LA NATURALEZA HUMANA-segunda parte-
LA UNIDAD DE LA NATURALEZA HUMANA. ¿Cuáles son las características de los seres humanos?
EL ALIENTO DE VIDA. Dios “formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Gen.2:7). Cuando Dios transformó los elementos de la tierra en un ser viviente, “sopló” el “aliento de vida” en los pulmones del cuerpo inerte de Adán. Este aliento de vida es “el soplo del Omnipotente”, que da vida (Job 33:4), la chispa vital. Podríamos compararlo con las corrientes eléctricas, la electricidad produce sonido y movimiento donde antes no había nada.
EL HOMBRE ES UN ALMA VIVIENTE. ¿Qué hizo el aliento de vida? Cuando Dios formó al ser humano a partir de los elementos de la tierra, todos los órganos estaban presentes: el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, el páncreas, el cerebro, etc.; todos perfectos, pero sin vida. Entonces Dios sopló sobre esta materia inerte el aliento de vida, “y fue el hombre un ser viviente”.
La ecuación bíblica es bien clara: El polvo de la tierra (los elementos de la tierra) + el aliento de vida= un ser viviente o alma viviente. La unión de los elementos de la tierra con el espíritu de vida produjo un ser viviente o un alma.
Este “aliento de vida” no se limita a la gente. Toda criatura viviente lo posee. El término hebreo de Genesis2:7 que se ha traducido como “ser viviente” o “alma viviente”, es nephesh chayyah. Esta expresión no designa exclusivamente al hombre, también se refiere a los animales marinos, los insectos, los reptiles y las bestias (Gen.1:20, 24; 2:19).
Nephesh, que se traduce como “ser” o “alma”, proviene de naphash, que significa “respirar”. Su equivalente en griego es psuche. No hay nada en el relato de la creación que indique que el hombre recibió un alma, es decir, alguna clase de entidad separada que en la creación se unió con el cuerpo humano.
UNA UNIDAD INDIVISIBLE. Al hacer énfasis en la unidad orgánica del hombre, la Escritura lo describe como un todo. ¿Cómo se relacionan entonces con la naturaleza humana el alma y el espíritu?
EL SIGNIFICADO BÍBLICO DE ALMA. En el Antiguo Testamento, el término “alma” es una traducción del hebreo nephesh. Una nueva alma viene a la existencia siempre que nace un niño; cada “alma” es una nueva unidad de vida con características especialísimas, diferente y separada de todas las otras unidades similares. Esta cualidad de individualidad en cada ser viviente, que lo hace constituir una entidad única, parece ser la idea que se destaca en el término hebreo nephesh. Cuando se lo usa en ese sentido, nephesh no es una parte de la persona; ES LA PERSONA, y en muchos casos, se lo traduce como “persona” (Gen.14:21; Num.5:6, 7; Deut.10:22; Lev.11.43).
Las expresiones tales como “mi alma”, “tu alma”, “su alma”, etc., son por lo general modismos que reemplazan los pronombres personales “yo”, “tu”, “el”, etc. A menudo, nephesh se refiere a los deseos, los apetitos, o las pasiones (Deut.23:24; Prov.23:2; Ecl.6:6, 7), y a veces se traduce como “apetito” (Prov. 23:2). Puede referirse al asiento de los afectos. (Gen.34:3; Cant.1:7 etc.)
-Continúa en tercera parte-