MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 18-
LA MENTE, LA CIUDADELA.…Se olvidaron de Dios, descuidaron la oración, y fomentaron un espíritu de seguridad y confianza en sí mismos. Así precisamente es como Satanás procura la ruina del alma. parte 2-
EL OCIO, LA COMPLACENCIA PROPIA Y LA SEGURIDAD: TRAIDORES DENTRO DE LOS MUROS: Los israelitas fueron inducidos al pecado, precisamente cuando se hallaban en una condición de ocio y seguridad aparente. Se olvidaron de Dios, descuidaron la oración, y fomentaron un espíritu de seguridad y confianza en sí mismos.
El ocio y la complacencia propia dejaron la ciudadela del alma sin resguardo alguno, y entraron pensamientos viles y degradados. Los traidores que moraban dentro de los muros fueron quienes destruyeron la fortaleza de los sanos principios y entregaron a Israel en manos de Satanás. Así precisamente es como Satanás procura la ruina del alma.
Antes que el cristiano peque abiertamente, se verifica en su corazón un largo proceso de preparación que el mundo ignora. La mente no desciende inmediatamente de la pureza y la santidad a la depravación, la corrupción y el delito. Se necesita tiempo para que los que fueron formados en semejanza de Dios se degraden.
Por la contemplación nos transformamos. Al nutrir pensamientos impuros en su mente, el hombre puede educarla de tal manera que el pecado que antes odiaba se le vuelve agradable.
EL TABACO ADORMECE LA SENSIBILIDAD: De cualquier manera que se use el tabaco, afecta la constitución del ser. Es un veneno lento. Afecta el cerebro y adormece la sensibilidad de modo que la mente no pueda discernir claramente las cosas espirituales, especialmente aquellas verdades que podrían tener una tendencia a corregir su sucia complacencia.
Los que usan tabaco en cualquier forma no están limpios delante de Dios. En esta práctica es imposible que puedan glorificar a Dios en sus cuerpos y espíritus, que son de El. Y mientras usan venenos lentos y seguros, que arruinan la salud y rebajan las facultades de la mente, Dios no los puede aprobar.
El puede ser misericordioso con ellos mientras se complacen en este pernicioso hábito por ignorar el daño que les está produciendo, pero cuando se les presenta el problema en su verdadera luz, son culpables ante Dios si continúan complaciendo este grosero apetito.
LAS ARMAS DE SATANÁS: La complacencia de los apetitos carnales batallan contra el alma. El apóstol, de la manera más impresionante, se dirige a los cristianos:
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios” (Rom.12:1)
Si el cuerpo está saturado de licor y la contaminación del tabaco, no es santo ni aceptable a Dios. Satanás sabe que no lo puede ser, y por esta razón presiona con sus tentaciones a los hombres en cuanto al apetito, para poder llevarlos a la esclavitud de sus propensiones y, de esa manera, obrar su ruina.
EL FACTOR DECISIVO DE LA PASION Y EL APETITO: Si los hombres y mujeres inteligentes tienen facultades morales entorpecidas por cualquier clase de intemperancia son poco superiores a los paganos en muchos de sus hábitos. Satanás desvía constantemente a la gente de la luz salvadora a las costumbres y la moda, sin tener en cuenta la salud física, moral y mental.
El gran enemigo sabe que si predominan el apetito y la pasión, se sacrifican la salud del cuerpo y la fuerza del intelecto en el altar de la satisfacción de los apetitos y el hombre es llevado a una rápida ruina.
SI EL INTELECTO ILUMINADO LLEVA LAS RIENDAS, DOMINANDO LAS PROPENSIONES ANIMALES Y MANTENIÉNDOLAS SUJETAS A LAS FACULTADES MORALES, SATANÁS SABE QUE ES PEQUEÑO SU PODER PARA VENCER CON SUS TENTACIONES.
LO QUE PODRÍA HABER SIDO: Si los padres, miembros de las generaciones pasadas, hubiesen mantenido con firmeza el cuerpo como siervo de la mente y si no hubiesen permitido que el intelecto fuera esclavizado por las pasiones animales, en esta época habría una clase diferente de seres viviendo sobre la tierra.
ELECCION DEL CONTROL DE LA MENTE O DEL CUERPO: Todos necesitamos comprender la relación que existe entre la vida sencilla y el pensamiento elevado. A nosotros nos toca decidir individualmente si nuestras vidas han de ser regidas por la mente o por el cuerpo.
Cada uno por si mismo debe hacer la decisión que amoldara su vida, y no se debería ahorrar energía para comprender las fuerzas con las cuales tendremos que contender y las influencias que modelan el carácter y determinan el destino. (Elena White)
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