DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES
LA MUERTE Y LA RESURRECCION– Aunque la gente nace siendo mortal, la Biblia los anima a buscar la inmortalidad (véase Rom.2:7)-Jesucristo es la fuente de esta inmortalidad-parte 2-
LA INMORTALIDAD Y LA MUERTE. (continuación)
INMORTALIDAD CONDICIONAL. En la creación, “Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Gen.2:7). La creación nos revela que el hombre obtuvo la vida de Dios (compárese con Hech.17:25, 28; Col. 1:16, 17). El corolario de este hecho básico es que la inmortalidad no es un atributo humano sino un don de Dios.
Cuando Dios creó a Adán y Eva, les dio libre albedrío –poder para escoger–. Podían obedecer o desobedecer, y su existencia continuada dependería de su continua obediencia mediante el poder de Dios. De modo que la posesión del don de la inmortalidad era condicional.
Dios explicó cuidadosamente las consecuencias que sufrirían al hacer mal uso de su don –comer del “árbol de la ciencia del bien y del mal”–. Dios les advirtió: “El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gen.2:17).
LA MUERTE:LA PAGA DEL PECADO. Contradiciendo la advertencia de Dios que la desobediencia les traería la muerte, Satanás les aseguró: “No moriréis” (Gen.3:4). Pero después que transgredieron el mandato de Dios, Adán y Eva descubrieron que la paga del pecado es, en verdad, la muerte (Rom.6:23). Por su pecado debieron oír esta frase: “Polvo eres, y al polvo volverás” (Gen.3:19). Estas palabras no apuntan a la continuación de la vida sino a su terminación.
Después de haberle dado esta sentencia, Dios marginó a la pareja pecaminosa del árbol de la vida para que no “coma y viva para siempre” (Gen.3:22). Su acción indicó claramente que la inmortalidad prometida a condición de la obediencia se había perdido por el pecado. Ahora se habían convertido en mortales, sujetos a la muerte. Y como Adán no podía transmitir lo que ya no poseía, “la muerte pasó a todos los hombres, por cuánto todos pecaron” (Rom.5:12).
Fue sólo la misericordia de Dios lo que hizo que Adán y Eva no murieran inmediatamente. El Hijo de Dios había ofrecido dar su vida para que ellos tuvieran otra oportunidad. El fue “el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apoc.13:8).
ESPERANZA PARA LA HUMANIDAD. Aunque la gente nace siendo mortal, la Biblia los anima a buscar la inmortalidad (véase Rom.2:7) Jesucristo es la fuente de esta inmortalidad: “La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom.6:23; compárese con 1 Juan 5:11). Jesús”quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad” (2Tim. 1:10). “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1Cor. 15:22). Cristo mismo dijo que su voz abriría sepulcros y resucitaría a los muertos (Juan 5:28, 29).
“PORQUE DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE HA DADO A SU HIJO UNIGÉNITO, PARA QUE TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA” (Juan 3:16). De modo que el creer en Cristo no sólo anula la sentencia de muerte, sino asegura también a los creyentes el don precioso de la inmortalidad. CRISTO COMPRÓ Y “SACÓ A LUZ LA VIDA Y LA INMORTALIDAD POR EL EVANGELIO” (2 TIM.2:10).
Continúa parte 3
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