MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 50-
LA CONCIENCIA. …llenas de verdad con respecto ojo corporal, y también son ciertas con respecto al ojo espiritual, la conciencia, con la cual evaluamos el bien y el mal.–parte2-
LA DIETA AFECTA LA CONCIENCIA: Los alimentos estimulantes afiebran la sangre, excitan el sistema nervioso y con demasiada frecuencia embotan la sensibilidad moral, de modo que la razón y la conciencia son vencidas por los impulsos sensuales.
LA SALUD Y LA CONCIENCIA: La salud es una bendición inestimable, que está más íntimamente relacionada con la conciencia y la religión de lo que muchos piensan. Tiene mucho que ver con la capacidad de uno. Todo predicador debe tener presente el sentimiento de que para ser un fiel guardián del rebaño debe conservar todas las facultades en condición de prestar mejor servicio posible.
LA CONCIENCIA ES UN AGENTE EFECTIVO PARA RESTAURAR LA SALUD: Aunque estemos angustiados y afligidos, no tenemos que cerrarnos como las hojas de una rama seca. La alegría y la buena conciencia son mejores que los remedios, y servirán de agentes eficaces en la restauración de nuestra salud.
ES POSIBLE ESTAR CONCIENZUDAMENTE EQUIVOCADOS: Muchos abrigan la idea que un hombre puede practicar cualquier cosa que él crea concienzudamente que es correcto. No todas las conciencias armonizan entre sí, ni son igualmente inspiradas.
Algunas están muertas, cauterizadas. Los hombres pueden estar concienzudamente equivocados o concienzudamente en lo correcto. Pablo no creía en Jesús de Nazaret, y persiguió a los cristianos de ciudad en ciudad, creyendo realmente que estaba sirviendo a Dios.
LAS PERCEPCIONES HUMANAS SON UNA GUÍA INESTABLE: “La lámpara del cuerpo es el ojo, así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? (Mateo 6:22-23).
Estas palabras están llenas de verdad con respecto al ojo corporal, con el cual vemos los objetos externos. Y también son ciertas con respecto al ojo espiritual, la conciencia, con la cual evaluamos el bien y el mal. Si el ojo del alma, la conciencia, es perfectamente saludable, el alma será bien enseñada.
Pero cuando la conciencia es guiada por las percepciones humanas, que no están subyugadas ni suavizadas por la gracia de Cristo, la mente está enferma. Las cosas no se ven en su verdadera relación. La imaginación se sobreexcita, y el ojo de la mente ve las cosas bajo una luz distorsionada y falsa.
Necesitamos una visión clara y llena de simpatía. Nuestra conciencia ha sido violada, y se ha endurecido, pero si seguimos una conducta correcta, recibiremos una renovada sensibilidad.
CUANDO PODEMOS CONFIAR EN LA CONCIENCIA: Por ejemplo decimos “Mi conciencia no me condena al no guardar los Mandamientos de Dios”. Pero en la Palabra de Dios leemos que hay buenas y malas conciencias, y el hecho de que su conciencia no lo condene al no guardar la Ley de Dios no demuestra que estamos sin condenación a la vista de EL.
Llevemos nuestra conciencia a la Palabra de Dios y veamos si nuestra vida y carácter están en armonía con la norma de justicia que Dios ha revelado allí. Entonces podemos decidir si tenemos una fe inteligente o no y que clase de conciencia tenemos. No podemos confiar en la conciencia del hombre a menos que esté bajo la influencia de la gracia divina.
Satanás se aprovecha de la conciencia no iluminada, y por ella conduce a los hombres a toda clase de engaños, porque no han hecho de la Palabra de Dios su consejera. Muchos han inventado un evangelio propio de la misma manera en que han sustituído con una ley propia la Ley de Dios.
LA PALABRA DE DIOS ES LA NORMA: No basta que el hombre se considere seguro siguiendo los dictados de su conciencia…La cuestión que debe aclararse es ésta: ¿Está la conciencia en armonía con la Palabra de Dios?
Si no lo está, sus dictados no pueden seguirse con seguridad, porque engañarán. La conciencia debe ser esclarecida por Dios. Debe dedicarse tiempo al estudio de las Escrituras y la adoración. Así la mente será afirmada, fortalecida y arraigada. (Elena White)
Continúa en parte 51
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