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NUTRICION, DIETA Y SALUD-ELEMENTOS QUE INTERVIENEN–parte 77-

ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA NUTRICION –parte 76-

ENZIMAS-parte 2-

LA FUNCION DE LAS ENZIMAS

Las enzimas se suelen dividir en dos grupos: digestivas y metabólicas. Las digestivas se secretan a lo largo del tracto gastrointestinal y descomponen los alimentos. Esto permite que los nutrientes sean absorbidos en el torrente sanguíneo para ser utilizados en diversas funciones corporales.  Hay tres categorías principales de enzimas digestivas: amilasa, proteasa y lipasa. 

La amilasa, que se encuentra en la saliva y en los jugos pancreáticos e intestinales, degrada los carbohidratos.  Distintas clases de amilasa degradan tipos específicos de azucares. Por ejemplo, la lactasa degrada el azúcar de la leche (lactosa); la maltasa, el azúcar de la malta (maltosa), y la sucrasa, el azúcar de caña y de remolacha (sacarosa). 

La proteasa, que se encuentra en los jugos estomacales, pancreáticos e intestinales, ayuda a digerir las proteínas.  La lipasa, que se encuentra tanto en los jugos  estomacales y pancreáticos como en las grasas de los alimentos, contribuye a la digestión de las grasas.

Las enzimas metabólicas son las encargadas de catalizar las diversas reacciones químicas que se llevan a cabo dentro de las células, como la producción de energía y la desintoxicación.  Todos los órganos, tejidos y células del organismo son dirigidos por las enzimas metabólicas.

Estas enzimas son los obreros que construyen el organismo a partir de las proteínas, los carbohidratos y las grasas.  Las enzimas metabólicas se encuentran en la sangre, los órganos y los tejidos, donde cada una cumple una tarea específica.  Cada tejido del organismo cuenta con un conjunto específico de enzimas metabólicas.

Dos enzimas metabólicas de inmensa importancia son superoxide dismutase (SOD) y su compañera, catalasa. El SOD es un antioxidante que protege a las células atacando aun radical libre común, el superoxide.  La catalasa degrada el peróxido de hidrogeno, un producto metabólico de desecho, y libera oxigeno que el organismo utiliza.

ENZIMAS ALIMENTARIAS

A pesar de que el organismo produce enzimas, también las puede obtener de los alimentos.  Infortunadamente, las enzimas son sumamente sensibles al calor. Incluso una temperatura moderada (118 grados F o más) destruye la mayoría de las enzimas de los alimentos. 

Por esta razón, para obtener enzimas dietéticas los alimentos se deben comer crudos.  Consumir los alimentos crudos o tomar enzimas en suplemento evita que se agoten las enzimas propias del organismo y, por tanto, mitiga el estrés al cual está sometido el cuerpo.

Las enzimas se encuentran en muchos alimentos diferentes, tanto de origen vegetal como animal.  El aguacate, la papaya, la piña, el banano y el mango son frutas con alto contenido de enzimas.  Los brotes constituyen la fuente más rica.  La papaya verde y la piña son excelentes fuentes de enzimas.  La papaína y la bromelaína -enzimas que se extraen de la papaya y la piña, respectivamente- son enzimas proteolíticas.

Muchos alimentos grasosos también suministran lipasa, una enzima que degrada las grasas.  De hecho, la grasa de los alimentos que solo se expone a la lipasa pancreática (la lipasa que produce el organismo) en los intestinos no se digiere igual de bien que la grasa que primero se somete a la acción de la lipasa de los alimentos en el estómago. 

La lipasa del páncreas digiere la grasa en un medio altamente alcalino (los intestinos), mientras que la lipasa de la grasa de los alimentos actúa en un medio más acido (el estómago).  La extracción óptima de los nutrientes de la grasa depende del funcionamiento de las distintas enzimas que digieren la grasa en etapas sucesivas.

El superoxide dismutase (SOD) se presenta de manera natural en diversos alimentos, como barley grass, brócoli, col de Bruselas, cabbage, wheatgrass y la mayor parte de los vegetales verdes.

Continúa en parte 78   

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