MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 35-
DEPENDENCIA E INDEPENDENCIA
DEPENDENCIA DE DIOS, NO DE LOS HOMBRES. Dios desea asociar lo humano con lo divino. Cuando las mentes se desvían de Dios, el tentador puede someterlas a su gobierno, y dominar la humanidad.
- A. DEPENDENCIA DE DIOS, NO DE LOS HOMBRES
LA DEPENDENCIA DE DIOS ES ABSOLUTA: Dios quiere que toda alma por la cual murió llegue a ser una parte de la vid, y reciba su alimento de ella. Dependemos de Dios en todo, y eso debiera mantenernos muy humildes; y debido a que dependemos tanto de El, debiéramos aumentar nuestro conocimiento de Dios.
Dios quiere que alejemos de nosotros toda especie de egoísmo y vayamos a El no como dueños de nosotros mismos, sino como la posesión adquirida del Señor.
DEPENDAMOS DE DIOS, NO DE LOS HOMBRES: Dios quiere poner a los hombres en relación directa consigo mismo. En todo su trato con los seres humanos reconoce el principio de la responsabilidad personal.
Procura fomentar el sentimiento de dependencia personal, y hacer sentir la necesidad de la dirección personal. Desea asociar lo humano con lo divino, para que los hombres se transformen en la imagen divina.
Satanás procura frustrar este propósito, y se esfuerza en alentar a los hombres a depender de los hombres. Cuando las mentes se desvían de Dios, el tentador puede someterlas a su gobierno, y dominar la humanidad.
Dependamos plenamente de Dios. Clamemos a Dios con sinceridad. Pongamos todo nuestro ser en las manos del Señor, alma, cuerpo y espíritu. Entonces veremos claramente las cosas celestiales.
TOMEMOS A DIOS COMO NUESTRO CONSEJERO: En lugar de llevar nuestras perplejidades a otra persona, llevémoslas al Señor en oración. No pongamos a nadie donde debiera estar Dios. El ministro de Cristo es como otros hombres.
Es cierto, el lleva responsabilidades más sagradas que un hombre corriente, pero NO es infalible. Esta rodeado de debilidades, y necesita gracia e iluminación divinas. Hay algunos que ignoran el camino de la vida y la salvación, y ellos encontrarán que algún ministro piadoso les enseñará que deben hacer para ser salvos.
Los que saben como orar, que saben qué son las invitaciones de Evangelio de Cristo, que conocen la inmutabilidad de sus promesas, deshonran a Dios cuando ponen su carga sobre los hombres finitos. Siempre es correcto deliberar juntos.
Es correcto conversar juntos, también es correcto aclarar ante los hermanos y el ministro las dificultades que se presentan.
PERO NO DESHONREN A DIOS POR DEPENDER DEL HOMBRE POR SABIDURÍA. BUSQUEN A DIOS PARA TENER LA SABIDURÍA QUE VIENE DE ARRIBA. Pidamos que oren con nosotros, y el Señor cumplirá su palabra:
“DONDE ESTÁN DOS O TRES CONGREGADOS EN MI NOMBRE, ALLÍ ESTOY YO EN MEDIO DE ELLOS” (Mateo 18:20)
(Elena White)