MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 101-
LA COMUNICACIÓN. La voz y la lengua son dones de Dios. Las palabras significan muchísimo. La lengua es un mundo de bendición o un mundo de iniquidad.–parte 1-
ABARCANTE INFLUENCIA DE LAS PALABRAS: La voz y la lengua son dones de Dios, y si se la usa correctamente son un poder para Dios. Las palabras significan muchísimo. Pueden expresar amor, consagración, alabanza, melodía para Dios, u odio y venganza.
Las palabras revelan los sentimientos del corazón; pueden ser un sabor de vida para vida o de muerte para muerte. La lengua es un mundo de bendición o un mundo de iniquidad. (Leer Santiago 3)
¿GRANIZO DESOLADOR O SEMILLAS DE AMOR?: Puede verse que algunos vienen de su diaria comunión con Dios revestidos con la mansedumbre de Cristo. Sus palabras no son como granizo desolador que aplasta todo a su paso; de sus labios emana dulzura. En forma completamente inconsciente, esparcen semillas de amor y bondad a lo largo de toda su senda, porque tienen a Cristo en el corazón. Su influencia se siente más de lo que se ve.
PALABRAS QUE ALEGRAN: Los gemidos que causa el pesar del mundo se oyen en todo nuestro derredor. El pecado nos apremia con su sombra, y nuestra mente debe estar lista para toda buena palabra y obra. La dulce influencia del Espíritu Santo enseña y guía los pensamientos para inducirlos a hablar palabras que alegren la senda de otros.
PALABRAS ALEGRES: Si miramos el lado luminoso de las cosas, encontraremos lo suficiente como para sentirnos alegres y felices. Si ofrecemos sonrisas, la recibiremos de vuelta; si pronunciamos palabras agradables y alegres, nos serán dichas otra vez.
PALABRAS CRISTOCENTRICAS: Las palabras de los hombres expresan sus propios pensamientos humanos, pero las de Cristo son espíritu y son vida. Los ángeles están atentos para oír que clase de informes damos al mundo acerca de nuestro Señor. Conversemos de Aquel que vive para interceder por nosotros ante el Padre.
CRISTO SE REFIRIO DIRECTAMENTE AL PUNTO: En la enseñanza de Cristo no existe razonamiento largo, rebuscado y complicado. El va directamente al grano. En su ministerio leía todo corazón como un libro abierto. Tocaba el corazón y despertaba las simpatías.
FACILES DE COMPRENDER: La manera como Cristo enseñaba era bella y atrayente, y se caracterizaba siempre por la sencillez. El revelaba los misterios del reino de los cielos por el empleo de figuras y símbolos con los cuales sus oyentes estaban familiarizados; y el común del pueblo lo oía gustosamente, porque podía comprender sus palabras. No usaba palabras altisonantes, para cuya comprensión habría sido necesario consultar un diccionario.
EMPLEABA UN LENGUAJE SENCILLO: La argumentación es buena en su lugar, pero se puede lograr mucho más por medio de sencillas explicaciones de la Palabra de Dios. Cristo ilustraba sus lecciones tan claramente que los más ignorantes podían comprenderlas fácilmente. Jesús no empleaba palabras largas y difíciles en sus discursos; usaba un lenguaje sencillo, adaptado a las mentes de la gente común. En el tema que explicaba no iba más lejos que hasta donde podían seguirlo.
TEMAS SERIOS EN CONTRA DE LA INSENSATEZ SENTIMENTAL: ¿Hay algo más digno de embargar la mente que el plan de la redención? El amor de Jesús, la salvación ofrecida por este amor infinito al hombre caído, la santidad del corazón, la verdad preciosa y salvadora para estos postreros días, la gracia de Cristo; éstos son temas que pueden animar el alma, y hacer sentir a los puros de corazón aquel gozo que los discípulos sintieron cuando Jesús vino y anduvo con ellos mientras viajaban a Emaús.
El que ha concentrado sus afectos en Cristo apreciará esta clase de asociación santificada, y recibirá fuerza divina por un trato tal; pero el que no tiene aprecio por esta clase de conversación prefiere hablar de insensateces sentimentales, se ha alejado de Dios, y va muriendo para las aspiraciones altas y nobles. Los tales interpretan lo sensual y terrenal como si fuese celestial. (Elena White)
Continúa en parte 102
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