Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘los hebreos’

LA VERDAD ACERCA DE LOS ANGELES-RESPUESTAS FIRMEMENTE BASADAS EN LA PALABRA DE DIOS—parte 42-

LOS ÁNGELES DESDE EL SINAÍ HASTA LA TOMA DE JERICÓ-parte 4-

JOSUÉ CONDUCE A ISRAEL A CANAÁN

Los israelitas lloraron profundamente la partida de su jefe, y dedicaron treinta días de servicios especiales a honrar su memoria.  Josué era ahora el jefe reconocido de Israel.

Se ordenó entonces que se hiciesen los preparativos para el avance.  Abandonando su campamento…el ejército descendió a la orilla del Jordán.  (PP 514-517)

Cuatro ángeles del cielo acompañaban siempre el arca de Dios en todas sus peregrinaciones, para protegerla de cualquier peligro y para cumplir toda misión que se les requeriría en relación con ella.  Jesús, el Hijo de Dios, seguido por los ángeles celestiales, iba delante del arca cuando ésta se aproximaba al Jordán; las aguas se dividieron delante de su presencia.  Cristo y los ángeles permanecieron junto al arca y los sacerdotes en el lecho del río hasta que todo Israel cruzó el Jordán. (HR-188)

El entrenado ejército del cielo había venido para pelear por el pueblo de Dios, y el Capitán de las huestes del Señor estaba allí para comandarlos. (RH)  Cuando Josué se apartó de los ejércitos de Israel para meditar y pedir a Dios que su presencia lo acompañará de una manera especial, vio a un hombre de elevada estatura, revestido de atuendos militares, con una espada desnuda en su mano. 

No era un ángel común. Era el Señor Jesucristo que había conducido a los hebreos por el desierto envuelto en la columna de fuego de noche y en la columna de nube de día.  El lugar era santo por causa de su presencia; por eso le ordenó a Josué que se descalzara. (HR-182)

Dominado por santo temor, Josué cayó sobre su rostro, adoró, y tras oír la promesa: “Mira, yo he entregado a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra”, recibió instrucciones respecto a la toma de la ciudad. (PP-522)

El Capitán de la hueste del Señor no se mostró a todo el pueblo.  Se comunicó con Josué, quien relató el encuentro a los israelitas.  Quedaba con ellos el creer o dudar las palabras de Josué; seguir el mandato dado por él en nombre del Capitán de la hueste del Señor, o rebelarse contra sus instrucciones y negar su autoridad. El pueblo no podía ver las huestes de ángeles reunidas por el Hijo de Dios. (Testimonies for the Church)

LA TOMA DE JERICÓ

El mismo Capitán de las huestes del Señor vino del cielo para conducir los ejércitos celestiales en su ataque contra la ciudad.  Ángeles de Dios tomaron las macizas murallas y las derribaron.

Cristo y los ángeles acompañaron al arca cuando ésta giraba en torno de Jericó, y finalmente derribaron sus macizos muros y entregaron la ciudad en manos de Israel. (HR-188)

Cuando Jericó cayó, ninguna mano humana tocó las murallas de la ciudad.  Los ángeles de Dios destruyeron las fortificaciones, y penetraron la fortaleza del enemigo.  No fue Israel sino el Capitán de la hueste del Señor quien tomó la ciudad.  Pero Israel debía cumplir su parte al mostrar su fe en el Capitán de su salvación. (RH)

Si un solo guerrero hubiera puesto su fuerza para intentar derribar las murallas, la gloria de Dios se hubiese disminuido ante los ojos del pueblo, y su voluntad no hubiese sido obedecida.  Pero ese trabajo fue dejado al Todopoderoso.  Si los cimientos de la muralla hubiesen alcanzado el centro de la tierra, y su altura hubiese llegado a la bóveda celeste, no hubiera sido más difícil para el Capitán de la hueste del Señor destruirla, y conducir a las legiones de ángeles en el ataque. (ST)

LOS ÁNGELES DESDE EL TIEMPO DE LOS JUECES HASTA EL PRIMER REINADO

Continúa en parte 43

Read Full Post »

LA VERDAD ACERCA DE LOS ANGELES-RESPUESTAS FIRMEMENTE BASADAS EN LA PALABRA DE DIOS—parte 38-

LOS ÁNGELES EN EL TIEMPO DEL ÉXODO-parte 4-

LAS PLAGAS DE EGIPTO-parte 3-

CRISTO, EL DIRIGENTE INVISIBLE DE ISRAEL

En Egipto se esparció la noticia de que los hijos de Israel iban hacia el mar Rojo.  Faraón reunió todas sus fuerzas y rodeado por los grandes de su reino encabezaba el ejército.

Los hebreos estaban acampados junto al mar…De pronto, divisaron a lo lejos las relucientes armaduras y el movimiento de los carros, que anunciaban la vanguardia de un gran ejército.  El terror se apoderó del corazón de los israelitas. 

Algunos clamaron al Señor pero la mayor parte de ellos se apresuraron a presentar sus quejas a Moisés.  Su serena y confortadora respuesta al pueblo fue: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros…Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” (Exo.14:13-14)

Habían seguido a la maravillosa columna de nube como a la señal de Dios que les ordenaba avanzar; pero ahora se preguntaban unos a otros si esa columna no presagiaría alguna calamidad; porque ¿no los había dirigido al lado equivocado de la montaña, hacia un desfiladero insalvable? Así, de acuerdo con su errada manera de pensar, el ángel del Señor parecía como el precursor de un desastre.

Pero entonces he aquí que al acercarse las huestes egipcias creyéndolos presa fácil, la columna de nube se levantó majestuosa hacia el cielo, y pasó sobre los israelitas, y descendió entre ellos y los ejércitos egipcios. Se interpuso como muralla de tinieblas.

Los egipcios ya no pudieron localizar el campamento de los hebreos, y se vieron obligados a detenerse.  Pero a medida que la oscuridad de la noche se espesaba, la muralla de nube se convirtió en una gran luz para los hebreos, inundando todo el campamento con un resplandor semejante a la luz de día.

Entonces volvió la esperanza a los corazones de los israelitas. Moisés levantó su voz a Dios.  Y el Señor le dijo: “¿Por qué clamas a mi? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tu alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por me medio del mar, en seco…

“Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos, hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo.  Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios” (Exo.14:15-24). 

Moisés extendió su vara, y las aguas amontonadas, y bramando, se precipitaron sobre ellos y tragaron al ejército egipcio. (PP-288-292-)

El Dirigente de los israelitas era el poderoso General de los ejércitos celestiales.  Sus ángeles que hacen su voluntad, caminaban a los lados de las huestes de Israel, y nadie podía hacerles daño.  Israel estaba seguro.

Jesús era el Ángel envuelto en el pilar de nube durante el día, y el pilar de fuego durante la noche. (Review and Herald)

LOS ÁNGELES DESDE EL SINAÍ HASTA LA TOMA DE JERICÓ

Continúa en parte 39

 

Read Full Post »