MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 143-
LAS RELACIONES HUMANAS. La honestidad es esencial. Estos no son los principios que gobiernan nuestro mundo, porque Satanás –engañador, mentiroso y opresor- es el amo, y sus súbditos lo siguen y llevan a cabo sus propósitos. -parte 3-
LA HONESTIDAD ES ESENCIAL: En todos los detalles de la vida deben mantenerse los más estrictos principios de honestidad. Estos no son los principios que gobiernan nuestro mundo, porque Satanás –engañador, mentiroso y opresor- es el amo, y sus súbditos lo siguen y llevan a cabo sus propósitos. Pero los cristianos sirven bajo un AMO diferente, y sus acciones deben ser llevadas a cabo en Dios, sin tomar en cuenta para nada la ganancia egoísta.
La desviación de la perfecta limpieza en las transacciones comerciales puede ser poca cosa según algunos, pero nuestro Salvador no lo considera así. Sus palabras en relación con ésto son claras y explícitas.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel” (Luc.16:10)
Si alguien se aprovecha de su vecino en cosas de poca monta, se aprovechará en mayor medida cuando se le presente la tentación. Un falso testimonio es un asunto de poca importancia, es tan deshonesto a la vista de Dios como una falsedad en algo mucho más importante.
En el mundo cristiano de la actualidad se practica el fraude en una medida alarmante. La gente que guarda los Mandamientos de Dios (Éxodo 20:3-17) debería demostrar que está por encima de estas cosas. Las prácticas deshonestas, que malogran los tratos del hombre con sus semejantes, nunca deberían ser llevadas a cabo por alguien que profesa creer en la Verdad.
El pueblo de Dios le causa un gran daño a la Verdad cuando se aparta en lo más mínimo de la integridad. Puede ser que la apariencia de alguien no sea muy agradable; puede ser que sea deficiente en muchos sentidos, pero si tiene la reputación de ser recto y honesto, se lo respetará.
La estricta integridad cubre muchos rasgos objetables de carácter. La persona que se aferre insistentemente a la verdad, ganará la confianza de todos. No sólo confiarán en él sus hermanos en la fe; los incrédulos también se verán obligados a reconocer que es un hombre de honor.
LA INTEGRIDAD SIN DOBLECES ES SEMEJANTE AL ORO PURO: Los siervos de Dios están más o menos obligados a participar de las transacciones comerciales del mundo, pero deberían comprar y vender sabiendo que el ojo de Dios está sobre ellos. No se deben usar ni balanzas falsas, ni pesas engañosas, porque son abominación para el Señor.
En cada transacción comercial el cristiano debe ser exactamente lo que el quiere que los demás crean que es. Su conducta tiene la dirección que le imprimen los principios fundamentales. No traza planes engañosos; por lo tanto no tiene nada que ocultar, nada que disimular. Se lo podrá criticar, se lo podrá someter a prueba, pero su integridad inquebrantable resplandecerá como el oro puro.
Su palabra es digna de confianza. Es un hombre que no se aprovecha de su prójimo. Es amigo y benefactor de todos, y sus semejantes confían en su consejo. No trata de llenarse los bolsillos aprovechándose de las lamentables circunstancias en que se encuentra su prójimo. Su propósito consiste en ayudar y bendecir a sus prójimos.
Un hombre verdaderamente honesto nunca se aprovechará de la debilidad o la incompetencia para llenar su propia bolsa. Acepta el justo equivalente de lo que expende. Si hay defectos en los artículos que vende, lo dice francamente, aunque al hacerlo esté obrando en contra de sus propios intereses.(Elena White)
Continúa en parte 144
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