MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 218-
LA PREOCUPACION Y LA ANSIEDAD. Hay seguridad cuando se confía en Dios continuamente; no existirá un temor constante de males futuros. Tenemos un Padre Celestial que se preocupa por sus hijos. -parte 2-
LA RESPONSABILIDAD DE DIOS Y LA NUESTRA: Cuando nosotros mismos nos encargamos de manejar las cosas que nos conciernen, confiando en nuestra propia sabiduría para salir airosos, asumimos una carga que El no nos ha dado, y tratamos de llevarla sin su ayuda.
Nos imponemos la responsabilidad que pertenece a Dios y así nos colocamos en su lugar. Con razón podemos entonces sentir ansiedad y esperar peligros y pérdida, que seguramente nos sobrevendrán.
Cuando creamos realmente que Dios nos ama y quiere ayudarnos, dejaremos de acongojarnos por el futuro. Confiaremos en Dios así como un niño confía en su padre.
Entonces desaparecerán todos nuestros tormentos y dificultades; porque nuestra voluntad quedará absorbida por la voluntad de Dios.
CUIDADO Y ANSIEDAD PEDIDOS EN PRESTAMO: Hay seguridad cuando se confía en Dios continuamente; no existirá un temor constante de males futuros. Estos cuidados y ansiedades prestados desaparecerán. Tenemos un Padre Celestial que se preocupa por sus hijos, y quiere que su gracia sea suficiente en todo momento de necesidad, y así lo hace.
DEJEMOS EL FUTURO EN LAS MANOS DE DIOS: Aunque se suplan sus necesidades presentes, muchos se niegan a confiar en Dios para el futuro, y viven en constante ansiedad por el temor de que los alcance la pobreza, y de que sus hijos tengan que sufrir a causa de ellos.
Algunos están siempre en espera del mal, o agrandan de tal manera las dificultades reales, que sus ojos se incapacitan para ver las muchas bendiciones que demandan su gratitud.
Los obstáculos que encuentran, en vez de guiarlos a buscar la ayuda de Dios, única fuente de fortaleza, los separan de El, porque despiertan inquietud y quejas…
Jesús es nuestro amigo; todo el cielo está interesado en nuestro bienestar; y nuestra ansiedad y temor apesadumbran al Santo Espíritu de Dios. No debemos abandonarnos a la ansiedad que nos irrita y desgasta, y que en nada ayuda a soportar las pruebas.
UNA ANSIEDAD INDEBIDA: Dios no condena la prudencia y la previsión en el uso de las cosas de esta vida, pero la preocupación febril y la ansiedad indebida, no están de acuerdo con su voluntad.
LA ANSIEDAD DEBILITA LA ENERGIA FISICA: Las pruebas y penurias sufridas por Pablo habían socavado sus fuerzas físicas.
CRISTIANOS CON CORAZONES ANSIOSOS: Muchos de los que profesan seguir a Cristo se sienten angustiados, porque temen confiarse a Dios.
No se han entregado por completo a El, y retroceden ante las consecuencias que semejante entrega podría implicar. Pero a menos que se entreguen a Dios no podrán hallar paz.
MINUTO A MINUTO: No se entristezcan ni se preocupen; no vale la pena hacerlo. Recuerden las palabras de Cristo:
“Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mar.14:38)
Cristo es el Salvador personal de todos. Crean que su poder salvador se ejerce a favor de todos minuto a minuto, hora tras hora. Está al lado de nosotros en todo momento de necesitad.
NO CRUCEMOS LOS PUENTES ANTES DE TIEMPO: Ahora queremos actuar como individuos redimidos por la sangre de Cristo; debemos regocijarnos en esa sangre y en el perdón de los pecados.
Esto es lo que tenemos que hacer y quiera Dios ayudarnos a apartar nuestras mentes de las escenas lúgubres y pensar en las cosas que nos van a dar luz.
“Por nada estéis afanosos” (Fil.4:6)
¿Qué significa ésto? Que no crucemos el puente antes de haber llegado a él. No nos fabriquemos un tiempo de angustia antes de que éste llegue. Tenemos que pensar en el día de hoy, y si hacemos bien las tareas de hoy, estaremos listos para los deberes de mañana.
Elena White
Continúa en parte 219
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