MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 81-
EL RECHAZO- (tema motivador)- Algunos magnifican muchísimo las aparentes dificultades, y entonces comienzan a tenerse lástima y a dar lugar al desaliento. El éxito o el fracaso en esta vida dependen mucho de la manera como se disciplinan los pensamientos.-parte1-
MAGNIFICACION DE LAS DIFICULTADES APARENTES: Algunos magnifican muchísimo las aparentes dificultades, y entonces comienzan a tenerse lástima y a dar lugar al desaliento. Los tales necesitan que se produzca en ellos un cambio total. Necesitan disciplinarse, hacer un esfuerzo y vencer todo sentimiento pueril. Deberían decidirse a no malgastar la vida en nimiedades…
Todos deberían tener un propósito, un objetivo en la vida. Deberían ceñir los lomos de la mente y adiestrar los pensamientos para que se concentraran en el punto, como la brújula al polo. La mente debería transcurrir por los canales adecuados, de acuerdo con los planes bien delineados. Entonces cada paso sería hacia adelante…El éxito o el fracaso en esta vida dependen mucho de la manera como se disciplinan los pensamientos.
NO HAY RAZÓN PARA DESESPERAR: Nadie tiene por que entregarse al desaliento ni a la desesperación. Puede Satanás presentarse, insinuando despiadadamente “Tu caso es desesperado. No tienes redención”. Hay sin embargo esperanza en Cristo para todos.
Dios no nos exige que venzamos con nuestras propias fuerzas. Nos invita a que nos pongamos muy junto a El. Cualesquiera sean las dificultades que nos abrumen y que opriman alma y cuerpo, Dios aguarda para libertarnos.
CUIDADO CON TENERSE LASTIMA: Necesitamos desconfiar de la compasión propia. Jamás permitamos sentir que no se nos aprecia debidamente ni se tienen en cuenta nuestros esfuerzos, o que nuestro trabajo es demasiado difícil.
Toda murmuración sea acallada por el recuerdo de lo que Cristo sufrió por nosotros. Recibimos mejor trato que el que recibió nuestro Señor. La autoconmiseración deteriora los caracteres de los que albergan esos sentimientos, y ejerce una influencia que malogra la felicidad de los demás.
CAPACIDAD PARA SOPORTAR LA INDIFERENCIA: El alma que ama a Dios se eleva por encima de la neblina de la duda; obtiene un conocimiento experimental brillante, amplio, profundo y viviente, y se vuelve humilde y semejante a Cristo en Dios. Podrá sufrir la prueba de la indiferencia, los ultrajes y el desprecio, porque su Salvador sufrió todo eso.
No llegará a estar malhumorado o desanimado cuando lo opriman las dificultades, porque Jesús no fracasó ni llegó a desanimarse. Cada verdadero cristiano será fuerte no con la fortaleza ni los méritos de sus buenas obras, sino en la justicia de Cristo que le es imputada por medio de la fe. Es algo grande ser humilde y manso de corazón, ser puro e incontaminado como lo fue el Príncipe del cielo cuando anduvo entre los hombres.
NO NOS PREOCUPEMOS POR LA INDIFERENCIA DE LOS DEMÁS: Es el amor a nosotros mismos lo que destruye nuestra paz. Mientras viva el yo, estaremos siempre dispuestos a protegerlo contra los insultos y la mortificación; pero cuando hayamos muerto al yo y nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios, no tomaremos a pecho los desdenes y desaires. Seremos sordos, a los vituperios y ciegos al escarnio y ultraje.
EL DESALIENTO ES UN FRUTO DEL EXCESO DE TIEMPO LIBRE: El desaliento es con frecuencia el resultado del exceso de tiempo libre. Las manos y la mente deberían estar ocupadas en actividades útiles, que contribuyan a aliviar la carga de los demás; quienes se dedique a esto se beneficiarán también a sí mismos.
La ociosidad da tiempo para espaciarse en dolores imaginarios, y con frecuencia los que no enfrentan verdaderas dificultades las piden prestadas a cuenta del futuro. (Elena White)
Continúa en parte 82
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