará tu diestra.   (Salmo 138:7)

Tu encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.  (Salmo 18:28)

Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.  (Salmo 34:19)

Porque el Señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.  (Lamentaciones 3:31-33)

Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.  (Salmo 18:2)

Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.  La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia.  (Miqueas 7:8, 9)

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.  En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.  (Juan 16:33)

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ESPERANZA PARA EL PLANETA TIERRA – EL FUTURO BRILLANTE DE UNA RAZA CAIDA –parte 31-

LOS DOS MISTERIOS -parte 5-

EL MISTERIO DE LA PIEDAD-parte 3-

¿Cómo hemos de relacionar las dos partes del Salmo 22?

Este salmo se comprende a la luz de la experiencia de Cristo. Mateo 23:12 y Filipenses 2:6-11 recalcan el principio de que la humillación y el sufrimiento de Cristo (versículos 1-21) condujeron a su exaltación (versículos 22-31).

¡Qué diferencia tan grande hay entre estos dos misterios! Ciertamente Jesús tuvo razón cuando dijo: “El que se enaltece será humillado y el que humille será enaltecido” (Mateo 23:12).

Muchos, inclusive cristianos, tienen un falso concepto de lo que es la verdadera grandeza.  La verdadera grandeza no se mide por cuan elevada posición podamos alcanzar, cuánto dinero podamos acumular, cuanto poder y fama podamos obtener y cuan inaccesibles lleguemos a ser.  Dios ha revelado por medio de Cristo que la verdadera grandeza se manifiesta en un espíritu de servicio. Cuanto más tengamos, más debemos dar para el bien de los demás; porque mientras más damos, más recibimos.

Jesús podría haberse quedado en el cielo, pues allá tenía la más alta posición, todos los recursos y todo el poder y la gloria.  Por ser tan poderoso podría haberse hecho inaccesible a la humanidad, pero escogió venir a este planeta rebelde para dar su vida por los que tanto lo necesitaban.  Manifestó un espíritu de servicio abnegado. La ley del servicio es la ley de la vida, y la ley del egoísmo es la ley de la muerte.  El que vive para sí, muere para sí.

La naturaleza, aún en su estado pecaminoso revela esta ley del servicio.  Tomemos como ejemplo a los árboles. Estos cumplen varias funciones muy importantes pero no para sí mismos sino para nuestro bien.  Los árboles purifican el aire, dan sombra, producen fruto y madera, todo para beneficio del hombre.

Consideremos el ciclo del agua.  En el invierno caen inmensas cantidades de lluvia o nieve en las montañas.  Estas aguas forman arroyos y los arroyos forman ríos.  Los ríos luego desembocan en los mares y los mares les devuelven de nuevo el agua a las nubes, para luego comenzar el ciclo otra vez.  Cada etapa de este proceso ilustra la ley de servicio. Las nubes dan, los arroyos dan, los ríos dan, los mares dan.  Si en algún momento se interrumpiera este ciclo, todo moriría, inclusive nosotros.

En Israel hay dos mares.  Los dos reciben agua del mismo río, pero cuan diferentes son.  El mar de Galilea burbujea de vida. Las colinas que lo rodean son verdes, con muchos árboles  frutales.  Sus aguas están llenas de peces y los cielos a su alrededor se alegran con los melodiosos trinos de las aves.  Allí pescaron los discípulos de nuestro Señor.  Allí camino Cristo sobre las aguas. Pero al sur del mar de Galilea se halla otro mar.  Se conoce como el mar Muerto, y en verdad le cabe bien el nombre. A su alrededor no hay vegetación. Los cielos guardan silencio y las aguas están totalmente destituidas de vida. ¿Por qué son tan diferentes estos mares? ¿Por qué uno es el mar de la vida y el otro el mar de la muerte? Veamos la razón:

El rio Jordán entra al mar de Galilea por el norte y desemboca en el sur.  Es decir, el mar de Galilea recibe agua por el norte y la da por el sur. Constantemente recibe para dar; y al dar tiene capacidad para recibir más. El mar Muerto también recibe agua del rio Jordán por el norte, pero no la da.  El mar Muerto acapara el agua que recibe y el resultado es la muerte.

Cuanta verdad hay en las palabras de Jesús: “Dad y se os dará…Más bienaventurado es dar que recibir” (Lucas 6:38, Hechos 20:35).  A la vista de Dios, el más grande es el que más sirve a los demás. La verdadera grandeza no consiste en cuan alto podemos ascender sino en cuanto nos rebajamos para servir a nuestros semejantes.

EL ESCANDALO DE LA CRUZ

Continúa en parte 32

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ESPERANZA PARA EL PLANETA TIERRA – EL FUTURO BRILLANTE DE UNA RAZA CAIDA –parte 30-

LOS DOS MISTERIOS -parte 4-

EL MISTERIO DE LA PIEDAD-parte 2-

¡Increíble, el Rey del cielo y de la tierra lavando los pies de sus seguidores, incluyendo los de Judas, el traidor! Jesús quiso enseñarles a sus discípulos que el espíritu de exaltación es satánico y que el de humillación es divino.

Pero la humillación de Cristo fue aún mayor pues ya estando en condición de siervo “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8).

En el Salmo 22:1-21 hallamos una descripción vívida de la humillación de Cristo hasta la muerte.  El que había creado el universo ahora clamaba: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Salmo 22:1).

Este salmo es importante pues más de mil años antes de nacer Jesús, revela lo que El iba a pensar y decir cuando colgara sobre la cruz del Calvario.  Cristo mismo se describe como:

“gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo” (vers.6). Sus enemigos le escarnecen, estiran los labios y menean la cabeza (vers.7).  Lo rodean como leones feroces para devorarlo (vers.13), le atraviesan las manos y los pies, le quitan sus vestiduras dejándolo desnudo ante los blasfemos ojos de sus enemigos (vers.16, 18), y finalmente lo ponen en el polvo de la muerte (vers. 15).  ¡Qué humillación!

Cristo tenía el poder para borrar de la existencia a todos sus enemigos, pero escogió beber la amarga copa del sufrimiento y la humillación.  En vez de llenarse de  orgullo y de exaltarse, se vació a sí mismo y se rebajó hasta el polvo. Este es el espíritu de la piedad.

Pero surge la pregunta: ¿Valió la pena que Cristo manifestara tal espíritu? Volvamos a Filipenses 2:9-11 para hallar la respuesta. Después que Jesús se humilló hasta el polvo de la muerte fue exaltado por su Padre.  “Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”

Las palabras iniciales “por la cual” indican una conexión con los versículos anteriores.  El apóstol Pablo nos está diciendo que Jesús se humilló (vers. 6-8) y por lo tanto Dios le ensalzó (vers.9-11).  Aquí se aplica el principio divino: “El que se humilla será enaltecido” (Mateo 23:12).

EL SALMO 22

Los eruditos han logrado clasificar los salmos de acuerdo al tipo de literatura que contienen.  Por ejemplo, hay salmos de lamento individual y congregacional. En los salmos de lamento, un personaje o grupo de personas expresan agonía por estar experimentando gran sufrimiento físico o espiritual.  En los salmos de alabanza, un individuo o grupo de individuos le rinden homenaje y alabanza a Dios por su bondad y grandeza.

El Salmo 22 ha sido difícil de clasificar pues contiene dos clases de literatura.  En la primera parte del salmo (vers.1-21) un individuo está sufriendo intensa agonía física y espiritual, y se lamenta por ello; pero la segunda parte del salmo (vers.22-31) este mismo individuo se halla triunfante en medio de una gran congregación que le está tributando honra, gloria y alabanza a Dios.

La congregación se compone de la simiente de Israel y de todas las naciones de la tierra. Aún los que descendieron al polvo le tributan homenaje (vers.29).

¿Cómo hemos de relacionar las dos partes del Salmo 22?

Continúa en parte 31

 

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