LA FUENTE DE CURACION-parte 23-
EDUCACION PARA EL CONFLICTO DE LA VIDA–parte 1-
¡Cuanto más importante es tal cuidado para asegurar el éxito en el conflicto de la vida! No nos hallamos empeñados en combates ficticios. Libramos un combate del que dependen resultados eternos. Tenemos que habérnoslas con enemigos invisibles. Ángeles malignos luchan por dominar a todo ser humano.
Lo perjudicial para la salud, no sólo reduce el vigor físico, sino que tiende a debilitar las facultades intelectuales y morales. Al ceder a cualquier práctica antihigiénica dificultamos la tarea de discernir entre el bien y el mal, y nos inhabilitamos para resistir al mal. Esto aumenta el peligro del fracaso y de la derrota.
“LOS QUE CORREN EN EL ESTADIO, TODOS A LA VERDAD CORREN, MAS UNO LLEVA EL PREMIO”. (1ª. Cor. 9:24). En la guerra en que estamos empeñados pueden triunfar todos los que se someten a la disciplina y obedezcan a los principios correctos.
Con demasiada frecuencia la práctica de estos principios en los detalles de la vida se considera como asunto trivial que no merece atención. Cada acción echa su peso en la balanza que determina la victoria o la derrota en la vida. La Escritura nos manda que corramos de tal manera que obtengamos el premio.
En el caso de nuestros primeros padres, el deseo intemperante dio por resultado la pérdida del Edén. La templanza en todo tiene que ver con nuestra reintegración en el Edén más de lo que los hombres se imaginan.
Aludiendo al renunciamiento de que daban prueba los antiguos griegos que luchaban en la palestra escribe el apóstol Pablo:
“TODO AQUEL QUE LUCHA, DE TODO SE ABSTIENE: Y ELLOS, A LA VERDAD, PARA RECIBIR UNA CORONA CORRUPTIBLE, MAS NOSOTROS, INCORRUPTIBLE.
ASÍ QUE, YO DE ESTA MANERA CORRO, NO COMO A COSA INCIERTA; DE ESTA MANERA PELEO, NO COMO QUIEN HIERE AL AIRE: ANTES HIERO MI CUERPO, Y LO PONGO EN SERVIDUMBRE; NO SEA QUE HABIENDO PREDICADO A OTROS, YO MISMO VENGA A SER REPROBADO” (1ª. Cor. 9: 25, 27)
El fundamento de toda reforma es la Ley de Dios. Sus principios deben recordarse de continuo. Son tan eternos e inexorables como Dios mismo.
Uno de los efectos más deplorables de la apostasía original fue la pérdida de la facultad del dominio propio por parte del hombre. Sólo en la medida en que se recupere esta facultad puede haber un verdadero progreso.
EL CUERPO ES EL UNICO MEDIO POR EL CUAL LA MENTE Y EL ALMA SE DESARROLLAN PARA LA EDIFICACION DEL CARÁCTER. DE AHÍ QUE EL ADVERSARIO DE LAS ALMAS ENCAMINE SUS TENTACIONES AL DEBILITAMIENTO Y A LA DEGRADACIÓN DE LAS FACULTADES FISICAS SU ÉXITO EN ESTO ENVUELVE LA SUJECION AL MAL DE TODO NUESTRO SER.
EL CUERPO TIENE QUE SER PUESTO EN SUJECIÓN. LAS FACULTADES SUPERIORES DE NUESTRO SER DEBEN GOBERNAR. LAS PASIONES HAN DE OBEDECER A LA VOLUNTAD, QUE A SU VEZ HA DE OBEDECER A DIOS. EL PODER SOBERANO DE LA RAZON, SANTIFICADO POR LA GRACIA DIVINA, DEBE DOMINAR EN NUESTRA VIDA.
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