MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 164-
PSICOLOGIA PRÁCTICA-parte 1-
COMPARTIENDO CONFIDENCIAS: Debemos ir a Jesús y explicarle todas nuestras necesidades. Ninguna persona debe actuar como confesor, ni ningún hombre debe ser exaltado como supremo. –parte 1-
LA CONFIANZA PRODUCE PAZ MENTAL: Cristo pregunta a cada uno de los que profesan su nombre: “¿Me amas tú?”. Si amamos a Jesús, amaremos las almas por las cuales murió.
Puede ser que alguien no tenga una apariencia muy agradable, tal vez sea deficiente en muchos aspectos; pero si tiene fama de honrado e íntegro, conquistará la confianza de los demás. El amor a la verdad y la confianza que los hombres pueden depositar en El superarán los rasgos objetables de su carácter.
El ser dignos de confianza en nuestro puesto y vocación, el estar dispuestos a negarnos a nosotros mismos para beneficio de los demás, impartirá paz al espíritu y nos brindará el favor de Dios.
REACCION ANTE LA CONFIANZA TRAICIONADA: Hasta el día del juicio no conoceremos la influencia de un trato bondadoso y respetuoso para con el débil, el falto de corazón y el indigno. Cuando tropezamos con la ingratitud y la traición de los cometidos sagrados, nos sentimos impulsados a manifestar desprecio e indignación.
Esto es lo que espera el culpable, y se prepara para ello. Pero la prudencia bondadosa lo sorprende, y suele despertar sus mejores impulsos y el deseo de llevar una vida más noble.
NUESTRO CONFIDENTE ES JESUS: Son pocos los que aprecian o aprovechan debidamente el precioso privilegio de la oración. Debemos ir a Jesús y explicarle todas nuestras necesidades. Podemos presentarle nuestras pequeñas cuitas y perplejidades, como también nuestras dificultades mayores.
Debemos llevar al Señor en oración cualquier cosa que se suscite para perturbarnos o angustiarnos. Cuando sintamos que necesitamos la presencia de Cristo a cada paso, Satanás tendrá poca oportunidad de introducir sus tentaciones.
Su estudiado esfuerzo consiste en apartarnos de nuestro mejor Amigo, el que más simpatiza con nosotros. A nadie, fuera de Jesús, debiéramos hacer nuestro confidente. Podemos comunicarle con seguridad todo lo que está en nuestro corazón.
PRECAUCIÓN ACERCA DE LAS CONFESIONES: NINGUNA PERSONA DEBE ACTUAR COMO CONFESOR, NI NINGÚN HOMBRE DEBE SER EXALTADO COMO SUPREMO.
NUESTRA OBRA CONSISTE EN HUMILLAR EL YO Y EXALTAR A CRISTO. DESPUÉS DE SU RESURRECCIÓN, EL SALVADOR PROMETIO QUE SU PODER ACOMPAÑARIA A TODOS LOS QUE SALIERAN EN SU NOMBRE.
NECESITAMOS RECORDAR CONTINUAMENTE LA ORACIÓN DE CRISTO PARA QUE EL YO FUESE SANTIFICADO POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA.
HAGAMOS DE DIOS NUESTRO CONFESOR: Cada uno necesita una experiencia práctica respecto de confiar en Dios por sí mismo. Que ningún hombre llegue a ser nuestro confesor; abramos nuestro corazón a Dios; contémosle todo secreto de nuestra alma.
Presentémosle nuestras dificultades, grandes y pequeñas, y El nos mostrará como salir de todas. Sólo El puede saber como darnos precisamente la ayuda que necesitamos.
CONFESE MIS PECADOS A DIOS Y EL ME PERDONO: No es digno de alabanza hablar de nuestras debilidades y desalientos. Que cada cual diga: He caído muchas veces, no obstante lo cual El ha extendido su mano para salvarme. He hablado con El acerca de todas mis equivocaciones.
He confesado con vergüenza y pesar lo que he deshonrado. Miré a la cruz y dije: El sufrió todo ésto por mí. El Espíritu Santo me ha mostrado mi ingratitud. El que no conoció pecado ha perdonado mi pecado. Me invita a participar de una vida más elevada, más noble y yo prosigo hacia lo que está delante de mí. (Elena White)
Continúa en parte 165
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