LA FUENTE DE CURACION-parte 71-
CONSUELO PARA LOS DEPRIMIDOS-parte 2-
LA AYUDA QUE PRECISA EL DEPRIMIDO
Epafrodito, cristiano del siglo I y natural de Filipos, ‘se sintió abatido porque sus amigos habían oído que el había enfermado’. Epafrodito, que cayó enfermo después que sus amigos, lo enviaron a Roma con provisiones para el apóstol Pablo, quizás creía que había decepcionado a sus amigos y que para ellos era un fracasado. (Filipenses 2:25-27; 4:18.) ¿Cómo le ayudó el apóstol Pablo?
Hizo que Epafrodito regresara a sus amigos filipenses con una carta que decía: “Dénle la acostumbrada acogida en el Señor con todo gozo; y sigan teniendo aprecio a hombres de esta clase”. (Filip.2:28-30.) De seguro el que Pablo lo encomiara de este modo y los filipenses lo recibieran con cordialidad y cariño tiene que haber ayudado a Epafrodito a recuperarse de la depresión.
Sin duda, el consejo bíblico de ‘hablar confortadoramente a las almas abatidas’ es el mejor. “Necesitas saber que los demás se preocupan de ti como persona,- dijo una persona que padecía de depresión-. Necesitas que alguien te diga: ‘Te comprendo; vas a ponerte bien’.”
Muchas veces el deprimido tiene que tomar la iniciativa y buscar un confidente que le comprenda. Esta persona debe saber escuchar y tener mucha paciencia. Debe evitar sermonearle o emitir juicios como: “No debes sentirte así” o”Tienes una mala actitud”. Debido a la delicada condición emocional del deprimido, los juicios le darán una peor opinión de sí mismo.
El deprimido quizás crea que no vale nada. (Leer Jonás 4:3) SIN EMBARGO, DEBE RECORDAR QUE LO QUE DE VERAS IMPORTA ES EL VALOR QUE TIENE PARA DIOS. AUNQUE LOS HOMBRES CONSIDERARON A JESÚS “COMO DE NINGUNA IMPORTANCIA”, ESTO NO CAMBIO EL VALOR QUE TENIA PARA DIOS. (Isaías 53:3) TENGA LA SEGURIDAD DE QUE, AL IGUAL QUE DIOS AMA A SU QUERIDO HIJO, TAMBIÉN LE AMA A USTED. (Juan 3:16)
Jesús se compadeció de los atribulados y trató de hacerles ver lo que valían como personas (Mateo 9:36; 11:28-30; 14:14.) Les explicó que, para Dios, hasta los gorrioncillos insignificantes tienen valor. …”NI UNO DE ELLOS ESTA OLVIDADO DELANTE DE DIOS”, dijo Jesús ¡Cuánto más valora a los seres humanos que tratan de hacer su voluntad! De éstos Jesús dijo: “PUES AUN LOS CABELLO S DE VUESTRA CABEZA ESTÁN TODOS CONTADOS. NO TEMAIS, PUES; MAS VALEIS VOSOTROS QUE MUCHOS PAJARILLOS” (Lucas 12:6-7.)
Es cierto que para el que sufre de depresión profunda y se siente abrumado por sus fallos y debilidades puede ser difícil creer que valga tanto para Dios. Quizás esté seguro de que no merece el amor de Dios ni su interés. La Palabra de Dios admite que puede haber ocasiones en que “nos condene nuestro corazón”.
Pero, ¿es éste el factor decisivo? NO, pues Dios se da cuenta de que los humanos pecadores pueden tener una mala opinión de sí mismos e incluso condenarse a sí mismos. Por esta razón la Palabra de Dios les da este consuelo: “….DIOS ES MAYOR QUE NUESTRO CORAZON Y CONOCE TODAS LAS COSAS” (1Juan 3:19,20.)
SI, nuestro amoroso Padre celestial no sólo ve nuestros pecados y errores. Sabe que hay circunstancias atenuantes, está enterado de nuestro curso de vida y nuestros motivos e intenciones. También sabe que hemos heredado el pecado, la enfermedad y la muerte y por ello tenemos grandes limitaciones.
El que estemos afligidos y disgustados con nosotros mismos es en sí prueba tanto de que no queremos pecar como de que no hemos ido demasiado lejos. La Biblia dice que no fue por voluntad nuestra que se nos ‘sujeto a futilidad’. Por eso Dios se conduele de nuestra situación deplorable y, en despliegue de compasión, toma en cuenta que somos débiles. (Romanos 5:12; 8:20-21.)
Deja una respuesta