MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 54-
LA INFLUENCIA DE LA PERCEPCION. Por la contemplación nos transformamos. Al nutrir pensamientos impuros en su mente, el hombre puede educarla de tal manera que el pecado que antes odiaba se le vuelva agradable. parte 3-
SE PUEDE EDUCAR LA MENTE PARA ACEPTAR EL PECADO: Antes que el cristiano peque abiertamente, se verifica en su corazón un largo proceso de preparación que el mundo ignora. La mente no desciende inmediatamente de la pureza y la santidad a la depravación, la corrupción y el delito.
Se necesita tiempo para que los que fueron formados en la semejanza de Dios se degraden hasta llegar a lo brutal o satánico. Por la contemplación nos transformamos. Al nutrir pensamientos impuros en su mente, el hombre puede educarla de tal manera que el pecado que antes odiaba se le vuelva agradable.
LAS FACULTADES LLEGAN A SER JUGUETES DEL ENEMIGO: Dios no da permiso al hombre para violar las leyes de su ser. Pero el hombre, al ceder a las tentaciones de Satanás complaciéndose en la intemperancia, pone las facultades superiores bajo el dominio de los apetitos y las pasiones animales.
Cuando éstos logran ascendiente, el hombre, que fue creado poco inferior a los ángeles, con facultades susceptibles del más elevado cultivo, se entrega al control de Satanás, y éste tiene fácil acceso a aquéllos que están esclavizados por los apetitos.
Por causa de la intemperancia, algunos sacrifican sus facultades físicas, mentales y morales, y se hacen juguetes del enemigo.
NO NOS ESPACIEMOS EN EL PODER DE SATANÁS: Contemplando es como somos transformados. Espaciándonos en y de nuestro Salvador, admirando la perfección del carácter divino y apropiándonos de la justicia de Cristo por la fe, hemos de ser transformados a su misma imagen.
Las iniquidades, las corrupciones y los desalientos, evidencian el poder de Satanás, para grabarlos en nuestra memoria, para hablar de ellos y lamentarnos hasta que nuestras almas estén llenas de desaliento.
Un alma desalentada está en tinieblas, y no solo deja de recibir ella misma la luz de Dios, sino que impide que llegue a otros. Satanás se deleita viendo los triunfos que obtiene al restar fe y aliento a los seres humanos.
LA INFLUENCIA DEL AMBIENTE: Cuanto más alegre sea la atmósfera en que nos encontremos, más esperanzados estaremos. Por muy elegantemente amueblada que esté la casa, al estar encerrados en ella nos volveremos irritables y sombríos.
Por medio de las bellezas de la naturaleza, donde se puedan ver flores y oír cantar los pájaros, el corazón armonizará con el ambiente. El cuerpo y la mente obtendrán alivio. La inteligencia despertará, la imaginación se avivará, y la mente quedará preparada para apreciar la belleza de la Palabra de Dios.
(Elena White)
Continúa en parte 55
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