DOCTRINA DE LA VIDA CRISTIANA
La conducta cristiana-el estilo de vida de un seguidor de Dios-surge como nuestra respuesta agradecida a la magnífica salvación de Dios por medio de Cristo. Pablo apela a todos los cristianos diciendo: “Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom.12:1, 2). Por eso los cristianos protegen y desarrollan voluntariamente sus facultades mentales, físicas y espirituales, con el fin de honrar a su Creador y Redentor.
CRISTO ORÓ DICIENDO:”No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17: 15, 16). ¿Cómo puede un cristiano estar en el mundo y a la vez separarse de él? ¿Cómo debe el estilo de vida del cristiano diferenciarse del que prevalece en el mundo?
Los cristianos deben adoptar un estilo de vida diferente, no con el fin de ser diferentes, sino porque Dios los ha llamado a vivir en base a principios.
LA CONDUCTA Y LA SALVACIÓN. Al determinar que conducta es apropiada, debemos evitar los extremos. “Vosotros hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne” (Gal.5:13). Si bien es cierto que nuestra conducta y nuestra espiritualidad están estrechamente relacionadas, nunca podremos ganar la salvación por medio de una conducta correcta. Más bien la conducta cristiana es un fruto natural de la salvación, y se basa en lo que Cristo ya logró realizar a favor nuestro en el Calvario.
TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO. No sólo la iglesia, sino también el individuo es un templo para la morada del Espíritu Santo: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cuál está en vosotros, el cuál tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 Cor.6:19).
Los cristianos, por tanto, practican los hábitos de la buena salud con el fin de proteger la mente, el lugar donde mora el Espíritu de Cristo. Por esta razón, la importancia de tener hábitos correctos de salud. El llamado que Dios hace a la santidad incluye un llamado a disfrutar de salud tanto física como espiritual. “Cualquier cosa que debilite la razón, perjudique la sensibilidad de la conciencia, oscurezca nuestro sentido de Dios, y disminuya la fortaleza y autoridad que debe tener nuestra mente sobre el cuerpo, es mala, no importa cuán inocente pueda ser en sí misma”.
Las leyes de Dios, que incluyen las leyes de salud, no son arbitrarias, sino que han sido dispuestas por nuestro Creador para permitirnos gozar al máximo de la vida. Satanás, el enemigo desea robarnos la salud, el gozo y la paz mental, y por fin destruirnos (véase Juan 10:10).
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