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Posts Tagged ‘el Señor’

EL LLAMADO DE DIOS AL SERVICIO-parte 47-

SEGURIDADES DE ÉXITO-parte 3-

COOPERACION CON LOS AGENTES CELESTIALES-parte 3-

EL CREYENTE tiene siempre en el Señor a un poderoso auxiliador. Tal vez no sepamos cómo nos ayuda; pero ésto sabemos: Nunca falta su ayuda para aquellos que ponen su confianza en El.

Si los cristianos pudieran saber cuántas veces el Señor ordenó su camino, para que los propósitos del enemigo acerca de ellos no se cumplieran, no seguirían tropezando y quejándose. Su fe se estabilizaría con Dios, y ninguna prueba podría moverlos. Lo reconocerían como su sabiduría y eficiencia, y El haría que se cumpliese lo que El desea obrar por su medio. (Profetas y Reyes)

Todos los que se ocupan en el ministerio constituyen la mano ayudadora de Dios. Son colaboradores con los ángeles, o más bien son los agentes humanos por medio de los cuales los ángeles llevan a cabo su misión. Los ángeles hablan por medio de sus voces y trabaja por medio de sus manos. Y los obreros humanos, al cooperar con los agentes celestiales, reciben el beneficio de su educación y experiencia. (La Educación)

Cristo exige de todo hombre y mujer que se ponga la armadura de justicia y comience a trabajar, “YO estoy a tu mano derecha para ayudarte”, declara. Contemos todas nuestras pruebas y perplejidades a Dios. El jamás traicionará nuestra confianza.

No hay nada más precioso para Cristo que su comprada posesión: su iglesia, los obreros que salen a esparcir las semillas de verdad. Pensemos en Jesús. EL está en su lugar santo, no solitario, sino rodeado por cientos de miles de ángeles celestiales que esperan sus órdenes. Y los envía a trabajar por los santos más débiles que ponen en El su confianza. Para los encumbrados y los humildes, los ricos y los pobres, se ha provisto la misma ayuda. (Southern Watchman)

NO HAN DE CONSENTIRSE PENSAMIENTOS DE FRACASO

LOS QUE TRABAJAN PARA CRISTO nunca han de pensar, y mucho menos hablar, acerca de fracasos en su obra. El Señor Jesús es nuestra eficiencia en todas las cosas; su Espíritu ha de ser nuestra inspiración; y al colocarnos en sus manos, para ser conductos de luz, nunca se agotarán nuestros medios de hacer bien. Podemos allegarnos a su plenitud, y recibir de la gracia que no tiene límites. (Obreros Evangélicos)

Cuando nos entregamos completamente a Dios y en nuestra obra seguimos sus instrucciones, El mismo se hace responsable de su realización. El no quiere que conjeturemos en cuanto a éxito de nuestros sinceros esfuerzos. Nunca debemos pensar en el fracaso. Hemos de cooperar con Uno que no conoce el fracaso. (Lecciones Prácticas del Gran Maestro)

El Señor se chasquea cuando su pueblo se tiene en estima baja. Desea que su heredad escogida se estime según el valor que El le ha atribuido. De lo contrario no hubiera mandado a su Hijo a una empresa tan costosa para redimirla. Tiene empleo para ella y le agrada cuando le dirige las más elevadas demandas a fin de glorificar su nombre. Puede esperar grandes cosas si tiene fe sus promesas. (El Deseado de Todas las Gentes)

ÉXITO PROPORCIONADO

-Continúa en parte 48-

 

 

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EL CAMINO A CRISTO -EL PRINCIPE DEL CIELO- parte 14-

PARA OBTENER LA PAZ INTERIOR

COMO CONFESARLE NUESTROS PECADOS-parte 2-

En los días de Samuel los israelitas se extraviaron de Dios.  Estaban sufriendo las consecuencias del pecado; porque habían perdido su fe en Dios, el discernimiento de su poder y su sabiduría para gobernar a la nación y su confianza en la capacidad del Señor para defender y vindicar su causa. Se apartaron del gran Gobernante del universo y quisieron ser gobernados como las naciones que los rodeaban.  Antes de encontrar paz hicieron esta confesión explícita: “Porque a todos nuestros pecados hemos añadido esta maldad de pedir para nosotros un rey” (1Samuel 12:19). Tenían que confesar el mismo pecado del cual estaban convencidos. Su ingratitud oprimía sus almas y los separaba de Dios.

Dios no acepta la confesión sin sincero arrepentimiento y reforma.  Debe haber un cambio decidido en la vida; toda cosa que sea ofensiva a Dios debe dejarse. Esto será el resultado de una verdadera tristeza por el pecado.  Se nos presenta claramente la obra que tenemos que hacer de nuestra parte.

“¡Lavaos,  limpiaos; apartad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos; cesad de hacer lo malo; aprended a hacer lo bueno; buscad lo justo; socorred al oprimido…” (Isaías 1:16,17).

Cuando el pecado ha amortiguado la percepción moral, el injusto no discierne los defectos de su carácter, ni comprende la enormidad del mal que ha cometido y, a menos que ceda al poder convincente del Espíritu Santo, permanecerá parcialmente ciego sin percibir su pecado. Sus confesiones no son sinceras ni de corazón. Después que Adán y Eva hubieron comido de la fruta prohibida, los embargó un sentimiento de vergüenza y terror.  Cuando el Señor les habló tocante a su pecado,  Adán respondió, echando la culpa en parte a Dios y en parte a su compañera: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”. La mujer echó la culpa a la serpiente diciendo: “La serpiente me engañó, y comí” (Gen.3:12,13).  ¿Por qué hiciste la serpiente?  ¿Por qué le permitiste que entrase en el Edén? Esas eran las preguntas implicadas en la excusa de su pecado, haciendo así a Dios responsable de su caída. El espíritu de justificación propia tuvo su origen en el padre de la mentira y ha sido exhibido por todos los hijos e hijas de Adán.  Las confesiones de esta clase no son inspiradas por el Espíritu divino y no serán aceptables para Dios.  El arrepentimiento verdadero induce al hombre a reconocer su propia maldad, sin engaño ni hipocresía. 

Los ejemplos de arrepentimiento y humillación genuinos que da la Palabra de Dios revelan un espíritu de confesión sin excusa por el pecado, ni intento de justificación propia. El corazón humilde y quebrantado, enternecido por el arrepentimiento genuino, apreciará algo del amor de Dios y del costo del Calvario; y como el hijo se confiesa a un padre amoroso, así presentará el que esté verdaderamente arrepentido todos sus pecados delante de Dios.

“Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1Juan 1:9).

(Elena White)

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 219-

 

LA PREOCUPACION Y LA ANSIEDAD. Dios considera las circunstancias y la fortaleza del que va a soportar la prueba, y nunca permite que las tentaciones sean mayores que su capacidad de resistencia. Si la persona es vencida, nunca debe ponerse ésto a la cuenta de Dios.–parte 3-

LA FE PUEDE SER INVENCIBLE: Mirando las apariencias, quejándonos cuando se presentan dificultades, damos pruebas de una fe débil. Por nuestras palabras y acciones demostramos, al contrario que nuestra fe es invencible. El Señor posee recursos innumerables.

El mundo entero le pertenece. Mirad a Aquél que posee luz, potencia y capacidad. El bendecirá a todos aquellos que traten de comunicar luz y amor.

EL REMEDIO PARA LA ANSIEDAD: Y Dios cuida y sostiene todas las cosas que ha creado…No se derraman lágrimas sin que El lo note.  No hay sonrisa que  para El pase inadvertida.  Si creyéramos plenamente ésto, toda ansiedad indebida desaparecería. 

Nuestras vidas no estarían tan llenas de desengaños como ahora; porque cada cosa, grande o pequeña, debe dejarse en las manos de Dios, quien no se confunde por la multiplicidad de los cuidados, ni se abruma por su peso. 

Gozaríamos entonces del reposo del alma al cual muchos han sido por largo tiempo extraños.

LA FE DISIPA LA ANSIEDAD: Todos anhelamos la felicidad, pero muchos rara vez la encuentran debido a los métodos equivocados que usan al perseguirla en vez de luchar por ella. Debemos luchar ardientemente y combinar nuestros deseos con la fe. 

Entonces la felicidad nos embargará casi impensadamente. Cuando podamos, por desagradables que sean las circunstancias, reposemos confiadamente en su amor, y la sensación de su presencia nos inspirará un gozo profundo y sereno. 

Este proceso nos conferirá una fe que nos capacitará para no inquietarnos, ni afligirnos, sino para apoyarnos en un poder que es infinito.

EL PRINCIPIO BASICO: Los que aceptan el principio de dar al servicio y la honra de Dios el lugar supremo, verán desvanecerse las perplejidades y percibirán una clara senda delante de sus pies.

VIVIR UN DÍA A LA VEZ: UN PRINCIPIO DE MAXIMA IMPORTANCIA: El fiel cumplimiento de los deberes de hoy es la mejor preparación para las pruebas de mañana.  No amontonemos las eventualidades y los cuidados de mañana para añadirlos a la carga de hoy. 

“Basta al día su afán” (Mat.6:34)  

Disponemos solamente de un día a la vez, y en el hemos de vivir para Dios.  Por ese solo día, mediante el servicio consagrado hemos de confiar en la mano de Cristo todos nuestros planes y propósitos, depositando en El todas las cuitas, porque El cuida de nosotros.

“Yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis”. “En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza”  (Jer.29:11; Isa.30:15)

Llevemos las cargas de hoy. Debemos tener fe y confianza para hoy. No se nos pide que vivamos más de un día a la vez.  El que da fortaleza para hoy, dará fortaleza para mañana.

FORTALEZA PARA CADA PRUEBA: Nuestro Padre Celestial mide y pesa cada prueba antes de permitir que le sobrevengan al creyente. 

Considera las circunstancias y la fortaleza del que va a soportar la prueba de Dios, y nunca permite que las tentaciones sean mayores que su capacidad de resistencia. 

Si el alma se ve sobrepasada y la persona es vencida, nunca debe ponerse ésto a la cuenta de Dios, como que no proporcionó fortaleza de su gracia, sino que ello va a la cuenta del tentado, que no fue vigilante ni se dedicó a la oración, ni se apropió por la fe de las provisiones que Dios había atesorado en abundancia para él.

Cristo nunca le ha fallado a un creyente en su hora de conflicto.  El creyente debe reclamar la promesa y hacer frente al enemigo en el nombre del Señor, y no conocerá nada que se parezca al fracaso.

Elena White

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MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 143-

LAS RELACIONES HUMANAS. La honestidad es esencial. Estos no son los principios que gobiernan nuestro mundo, porque Satanás –engañador, mentiroso y opresor- es el amo, y sus súbditos lo siguen y llevan a cabo sus propósitos. -parte 3-

LA HONESTIDAD ES ESENCIAL: En todos los detalles de la vida deben mantenerse los más estrictos principios de honestidad.  Estos no son los principios que gobiernan nuestro mundo, porque Satanás –engañador, mentiroso y opresor- es el amo, y sus súbditos lo siguen y llevan a cabo sus propósitos.  Pero los cristianos sirven bajo un AMO diferente, y sus acciones deben ser llevadas a cabo en Dios, sin tomar en cuenta para nada la ganancia egoísta. 

La desviación de la perfecta limpieza en las transacciones comerciales puede ser poca cosa según algunos, pero nuestro Salvador no lo considera así.  Sus palabras en relación con ésto son claras y explícitas. 

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel” (Luc.16:10)

Si alguien se aprovecha de su vecino en cosas de poca monta, se aprovechará en mayor medida cuando se le presente la tentación.  Un falso testimonio es un asunto de poca importancia, es tan deshonesto a la vista de Dios como una falsedad en algo mucho más importante.

En el mundo cristiano de la actualidad se practica el fraude en una medida alarmante.  La gente que guarda los Mandamientos de Dios (Éxodo 20:3-17) debería demostrar que está por encima de estas cosas.  Las prácticas deshonestas, que malogran los tratos del hombre con sus semejantes, nunca deberían ser llevadas a cabo por alguien que profesa creer en la Verdad.

El pueblo de Dios le causa un gran daño a la Verdad cuando se aparta en lo más mínimo de la integridad.  Puede ser que la apariencia de alguien no sea muy agradable; puede ser que  sea deficiente en muchos sentidos, pero si tiene la reputación de ser recto y honesto, se lo respetará. 

La estricta integridad cubre muchos rasgos objetables de carácter.  La persona que se aferre insistentemente a la verdad, ganará la confianza de todos. No sólo confiarán en él sus hermanos en la fe; los incrédulos también se verán obligados a reconocer que es un hombre de honor.

LA INTEGRIDAD SIN DOBLECES ES SEMEJANTE AL ORO PURO: Los siervos de Dios están más o menos obligados a participar de las transacciones comerciales del mundo, pero deberían comprar y vender sabiendo que el ojo de Dios está sobre ellos.  No se deben usar ni balanzas falsas, ni pesas engañosas, porque son abominación para el Señor. 

En cada transacción comercial  el cristiano debe ser exactamente lo que el quiere que los demás crean que es.  Su conducta tiene la dirección que le imprimen los principios fundamentales.  No traza planes engañosos; por lo tanto no tiene nada que ocultar, nada que disimular.  Se lo podrá criticar, se lo podrá someter a prueba, pero su integridad inquebrantable resplandecerá como el oro puro.

Su palabra es digna de confianza.  Es un hombre que no se aprovecha de su prójimo.  Es amigo y benefactor de todos, y sus semejantes confían en su consejo. No trata de llenarse los bolsillos aprovechándose de las lamentables circunstancias en que se encuentra su prójimo.  Su propósito consiste en ayudar y bendecir a sus prójimos. 

Un hombre verdaderamente honesto nunca se aprovechará de la debilidad o la incompetencia para llenar su propia bolsa. Acepta el justo equivalente de lo que expende.  Si hay defectos en los artículos que vende, lo dice francamente, aunque al hacerlo esté obrando en contra de sus propios intereses.(Elena White)

 

  Continúa en parte 144

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