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EL GRAN YO SOY- MENSAJES DE DIOS-”SANTIFÍCALOS EN TU VERDAD.TU PALABRA ES VERDAD”-JUAN 17:17-parte 12-

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO-JUAN 14:1-3; HECHOS 1:10-11; MATEO 24:42-51

JUAN 14:1-3

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

HECHOS 1:10, 11

Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,

los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

MATEO 24: 42-51

Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

Pero sabed ésto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.

Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?

Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.

Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;

y comenzare a golpear a sus consiervos, y aún a comer y a beber con los borrachos,

vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,

y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

 

 

 

 

 

 

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ESPERANZA EN LA PALABRA-JESÚS LA UNICA ESPERANZA-parte 54-

LA VIDA DE LOS QUE ESPERAN A JESÚS-parte 1-

SI QUEREMOS DEJAR UN LEGADO IMPERECEDERO EN EL MUNDO, HEMOS DE AMAR COMO CRISTO AMO

MUCHAS veces hablamos de “la marca de la bestia”, del “anticristo”, de “guerras y rumores de guerras”. ¿Cuál es nuestro papel en estas cosas? ¿Ha cambiado Dios después del primer siglo? ¿Hemos cambiado nosotros? Muchos no quieren escuchar acerca de ésto, porque creen que todos repiten lo mismo.  A otros los incomoda.

Jesús se había humillado hasta el punto de demostrar nuevamente que El no había venido a ser servido sino a servir. (Marcos 10:45).  Con esa paciencia que lo caracterizó cuando caminó en esta tierra en forma de hombre, les estaba dando las últimas indicaciones a su fiel grupo de alumnos que lo habían acompañado durante más de tres años.

“UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY: QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS; COMO YO OS HE AMADO, QUE TAMBIÉN OS AMÉIS UNOS A OTROS.

EN ESTO CONOCERAN TODOS QUE SOIS MIS DISCÍPULOS, SI TUVIEREIS AMOR LOS UNOS CON LOS OTROS” (JUAN 13: 34, 35).

Pero Pedro parecía más obsesionado con el hecho de que Jesús iba a regresar al cielo que con el mensaje que el Maestro quería impartirles. ¿No nos ocurre a nosotros lo mismo? ¿Estamos preocupados por el fin y no por lo que tenemos que hacer ahora. Jesús tenía planeada otra cita con él.  Junto a la playa, en un desayuno. (Leer JUAN 21).

Después de negar a Jesús tres veces y estar muy triste y sin más esperanzas, Pedro regresó a su vida antigua.  Pero nuestro Dios no deja las cosas a medias.

“…QUE EL QUE COMENZÓ EN VOSOTROS LA BUENA OBRA, LA PERFECCIONARA HASTA EL DÍA DE JESUCRISTO” (FILIPENSES 1:6).

Siempre va en busca del perdido para concluir la conversación inconclusa (JUAN 21).  En la orilla del mar, Cristo alimentó a Pedro, lo aceptó, lo amó y lo restauró. Las mismas tres cosas continúa haciendo con nosotros.

Pedro recapacitó, se sintió perdonado, restaurado, y comenzó su ministerio lleno del Espíritu Santo.  En HECHOS 3, Pedro muestra el genuino amor cristiano cuando curó a un hombre con discapacidades físicas. En HECHOS 10, el Pedro judío muestra auténtico amor cristiano cuando predica el evangelio de Jesucristo a un grupo de gentiles.

El escritor chileno Pablo Neruda escribió alguna vez: “Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida”. El apóstol Pablo expresó lo siguiente:

“EL AMOR ES SUFRIDO, ES BENIGNO; EL AMOR NO TIENE ENVIDIA, EL AMOR NO ES JACTANCIOSO, NO SE ENVANECE; NO HACE NADA INDEBIDO, NO BUSCA LO SUYO, NO SE IRRITA, NO GUARDA RENCOR; NO SE GOZA DE LA INJUSTICIA, MAS SE GOZA DE LA VERDAD.

TODO LO SUFRE, TODO LO CREE, TODO LO ESPERA, TODO LO SOPORTA. EL AMOR NUNCA DEJA DE SER…” (1 CORINTIOS 13: 4-8).

Cuando partimos de estas premisas, una humana y otra divina, podemos declarar que el amor es quien nos mueve a la acción en nuestras vidas. Nos puede mover a hacer cosas increíbles, o a veces humanamente imposibles.

Continúa en parte 55

 

 

 

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ESPERANZA EN LA PALABRA-JESÚS LA UNICA ESPERANZA-parte 5-

UNA PATRIA PARA TODOS-parte 2-

LA BIBLIA NOS PROMETE UN HOGAR DEFINITIVO, AL ALCANCE DE NUESTRAS ESPERANZAS.

LAS MORADAS DE DIOS-parte 1-

Cuando estaba a punto de separarse de sus discípulos, Jesús les prometió:

“EN LA CASA DE MI PADRE MUCHAS MORADAS HAY…VOY, PUES, A PREPARAR LUGAR PARA VOSOTROS. Y SI ME FUERE Y OS PREPARARE  LUGAR, VENDRÉ OTRA VEZ, Y OS TOMARE A MI MISMO, PARA QUE DONDE YO ESTOY, VOSOTROS TAMBIÉN ESTEIS” (JUAN 14:2, 3).

De modo que la restauración del hombre al hogar original que Dios le había dado, no es una idea vaga, creada por la imaginación de los hombres. Más bien, ¡es una promesa hecha por Jesús mismo! Hay cuatro verdades que las Escrituras tratan de comunicarnos en relación al hogar que el Cielo tiene preparado para nosotros. Será un hogar reservado para los que acepten a Jesús como su Salvador. Jesús dijo:

“YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA; EL QUE CREE EN MI, AUNQUE ESTE MUERTO, VIVIRÁ.  Y TODO AQUEL QUE VIVE Y CREE EN MÍ, NO MORIRÁ ETERNAMENTE…” (JUAN 11:25, 26).

Para ponerle fin a la era presente de pecado y dolor, Jesús aparecerá en los cielos en forma majestuosa, en un acontecimiento jamás imaginado por ser humano alguno.  Entonces, habrá dos grupos de seres humanos; aquellos que no creyeron en Jesús, y que ahora miran con espanto las escenas que acontecen delante de sus ojos, y aquellos que le esperaban con anhelo. (Mateo 24:30, 31).

A este último grupo el Señor lo llevará consigo para que esté con El en la ciudad eterna que ha preparado (Apocalipsis 21:2).  Será un grupo incontable, compuesto por gentes de todas las razas y épocas de la historia de esta tierra, que creyeron en el poder de la sangre de Jesús para salvar (Apocalipsis 7:9-14).

El nuevo hogar incluye una ciudad real. Juan describe esta ciudad en términos que no nos dejan lugar a dudas.  Al contemplarla en visión, el profeta miró en ella:

“…LA GLORIA DE DIOS. Y SU FULGOR ERA SEMEJANTE AL DE UNA PIEDRA PRECIOSÍSIMA, COMO PIEDRA DE JASPE, DIÁFANA COMO EL CRISTAL.  TENÍA UN MURO GRANDE Y ALTO CON DOCE PUERTAS…EL MATERIAL DE SU MURO ERA DE JASPE; PERO LA CIUDAD ERA DE ORO PURO, SEMEJANTE AL VIDRIO LIMPIO…Y NO VI EN ELLA TEMPLO; PORQUE EL SEÑOR DIOS TODOPODEROSO ES EL TEMPLO DE ELLA, Y EL CORDERO” (APOCALIPSIS 21:11, 12, 18, 22).

Sin duda, lo más maravilloso de esta ciudad, es que:

“EL TRONO DE DIOS Y DEL CORDERO ESTARÁ EN ELLA” (APOCALIPSIS 22:3)

Es decir, la ciudad que Jesús nos dará por herencia ¡será el asiento del trono de Dios! Que enorme privilegio, ¡los redimidos tendrán a Dios mismo como vecino!

Continúa en parte 6

 

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