MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 140-
LAS DUDAS. Se hiere el corazón de Cristo al dudar, cuando El nos ha dado evidencias de su amor al dar su vida para salvarnos… tuviéramos vida eterna.–parte 5-
“Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”
DUDAS CONSIDERADAS COMO HECHOS REALES: El método general que se aplica para educar a los jóvenes, no cumple la norma de la verdadera educación. La infidelidad está entretejida en los temas que se publican en los libros de texto, y se considera que los oráculos de Dios son cuestionables y hasta objetables.
De este modo las mentes de los jóvenes se familiarizan con las sugerencias de Satanás, y las dudas que antes se albergaban se convierten en supuestamente en hechos probados, y la investigación científica que se lleva a cabo resulta engañosa como consecuencia de la manera como se interpretan y se pervierten los descubrimientos hechos.
QUE HACER CON LA DUDA: Se hiere el corazón de Cristo al dudar, cuando El nos ha dado tantas evidencias de su amor al dar su vida para salvarnos para que no pereciéramos sino que tuviéramos vida eterna. Nos ha dicho exactamente lo que tenemos que hacer: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.
LAS DUDAS DESAPARECEN CUANDO SOMOS BENDICIÓN PARA LOS DEMÁS: Hay muchos que se quejan de sus dudas, que se lamentan de inseguridad en su relación con Dios. Esto a menudo es consecuencia de que no están haciendo nada a favor de la causa del Señor. Traten fervientemente de ayudar y bendecir a los demás, y sus dudas y desánimo desaparecerán.
Los que están constantemente hablando de sus dudas y exigiendo evidencia adicional para disipar su nube de incredulidad, no están edificando sobre la Palabra. Su fe reposa sobre circunstancias; se basan en los sentimientos. Pero éstos por placenteros que sean, no son fe. La Palabra de Dios es el fundamento sobre el cual se debe edificar nuestra esperanza del cielo.
PERMITAN QUE LOS RAYOS DE LUZ DISIPEN LAS SOMBRAS DE LA DUDA: Necesitamos llenarnos de toda la plenitud de Dios, y entonces tendremos vida, poder, gracia y salvación.
¿Cómo podemos lograr estas grandes bendiciones? Cristo murió para que pudiéramos recibirlas por la fe en su nombre. Nos ha ofrecido ampliamente luz y vida. Entonces, ¿por qué tenemos que insistir en fijar clavos para colgar de ellos nuestras dudas?
¿Por qué no permitimos que los brillantes rayos del Sol de justicia resplandezcan en las cámaras del corazón y la mente, y disipen las sombras de la incredulidad? Vuélvanse a la Luz, a Jesús, el precioso Salvador.
En lugar de contemplar las fallas y los defectos de otro ser humano, vuélvanse para considerar a Aquél en quien no hay imperfección. Jesús es el “señalado entre diez mil”, el que es “todo amable”. Ningún ser humano debe ser nuestro modelo. Dios nos ha dado un modelo perfecto en su Hijo unigénito, y al contemplarlo nos transformaremos a su imagen. Miren a Cristo, cuyo trono es alto y sublime y cuyo manto de gloria llena el templo.
Elena White